Había sido una cena un tanto extraña, había visto cosas que ni idea, parecía una escena del momento de la cena de Harry Potter, donde las cosas salían de lugares o cajones y llegaban a la cena.
Comentario aquí y allá – re casual – nada fuera de lo común, si yo estuviera loca, pero no lastimosamente estaba lo suficientemente cuerda para no poder saber cómo sobrellevar esto.
Tomando mi mano, me llevó hacia la puerta trasera. La casa muy difícilmente tenía algo de verde, sólo una cerca antes del final de la pista de esquí y antes del elevador. No podías ver los picos montañosos desde aquí, sólo la empinada ladera del bosque ascendiendo por sobre el teleférico.
Tomé aliento, el aire frío y seco sobre el fondo de mi garganta, haciendo sentir mi piel tirante contra mi cara, como una especie de congelamiento en ella. Mi cabeza se sentía ligeramente embotada, lo cual atribuí a la altitud.
— ¿Para arriba o abajo? — preguntó Nathan, señalando hacia la pendiente.
Mejor terminar con lo peor cuanto antes. — Para arriba primero.
— Buena elección. Tengo un lugar favorito que quiero enseñarte.
Pasamos por debajo de los árboles, la mayor parte de la nieve proveniente de una ligera caída de ese mismo día, más temprano, se había deslizado de las ramas, derritiéndose para revelar el verde oscuro de las hojas y el tono más claro. El aire era limpio, brillante, como el destello de un cristal llevando a las estrellas a un profundo relieve contra el cielo, como alfileres de luz.
Nos lo tomamos con calma, serpenteando nuestro camino entre
los árboles.— La nieve no se queda más abajo hasta cerca del día de Acción de Gracias. — explicó Nathan.
Caminamos de la mano por unos minutos más. Él gentilmente acarició mis nudillos a través de mi guante. Lo encontré insólitamente dulce que este chico, que tenía la fama de ser el más duro de Wrickenridge, pareciera feliz de caminar así.
A menos, por supuesto, que Tina estuviera en lo cierto y él simplemente estuviera tratando de ser lo que pensaba que yo querría.
Así se hace Grace: cómo arruinar un momento precioso con tus pensamientos.
La nieve estaba ahora a la altura de los tobillos y mis zapatillas no estaban haciendo un buen trabajo para mantener mis pies secos.
— Debería haberlo supuesto. — me quejé, pateando un cúmulo de nieve de la puntera de mis zapatillas de lona antes de que se derritiera y la atravesara.
— Mi visión no es de mucha ayuda para cosas prácticas como esas, lo siento. Debería haberte dicho que llevaras botas.
Él era un chico extraño en ocasiones.
— Así que, qué poderes crees que tienes, a parte de la cosa de la telepatía.
— Varios, pero principalmente puedo ver el futuro. — Se detuvo en un punto particularmente bello, un claro en el bosque donde la nieve yacía profundamente y cristalina. — ¿Quieres hacer un ángel?
Negué. — No.
Sonrió mientras se dejaba caer de espalda contra la profunda nieve, moviendo sus brazos y piernas para lograr la forma de un ángel.
— ¡Vamos! — pide — Sé que vas a hacerlo
— ¿Porque puedes verlo?
— No, porque voy a hacer esto.
Rápidamente se sentó y me tiró a su lado antes de que tuviera oportunidad de aferrarme.
Bueno, ahora que estaba aquí, tenía que hacer un ángel, por supuesto.
ESTÁS LEYENDO
Hija De Narcotraficantes
Ficção Adolescente"Tú tienes la mitad de nuestros poderes, yo tengo la otra. Juntos, somos un todo, juntos, somos mucho más poderosos" - Nathan. Portada: @Kim_Soft HISTORIA ORIGINALMENTE MÍA. NO SE PERMITE NINGUNA COPIA O ADAPTACIÓN. DUDAS EN INQUIETUDES Escribir PO...