Volverme a enamorar |Jesús Oviedo|

Capítulo 22: El séptimo día

*Narra Jesús*

[10:30]

Me he despertado por el sonido del despertador.

Miro hacia la derecha, que es donde está Dani, o por lo menos su cama. Él no está.

Ya me estoy preocupando... que ayer no estuviera me parecía ya raro, pero suponía que estaba con Lucía.

De repente me suena el móvil.

Es... Dani.

*LLAMADA TELEFÓNICA*

D: ¿Jesús dónde está (TN)? -tenía la voz débil.

Y: ¡¿Dani dónde estas?! ¡Estaba preocupado por ti!

D: Emmm yo... yo, estoy bien... por favor... dime dónde está (TN)...

Y: Bueno... a las 12:00 iré a recogerla y la llevaré a la cabaña, ¿por qué quieres saberlo?

D: Pues... pues nada... que llevo con Lucía un mes y la quería preparar algo pero no sabía qué... ¡así que muchas gracias! -me colgó.

*FIN LLAMADA TELEFÓNICA*

No me había creído ni una sola palabra de lo que me había dicho... pero bueno, intentaría creérmelo... aunque sigo sin saber por qué me ha preguntado eso.

Necesito despejar mi mente, así que decido darme una ducha.

Al terminar, estoy mucho más relajado. Me visto con unos pantalones blancos y una camiseta roja. Después decido bajar a desayunar. Me cojo unos cereales cualquiera y el brick de leche y los echo en un bol.

Mientras desayuno decido mandarle un mensaje a (TN).

*CONVERSACIÓN WHATSAPP*

Y: ¡Buenos días princesa! ¿Preparada para este perfecto día?

(TN): ¡Preparadísima Jesusín!

Y: Bueno pues ahora nos vemos pequeña.

(TN): Okeey hasta ahora bobo :*

*FIN CONVERSACIÓN WHATSAPP*

Termino de desayunar y ya son las 11:55.

Cojo una mochila que tenía preparada y me dirijo a casa de (TN).

Llamo al timbre y en seguida me abre la puerta una (TN) preciosa.

Llevaba puesto un vestido azul que le favorecía mucho, además llevaba un cinturón dorado que le quedaba genial junto con ese vestido y unas manoletinas también doradas. Estaba perfecta.

-¡Buenos días pequeña!

-¡Buenos días feo! -me dio un beso en la mejilla.

-¿Vamos?

-¡Vamos!

-Uy, se me había olvidado una cosa... mmm... déjame vendarte los ojos -dije sacando un pañuelo del bolsillo de mi pantalón.

-Ni lo sueñes, ¡que me tiras! -dijo ésta sacándome la lengua.

Estaba adorable.

-Venga va porfa... no te haré daño...

-Mmm... bueno vale, pero sólo porque eres tú eh

Reímos.

Le puse la venda y empezamos a andar.

*Narra (TN)*

Nos paramos, Jesús me quitó la venda de los ojos. Estábamos enfrente de una cabaña con aspecto un poco antiguo, todo lo demás era campo con algunos árboles que le daban un aspecto más campestre.