Capítulo 16: El cuarto día

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*Narra (TN)*

Me desperté de golpe.

Estaba empapada, llena de sudor.  Era raro, ya que esa pesadilla ya la había tenido numerosas veces antes.

Decidí no darle importancia, ya que solamente había sido una pesadilla, fruto de mi imaginación.

Eran las 8:30. Demasiado pronto para mí.

Decidí levantarme ya que no podía dormir.

Me di una larga ducha. Tenía tiempo, así que no me daba prisa.

Me puse unos pantalones largos ajustados, de un azul celeste muy bonito, una camiseta de tirantes rosa claro, en la que ponía Love You en blanco, y mis inseparables Vans.

Me maquillé un poco. Raya y rímmel, imprescindibles para mí. Me dejé el pelo suelto, al natural.

Bajé a desayunar. No había nadie. Ni mis padres ni mi hermano mayor, Álex.

-Oh, ¡qué raro que no estén! -pensé, sarcásticamente.

Al terminar de desayunar, decidí ver un poco la televisión.

Tras un rato de hacer zapping, alguien llamó al timbre.

Cogí mi bolso, y abrí la puerta.

Allí estaba él, tan perfecto como siempre.

-¡Buenos días princesa! -me dio un beso en la mejilla -tan preciosa como siempre ¿eh?

Amaba cuando me llamaba princesa.

-Tú no te quedas corto... -reí.

-Bueno, ¿vamos? -me ofreció su brazo, a la que correspondí. 

-Claro -respondí, mientras sonreía como boba.

Estuvimos andando durante el camino, entre risas y más risas.

Me lo pasaba genial con él. Era tan antento... no me merecía a un chico como él.

*Narra Jesús*

-Bueno, ya hemos llegado.

Estabámos en frente de unos establos. Sí, la había llevado a montar en caballo. Espero que la gustase.

-¡Wow Jesusito! ¡Me encanta! -me cogió del brazo llevándome con ella hacia los establos.

Me encantaba que la gustase.

-Buenos días Juan.

Juan era quien se ocupaba del cuidado de los caballos.

-Anda Jesús, ¡si traes a una niña muy guapa!

Vi como (TN) se sonrojaba. Reí. Me encantaba cuando se sonrojaba.

Juan nos dio los caballos, y empezamos a montar.

-Jesús... es la primera vez que monto a caballo, no sé c-cómo hacerlo... -dijo ésta, nerviosa, mientras me miraba fijamente.

-Anda enana, ven conmigo -la dediqué una amplia sonrisa.

Dejamos de vuelta al caballo de (TN) en el establo.

La ayudé a que se subiera a mi caballo, sujetándola por su pequeña cintura.

(...)

Estuvimos todo el día montando a caballo, mientras conversábamos, entre risas.

Amaba la risa de (TN), era perfecta, al igual que ella.

*Narra (TN)*

Fuimos a un McDonals, a la hora de comer.

Estuvimos comiendo, felices. Cuando estaba con él, siempre... siempre era feliz.

Volverme a enamorar |Jesús Oviedo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora