Capítulo 19: ¡No me dejes papá!

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*Narra (TN)*

Desperté sobresaltada.

Había tenido una pesadilla.

Esta vez ya no era la que tenía siempre. Esta era diferente, y no me gustaba nada.

Había soñado con Jesús y Dani, un sueño horrible.

Dani le contaba a Jesús todo lo que había pasado entre nosotros. Jesús se enfadó demasiado. Le dio una bofetada que sonó por todo el pueblo y se largó de mi lado, para siempre.

Las 9:00.

Saqué de mi mente esa pesadilla, queriendo olvidarme de ese horrible producto de mi imaginación.

Tenía que ir a visitar a mi padre.

Me vestí con unos vaqueros ajustados, una camiseta larga azul y unas Converse negras.

Desayuné rápidamente, teniendo unas ganas inmensas de ver a mi padre.

Cuando llegué ya eran las 10:00. El hospital estaba bastante lejos de mi casa y había ido andando.

-Perdone, ¿podría decirme en qué habitación se encuentra el señor (TP)? -pregunté educadamente a la recepcionista.

-Claro -empezó a revisar el ordenador que tenía enfrente -en la habitación 079.

Fui corriendo hasta la habitación.

Entré, encontrándome a mi madre de rodillas al lado de mi padre, que seguía sin despertar.

Una imagen dolorosa, que hacía que mi corazón se encogiera.

-Buenos días hija -dijo seca, aún entre lágrimas.

-Mamá, ¿papá despertará? -pregunté, ahogando varias lágrimas que amenazaban con salir.

-Sí hija, no te preocupes, los médicos han dicho que hay muchas posibilidades de que despierte -me miró con compasión, haciendo que mi corazón se encogiera aún más.

-¿Podrías dejarme un rato a solas con papá?

-Vale -paso por mi lado, dándome un dulce beso en la frente.

Lágrimas se desbordaron por mis ojos, justo al sentir la puerta de la habitación cerrarse.

-Papá... sé que ahora estás coma, en un sueño muy profundo entre la vida y la muerte, y que seguramente no me estés escuchando, pero tengo que decirte algo... -cogí aire, sintiendo que me faltaba la respiración -...sé que no nos hablamos mucho porque siempre estás trabajando, sé que no soy la hija perfecta, que tengo muchos defectos... yo intento hacer todo bien para no daros problemas, pero a veces me equivoco -agaché mi cabeza, sintiendo que todo mi mundo se derrumbaba -y ahora más que nunca que sepas que siempre voy a estar a tu lado, y que luches, por favor, lucha contra el cáncer y quédate conmigo, despierta, por favor, no te vayas, te necesito, te necesito a mi lado -sentía que mis palabras se ahogaban con mis lágrimas -...te quiero mucho papá.

Me desplomé encima de sus piernas, quedando de rodillas, y apoyando mi cabeza en el borde de la cama en la que se encontraba.

Entonces sentí como se empezaba a mover.

Me miró, dedicándome una débil sonrisa.

Eso significaba que me había escuchado.

-(TN)... necesito que me escuches...

Asentí, mientras que mi corazón se quebraba, al verle tan débil.

-Yo... yo ya sabía que tenía cáncer, me lo diagnosticaron hace ya dos años... pero me dijeron que no tenía posibilidades de empeorar mi estado, así que no le di importancia... pero hace dos días me dio un desmayo, y me quedé en coma unos días, yo escuchaba todo lo que decían, a tu madre llorar a mi lado, a los médicos, a ti hace un momento... -sonrió -que sepas que tú para mi eres perfecta, sin ningún defecto, y tú nunca nos has causado problemas, al contrario, has sido tú quien nos sacaba una sonrisa a tu madre y a mí solo con mirarnos... y sí, dijeron que iba a despertar, pero yo no... no puedo aguantar más tiempo, os quiero muchísimo, que no se os olvide... -tragó una gran bocanada de aire -...adiós cariño... -y cerró los ojos.

Empezó a sonar un irritante pi....... en el aparato que controlaba sus pulsaciones.

-¡No por favor! ¡No me dejes papá! -mis mejillas se encontraban empapadas por las lágrimas.

¡No por favor! ¡Mi padre no puede morir!

Unos enfermeros y médicos entraron corriendo junto a mi madre, que lloraba sin cesar.

Nos echaron fuera de la habitación, obligándonos ir a la sala de espera. 

Llorábamos desconsoládamente, envueltas en un tierno abrazo.

-Mamá... papá... papá despertó... -decía, entre palabras ahogadas.

-¡Joder (TN)! ¡¿Y por qué no llamaste a los médicos?!

-Papá me lo impidió...

-¿Qué hizo?

-Me agarró del brazo para que no fuera, y me contó... me contó que él ya sabía que tenía cáncer, que se lo diagnosticaron hace dos años, pero que los médicos le dijeron que no iba a empeorar y que por eso no le dio importancia, y que escuchaba todo,que escuchaba como llorabas a su lado, escuchaba a los médicos hablar... y t-también me dijo que nos quería muchísimo...

Sentí como agachaba su cabeza, sollozando como una niña pequeña.

Los médicos salieron de la habitación, dándonos la peor noticia de nuestras vidas.

Mi padre no había podido salvarse, había fallecido.

Entre un llanto fuerte cogimos un taxi, que nos llevo justo al frente de mi casa.

Al llegar, mi madre se metió corriendo en su habitación, al igual que yo me metí en la mía.

Eran las 11:30.

Oh, ¡es verdad!

Dentro de media hora Jesús venía a recogerme. Me tenía que preparar, pero no tenía ganas. No tenía ganas de nada, salvo de ahogar mis penas, llorando.

Y eso hice.

Hasta que empezaron a llamar al timbre.

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Bueeno, habéis visto que lo he vuelto a cambiar. Oh, pobre (TN) :'(

El siguiente capítulo será el sexto día, no os preocupéis.

Espero que os guste, votad y comentad plis.

Besitoos :*

Volverme a enamorar |Jesús Oviedo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora