Capitulo 11

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Su cuerpo dolía, agotado hasta el punto de caer dormido si cerraban los ojos; pero la sonrisa en sus labios nadie podía quitarla, ni todo el cansancio del mundo podría hacer que deje bailar, y a pesar de estar encerrado en un auto siendo las nueve de la noche no iba a hacerlo tampoco.

Y el oscuro cielo sobre sus cabezas se veía tan profundo ese día, y de no ser por las luces de la ciudad, Harry estaba seguro que podrían ver las estrellas. A su lado, Louis conducía en silencio, mirando de reojo al rizado cantar alto aquellas canciones.

Los dedos del menor tamborileaban contra su muslo, había tenido que sacarse sus zapatos porque sus pies dolían luego de estar horas usando tacones. Y cuando la canción cambio, Louis sintió su cuerpo paralizado. Aquella canción era la misma que en las historias de su jefe cantaba mientras tocaba el piano.


  And here's to the fools
Who dream
Crazy, as they may seem
Here's to the hearts that break
Here's to the mess we make  


Y mientras lo oía cantar con las ventanas bajas y el calor tan propio de California se sentía diferente, y su voz al cantar erizaba su piel y lo hacia temblar, sentir una emoción que solo pasaba cuando oyes una increíble voz.

-Amo esta película- Harry sonrió de lado, sacando su mano por la ventana para sentir el viento contra ella- ¿te imaginas tener un amor así? quiero escuchar esto en mi boda.

-¿Vas a casarte?-carraspeo.

-Primero tengo que buscar al novio-rió- todos tenemos una boda soñada ¿no?-Louis asintió lentamente- la mía debe ser de un blanco puro, quiero lirios rosados y quiero una enorme orquesta tocando, la mejor comida de todas y uh, quiero luces blancas que cubran todo el techo-sonrió mostrando sus hoyuelos de solo imaginarlo.

-Parece que lo tienes todo cubierto-Louis estuvo a punto de reír, parando antes de hacerlo.

-Algo así-sonrió orgulloso- pero vamos, nací para casarme, quiero un enorme anillo con un diamante rosa, oh, sueno tan ridículo. No creo que pase de todas formas.

-¿Por qué no?

-No muchos apoyan la idea de salir con alguien que trabaja disfrazándose de mujer, terminare casándome conmigo mismo-bromeo.

-Estoy seguro que encontraras a alguien... 

-Si bueno, mi ultima pareja solo me quería cuando estaba en drag, y la anterior de esa se avergonzaba de salir con un Drag Queen, así que no creo que eso suceda.

-Deberías poner tus pies en agua fría por un rato, hasta que baje la inflamación-el ojiazul cambio el tema de la conversación antes de entrar más profundo. 

-¿Cómo sabes eso?-el rizado frunció el ceño, mirándolo atentamente con aquellos grandes ojos verde de gato.

-Mi madre trabajaba usando zapatos altos y siempre hacia eso cuando llegaba a casa, va a servir.


Harry le agradeció y le regalo una dulce sonrisa mientras veía como estacionaba dentro del garaje, y mientras se adentraban a la casa el rizado contaba una anécdota de como uno de sus gatos cuando era pequeño le gustaba rascar los sofás, si era sincero, simplemente quería hablar de algo luego de estar tantas horas trabajando.

Louis se quedo en la sala de estar tranquilamente hasta que vio al rizado correr hasta él con los ojos llorosos y su respiración agitada.

-Hay alguien en la casa-su voz en un susurro, sonaba rota y preocupada, todo su cuerpo temblaba de una forma de terror puro mientras aportaba sus manos al rededor de las solapas del traje de Louis con fuerza, la suficiente para arrugar la tela.

My Name Is Golden P./Larry Stylinson/Where stories live. Discover now