Capitulo 29

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POV CRISTIAN

Justo a las 11 de la noche estamos listos para ingresar a la cueva. Ana tiene mi mano agarrada de la suya y la aprieta de vez en cuando. Tiene miedo y es entendible. Desde que hemos estado trabajando, jamás ha puesto un pie en este lugar. Ella se reúsa a ingresar diciendo que le da mala espina.

Llevamos todo lo que podemos cargar. Un poco de agua, un poco de comida y las herramientas necesarias para limpiar y lo que nos pase por la cabeza. Lo malo, es que Ana está tiritando a mi lado y ya no estoy muy seguro de haberla traído.

-tienes que dejar de tiritar. Me estas poniendo nervioso- digo y ella suspira. Cuando entro, enciendo una de las luces y todo lo que estaba oscuro, ahora tiene luz. Cuando Ana, entra, la temperatura baja notoriamente y hasta a mí, me dan ganas de temblar.

-estoy bien. Puedo con esto y puedo con estas cosas raras que pasan. Quiero saber, ¿Qué fue lo que paso con mi madre? y lo hare. Soy fuerte y esto no me da miedo- dice para sí misma. Me da un poco de risa verla en esa faceta. Ella siempre ha sido valiente, excepto cualquier cosa que tenga que ver con la cueva.

-la nota dice que sabré como llegar al otro lado de la cueva pero, no tengo ni idea de cómo hacerlo- digo y Ana está mirando a mi alrededor.

-¿Qué es lo que hay en las cajas que están a ras del suelo?- me pregunta y frunzo el ceño.

-¿Por qué me preguntas eso?- ella está mirando en la cueva, aunque se esté abrazando a si misma por el frío que está haciendo.

-porque están supuestamente todas las cajas examinadas pero las que están en el suelo jamás las había visto. ¿Las examinaste tú?- frunzo el ceño y miro en su dirección. Esas cajas no estaban allí hace unos días.

-esas cajas no están en ese lugar cuando terminamos de examinar. Puede que alguien las haya cambiado pero, tienes razón. Yo no las he examinado y son realmente antiguas- digo. Ana saca todo lo necesario para descubrir que dicen esas cajas. Por mi parte comienzo a caminar por los alrededores, observa por todos lados hasta que mis pies sienten algo liso pero duro, debajo de la arena que hay en mis pies. Es difícil decir que es lo que es. Así que decido limpiar y lo que queda a la vista, son cuadrados. Tienen diseños. Todos los cuadrados tienen diseños distintos.

Miro de reojo a Ana y la vio tocar, tranquilamente, los diseños que había en la cueva. Esos diseños estaban pintados por toda la cueva y era difícil de decir que es lo que decían. Tanto Ray como Frank pensaban que contaban una historia pero, hasta ahora, no habían podido descubrirlo. Faltaban piezas o la historia estaba cortada.

-¿Qué estas mirando?- dije, sacándola de su trance.

-las imágenes que están en las murallas cuentas la historia de amor entre dos personas. Un amor que es prohibido y que necesita de mucha paciencia y tiempo para vivir- dijo Ana y frunzo el ceño al escuchar sus palabras.

-¿Cómo lo sabes? Nadie en este lugar lo ha podido decir con tanta seguridad como tú- digo. Ella suspira y se vuelve a abrazar cuando el viento helado se vuelve a hacer presente.

-no lo sé. Además, la historia está unida por líneas que están escondidas por todos lados. Hay que seguir las líneas que están en la muralla y que van mostrando para donde debes de seguir- con un pincel grueso veo como comenzaba a limpiar los dibujos.

Estuvimos así, hasta las tres de mañana. Todas las imágenes estaban limpias y se podían leer sin ningún problema. Me dolía la espalda y los ojos por la arena que estaba suelta entre nosotros. No se cuentas veces había mirado en su dirección. Pero Ana, estaba con un cuaderno anotando algo y no me tomaba en cuenta.

-las líneas que están en el suelo, ¿Con que se topan?- pregunto.

-mmm, con esos cuadros que están en el suelo. Sé que llevan algo encima pero, aun no descubro, ¿Qué son?- dijo Anastasia. Camino hasta quedar a su lado y así poder saber que tanto es lo que está escribiendo.

Pasado en común: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora