Soundtrack: Save meParte 2/2
Me levanté abruptamente y caminé hacia la ventana, con los puños apretados. Tenía que hacer algo. Se me ocurrió un sólo lugar al que podría acudir para prevenir que el daño se expandiera. Tomando mi bata, abrí la ventana. Sabía que lo que estaba considerando era una locura, pero de nuevo pensé – yo estoy loca –así que al demonio con todo.
Lamentando que mis botas de nieve estuvieran abajo – no quería arriesgarme a alertar a mis padres de mi plan – me subí al techo del pórtico, me deslicé hacia abajo hasta el borde y caí al suelo. Mis blandas zapatillas se empaparon inmediatamente pero de momento me sentía demasiado impulsada con el alivio de saber que ésta era mi última esperanza como para que me importara.
Comencé a correr por el camino evitando los guardas, burlando los como Fran me había enseñado para lograr salir de la propiedad, los pies crujiendo sobre la nieve. Transité de los escalosfríos de puro frío a no sentir nada. Pasé de largo a nuestro auto aparcado en el garaje, deseé haber tomado la oportunidad de la legislación de Colorado de permitir a los chicos de dieciséis años estar al volante.
Nathan una vez dijo que me daría lecciones pero nunca llegó a hacerlo. No importa, eran sólo un par de millas a travesando el pueblo. Podía lograrlo. Estaba caminando para la hora en que alcancé el empinado camino tras las posadas de esquí hacia el teleférico.
La nieve aquí estaba estampada contra el piso, congelándose en crestas de hielo. Cuando miré hacia mis pies, me dí cuenta que las suelas de mis zapatos estaban hechas trizas y estaba sangrando.
Curiosamente, no pude hacer que me importara demasiado. Me acerqué a la casa de los Benedict con cautela, preguntándome qué clase de seguridad habrían instalado. Habían estado esperando un ataque y todavía no habrían bajado su guardia. A unas cien yardas de distancia, sentí una barrera – no una física sino una sensación de poca predisposición y miedo forzándome a retroceder. Alcé mi escudo y me abrí paso, mi determinación de alcanzar a Nathan era muchísimo más poderosa que este instinto de escape. Cuando me libré, sentí que había activado alguna clase de alarma. Las luces se encendieron en la casa, primero las de arriba en las habitaciones, luego las del porche.
¿En qué estaba pensando? ¿Planeaba ir a golpear a su puerta en medio de la noche? Esta era la América pistolera, no Inglaterra: probablemente terminara con un disparo antes de que cayeran en la cuenta de quién era.
Mi certeza de que esto era una buena idea se evaporó. Me quedé parada sin saber qué hacer en medio del camino, analizando si tendría la energía como para voltearme y regresar a casa.
— Deténgase ahí. Levanta tus manos donde pueda verlas. — La voz de un
hombre, uno que no reconocía.Estaba congelada en mi lugar demasiado congelada como para moverme, siquiera como para pensar.
Llegó el inconfundible sonido del seguro de un rifle siendo deslizado, algo que sólo había oído en las películas. Las imágenes pasaron: el sal con las manos arriba de Bugsy Malone.
Ahogué una histérica bocanada de risa.
— Ve hacia la luz para que pueda verte. — me obligué a moverme — ¡Y dije con las manos arriba!
Alcé temblorosa mis manos.
— ¡Jude, es Grace! — Nathan salió disparado de la casa sólo para ser retenido del brazo. Su hermano mayor, el policía de Denver, no lo soltaba.
— Puede ser una trampa. — advirtió Jude.
Kyle - el hermano mayor de los Benedict - salió de entre la oscuridad que había atrás mío. Me rodeó para bloquearme, con el arma pegada a mi espalda.
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Hija De Narcotraficantes
Teen Fiction"Tú tienes la mitad de nuestros poderes, yo tengo la otra. Juntos, somos un todo, juntos, somos mucho más poderosos" - Nathan. Portada: @Kim_Soft HISTORIA ORIGINALMENTE MÍA. NO SE PERMITE NINGUNA COPIA O ADAPTACIÓN. DUDAS EN INQUIETUDES Escribir PO...