Empecé a dar vueltas al rededor del lugar en el que me encontraba: la terraza del apartamento de Thomas, la terraza donde habíamos conectado por primera vez, donde me pidió ser su novio, donde tantas veces compartimos un té o un café hablando sobre algún libro o simplemente sobre cómo
nos había ido en el día. Miré el clásico cielo invernal de Canadá y suspiré mordiéndome el labio.
La anterior noche había dormido donde Kaya, necesitaba tiempo para pensar y un poco de espacio para hacerlo. Finalmente me decidí por hacer lo que mi corazón decía, o mejor dicho tenía tatuado en mayúsculas y negritas: Thomas Brodie Sangster.Supe sin tener que pensarlo dos veces, que él estaba ahí. No solo por el sonido (casi inaudible, pero ya me había acostumbrado) de sus zapatos acercándose, sino también por el olor a su perfume, siempre lo usaba en grandes cantidades y yo disfrutaba un poquito mucho de eso.
Comencé a hablar con un solo pensamiento en mente: confianza.
—Primero que nada: seré completamente honesto en mis siguientes palabras y espero que respondas con la misma honestidad.
—Gracias, Dylan.
—¿Apretaste el acelerador por lo que dije esa noche?
—¿Có-cómo?
—Responde.
—No puedo vivir sin ti.
—No quiero tener una relación basada en dependencia, pero resulta tonto decirlo si yo sentía lo mismo por ti. Lamento que hayamos tenido que llegar a esos extremos. Aunque ahora he cambiado, puedo valerme por mi mismo al cien por ciento sin necesidad de que estés ahí, y aunque suene mal, es algo realmente buenoz
—He crecido mucho desde ese entonces, créeme, ahora me valoro lo suficiente... para saber que lo que hice fue una estupidez.
—Me alegro. Bueno... ahora que eso está aclarado, comenzaré: No te pediré lo siento, porque mi reacción tiene todo el sentido del planeta: me decepcionaste y no supe cómo reaccionar cuando dijiste que querías volver a internarlo conmigo. Volver a ser novios no solo implica el título: implica ser completamente honestos con el otro, implica compromiso y a la vez disposición ante el otro. Yo me sentía... me siento preparado. No sé cómo lo sentirás tú, por eso huí, ¿en serio quieres volver a tener eso conmigo?
—Claro que quiero, Dylan. Te amo.
—Me amas, pero... ¿estás listo para una relación?
—Lo estoy.
—¿Estás listo para aguantarme llorando por lo menos una vez a la semana, listo para entender mis inseguridades, para prepararme mi chocolate caliente cuando las pesadillas me atormenten, para aguantar mi manera de estudiar tan extrema y a la vez ayudarme con ello, para cuidarme cada vez que una monería de mi padre me persiga, para protegerme de los monstruos de mi pasado, para ayudarme, para escucharme, para cuidarme, entenderme, protegerme, pero más importante que todo, amarme? Porque si comenzamos esta relación, Thomas. Es para que dure, para que dure hasta más allá del altar, no estoy bromeando. Quiero estar contigo hasta que la muerte nos separe, pero quiero estar seguro que tú también quieres lo mismo.
—¿Tú estás preparado Dylan?
Eso no me lo esperaba.
—¿Ah?
—¿Estás preparado para estar conmigo en las buenas, en las malas, para soportar mi estrés, mis ridículas inseguridades, mis dolores, mis pequeñas tragedias comparadas con las tuyas, soportarás escucharme llorar por algo tan tonto comparado con todo lo que has pasado, vivirás escuchándome para siempre quejándome de las mínimas cosas, soportarás mi crueldad, mis burlas, mi torpeza? Porque yo también voy muy en serio, Dylan. Hablo de poder desde trabajar en el mismo centro médico, hasta comenzar a ahorrar el dinero suficiente para permitir que alguno de los dos no trabaje durante un tiempo para poder cuidar de nuestros hijos, que prefiero sean gemelos, pero claro, tendría que ver tu opinión al respecto o hasta ponerles a nuestros hijos con el nombre de mi abuela y de ti madre. Me fui del tema... ¿Listo, Dylan? Listo para acompañarme desde hoy hasta el resto de mis días sin mentiras o engaños de por medio. Desde este preciso instante, seré transparente contigo y espero que tú lo seas contigo si aceptas.
Volteé mi mirada por primera vez desde que esta conversación comenzó hacia el chico rubio detrás mío, el chico del que estaba perdidamente enamorado.
Volteé la mirada hacia el amor de mi vida.
Y ahí estaba, usando un simple abrigo que me recordaba su procedencia británica, con su cabello rubio un poco desordenado gracias al fuerte viento que había en Toronto, y más a estas alturas, y con sus hermosos ojos chocolates mirándome con un brillo especial en ellos.
Recodé cuantas veces me había puesto a pensar en que momento podría hablar con Thomas a futuro en nuestra relación sin sonar como un maniático, me alegraba saber que no era el único que pensaba en casarnos y en adoptar niños. Ya tenia hasta pensado el lugar donde nos comprometeríamos y nuestra luna de miel. También había investigado lugares de adopción, tan solo me quedaba comunicarle a Tommy que querría dos niñas y un niño.
Chocolate y Miel se encontraron, pero por primera vez, lo hicieron seguros de lo que querían.
Esta vez no eran dos simples jóvenes buscando cariño o tal vez un poco de comprensión. Esta vez los dos eran lo suficientemente maduros para saber en lo que se estaban metiendo, esta vez habían decidido pensar en el futuro primero. Esta vez era la muy codiciada "vencida".
—Yo estoy listo, Tommy. Lo estoy desde hace mucho tiempo —cerré los ojos pensando en todo lo que tenía por venirse, mil y más momentos que compartir con el chico que tenía al frente mío mirándome con adoración.
No me arrepentía de haber aceptado esa invitación ese día en la cafetería, de no ser por ello nunca hubiese conseguido conocer al increíble chico que se encontraba al frente mío. Fue una serendipia, un descubrimiento o hallazgo afortunado, valioso pero sobre todo inesperado o cuando buscamos algo distinto. Nunca me espere encontrarme con el amor de mi vida en esa situación para más extraña, llego cuando ya di todo por perdido, cuando no tenía ganas ni de vivir. Pero cuando nuestras miradas se conectaron por primera vez, por más tonto y cliché que suene, desde ese momento supe que todo iba a ser distinto.
Conocí a Thomas, el chico en el que puedo confiar ciegamente, el chico que nunca me haría daño, el chico que se encarga de cuidarme como nunca nadie ha hecho en años, el que se encarga de preocuparse de mi seguridad y conformidad, el que espera a que primero yo me duerma antes de él hacerlo porque sabe que me cuesta caer en los brazos de Morfeo, el que sabe cuando necesito un abrazo o cuando necesito espacio, el que me acompaña en las buenas y en las malas, el chico que adoro con toda mi alma.
Me acerqué hacia ese chico y le dediqué una sonrisa traviesa: acto seguido comencé a hacerle cosquillas en la barriga para luego salir corriendo escaleras abajo buscando esconderme de la furia falsa de mi ahora Tommy.
—¡Eres un niño, Dyl! —gritó corriendo detrás mío y alcanzándome sin mucho esfuerzo, él era definitivamente mucho más rápido. Me cargó entre risas hasta nuestra habitación, donde me deposito con ternura en la cama.
—¡Siempre lo seré, Tommy! —reí cuando comenzó a hacerme cosquillas. Con fuerzas de no sé dónde saqué, llevé mis manos a su cuello y junté nuestros labios con ternura.
—Te amo, mi Vida —susurró sonriendo.
—Yo también a ti, mucho —respondí tratando de controlar los fuegos artificiales que crecían en mi interior.
—Mucho, mucho.
Fin.
•••
¡CHICAS!
1. ¿¿Quieren segunda parte?? Serían Dylan y THomas en su proceso de crianza, sería algo corto y en este mismo libro.
2. Luego publicaré el epílogo y demás.
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In my blood [Dylmas AU]
FanfictionPORTADA: @Fucktommy La vida de Dylan se había convertido a tonos grises muchos años atrás, simplemente no tenía ningún sentido. Pensaba que estaba en un abismo del que nunca saldría; hundiéndose cada vez más en el dolor y soledad. Entonces, Thomas...