Capítulo XXI

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Narra T/n.

-¿Tú nombre?-me pregunto.

Asentí-Si, deseo cambiar mi nombre.

El me miro confundido- Acaso el nombre de Mahidevhran¿ no te gusta?.

Negué rápidamente- No Mehmed, es hermoso que me hayas dado tal nombre, pero...

-¿Pero?

-Pero siento que me gustaría más que todos se dirigiesen a mi por mi verdadero nombre. Ya sabes el nombre con el cual llegue aquí.-sonreí tímidamente.

Mehmed me acarició la mejilla para después besarla.

-¿Y cual era ese nombre?

-T/n era T/n.

Sonrió-Hermoso como tú, bueno no puedo negar tal petición de mi futura esposa, Mahidevhran desde ahora y para el resto de nuestras vidas seras llamada como T/n.

Sonreí por ello, lo conseguí nuevamente tenia mi nombre, y eso me hacia sentir poderosa hasta cierto punto.

-Ahora descansa amor mio.-Mehmed beso con delicadeza mi frente, para luego dejar a Ozara en mis brazos junto a Ahmed y retirarse.

Sin darme cuenta me habían dejado sola en mis aposentos con mis dos hijos. Mire a ambos infantes con sumo cuidado y detalle, sus rostros reflejaban inocencia y luz, tenia un hijo y una hija con un hombre al cual no amaba.

No quiero decir que no por amar a Mehmed no lo quiera, todo lo contrario lo aprecio y le tengo mucho cariño, un cariño fraternal. Aunque es raro de ver, pues el acostarte y el darle dos hijos a un hombre que en secreto quieres como a un hermano es bastante siniestro. El no amarlo no implica que no lo quiero.

"Ser Sultana no siempre implica amar al Sultán ".

Abrí mis ojos en sorpresa al solo pensar en ello y de tan solo pensarlo me entristeció el corazón; Mehmed me ama, incluso me ama tanto que rompió una regla al comprometerse conmigo en matrimonio, me causa un dolor en el pecho el pensar que habiendo tantas mujeres que realmente lo aman.... La única que ama con tanto fervor sea yo, y que yo no pueda amarle de la misma forma en que amo a Häshämärsä.

Y eso duele incluso más que un primer parto.

Palacio de Topkapi, 24 de Diciembre de 1521.

Tenía entre mis brazos a Ozara la acunaba con delicadeza, la observaba con miedo, tenía miedo a tratarla de la misma manera que hizo mi madre conmigo, de fría manera y indiferente con ella con carencia de afecto materno. Si yo nunca fui amada por mi madre... ¿Podría demostrar que yo seré mejor que ella?. Mire por un momento a Ahmed y pensé que tal vez lo querría más a él que a Ozara, regrese mi atención a la susodicha, pique con delicadeza su mejilla regordeta.

 Mire por un momento a Ahmed y pensé que tal vez lo querría más a él que a Ozara, regrese mi atención a la susodicha, pique con delicadeza su mejilla regordeta

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Reí al verla alzar su ceja y ambas nos miramos fijamente, una a la otra nos analizamos con curiosidad.
Mis ojos se llenaron de lágrimas al verla sonreír un lazo entre las dos se formó, una sensación de calidez me invadió y lo supe, yo jamás seria igual a mi madre seria muchísimo mejor que ella, aprenderé de sus errores y lo haré mejor.

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