Volverme a enamorar |Jesús Oviedo|

Capítulo 24: Te necesitamos... TE NECESITO

*Narra (TN)*

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Tres horas, tres horas han pasado desde que llegamos al hospital, y sigue sin haber noticias de Jesús.

El padre de los gemelos se ha tomado como unas cinco tazas de café y ha vuelto a la cafetería del hospital a por la sexta taza de café.

Eva y mi madre han parado de llorar, han salido afuera a tomar un poco el aire.

Dani y yo... Dani y yo seguimos aquí, sentados en frente de la sala en donde esta Jesús. Dani ya está medio dormido pero intenta aguantarse. Yo... yo sigo llorando sin parar, angustiada por no tener noticias de Jesús, creo que ya me estoy quedando sin lágrimas.

Entonces sale un médico de la sala en donde se encuentra Jesús.

¡Al fin!

-¿Familiares y amigos de Jesús Oviedo?

-Sí aquí -responde Dani seco.

-¿Y... vuestros padres chicos?

-Han salido a tomar un poco el aire...

-Bueno, pues en ese caso... Jesús está bien... la operación ha salido con éxito.

-¡Bien! ¿Y podemos verle? ¿Cuando le darán el alta? ¿Tardará mucho en recuperarse?

-Bueno... podéis ir a verle, pero sólo de uno en uno... porque... Jesús perdió mucha sangre y... se ha quedado en un coma muy inusual. 

¡¿QUÉ?! ¡¿Que está en coma?! Esto no puede ser verdad... ¡NO! Hace poco mi padre murió y ahora Jesús en coma. ¡NO POR FAVOR!

-No... no... ¡NO! ¡¿POR QUÉ?! ¡NO!

-Tranquila (TN)... no te preocupes, despertará.

-Sí, no te preocupes, se despertará. Tiene muchas posibilidades. No te preocupes pequeña.

-Puede que no se despierte...

-(TN), tranquila... ¡que sé despertará!

-Cuando estéis más tranquilos pasad a verle. Decidle la noticia a vuestros padres.

Asentimos.

Estaba demasiado alterada. Menos mal que Dani me tranquilizaba.

Unos minutos después entraron nuestros padres y les contamos la noticia.

-Mamá, papá, (TM), creo que deberíamos dejar que pasase primero (TN).

-Oh no... no hace falta...

-Que sí, no pasa nada, anda (TN) pasa tu primero cariño-me dice Eva con cariño.

Asentí con las lágrimas aún deslizándose por mis mejillas.

Llamé a la puerta de la sala.

-Pasen de uno en uno, por favor.

Abrí la puerta y pasé.

-Perdone, ¿me podría dejar unos minutos a solas con el paciente?

-Claro pequeña, ya me voy.

La enfermera se fue.

Le vi tumbado en la cama, con la cara pálida. Me acordé de mi padre, ese día en el que murió. Oh Jesús, ¿por qué lo hiciste?... ¿por qué me empujaste...? Yo debería estar en tu lugar, necesito estar en tu lugar...

Me acerqué lentamente a él y me senté a su lado, en el borde de la cama. Le cogí de la mano, la tenía fría, muy fría. Le acaricié lentamente la cara, pálida... no puedo soportar verle así.

Cada vez aumenta más mi llanto.

-Jesús... yo... no sé qué decir... ¿por qué lo hiciste? ¿Por qué tuviste que empujarme? Yo debería estar en tu lugar... yo... no tú... Jesús por favor... lucha, lucha por seguir aquí, despierta por favor, no me dejes... recuerda todos esos momentos que vivimos... ¿no te gustaría que los recuerdos aumentasen? No sé si me estarás escuchando pero... te necesitamos... te necesito... aquí, conmigo, con nosotros.  Te quiero muchísimo Jesús.

Le di un beso en la frente y me quedé ahí, un rato más a su lado, con él, con el chico del que estoy enamorada, con Jesús. Esperando a que despertase.

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¡Buenoo aquí está el siguiente capítulo!

¿Jesús se despertará?

¡Lo veréis en los siguientes capítulos!

¡Espero que os guste, comentar y votar pls!

Muchísimos besos a mis queridísimos lectorees :*