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No sé qué pasaba por mi mente. Estaba confusa.

El Día de Acción de Gracias llegó y partió, la única señal fue la cena con pavo en el hospital. Mi cabeza no estaba más despejada. Me sentía como una playa luego del paso de un tsunami, obstáculos y terminaciones tiradas sobre la costa, todas fuera de lugar, hechas trizas. Estaba conciente del paso de una fuerte emoción que me atravesó pero no podía descifrarlo, qué había sido real, y qué falso. Había dejado algo suelto en mi interior y no lo controlé,  el resultado
había sido devastador.

Nathan y su hermano habían sido exonerados de toda sospecha por el Departamento de Policía de Las Vegas. ¿Entonces por qué los había acusado?

Me carcomía la culpa de que los hubiera involucrado en esto, estaba demasiado avergonzada como para ver a alguno de los Benedict. Les hice prometer a mis padres que no los dejarían entrar, no podía enfrentarlos. Sin embargo no fui capaz de mantener a Liam fuera; él vino en numerosas ocasiones con Farstein para ver si recordaba algo más. Me disculpé con él y con el policía, por haberme equivocado, pero no me sorprendería si ahora Liam me odiara.

Aunque no dudaría en que lo hiciera.

— Pesadillas, Señorita Grace, eso es lo que son. —  dijo Farstein con un tono práctico — Ha atravesado una experiencia aterradora y su mente se enredó.

Él estaba siendo amable, pero podía notar que me había desechado como inútil para sus investigaciones. Todos estaban de acuerdo en que yo había sido secuestrada, pero nadie podía probar que alguien más allá de esos dos hombres hubieran estado involucrados. Yo era la clave pero no les estaba abriendo ninguna puerta. Farstein me trajo un maso de cartas y un manojo de flores en su última visita — Aquí tiene, Señorita Grace, espero que esto la ayude a sentirse mejor. — Abrió el paquete y barajó. — Imagino que deber estar aburrida de estar metida aquí. Mi ciudad es un buen sitio para visitar para la mayoría de la gente; lamento que la haya pasado tan mal con nosotros. — cortó el maso y me repartió una mano.

Kyle estaba en el fondo, observándonos desde la puerta. — No estarás corrompiendo a la chica, ¿Verdad Farstein?

— No puede dejar Vegas sin haber probado algún juego de azar.

— No conozco muchos juegos. —  admití.

— Quedémonos con Snap entonces.

— ¿Qué si gano?

— Te quedas con las flores.

— ¿Y si pierdo?

— Aún así te quedas con las flores, pero tendrás que darme una para llevarme aparte.

Farstein se marchó con un clavel en su solapa. Kyle se quedó atrás. Se quedó parado mirando por la ventana por un instante, su inquietud era evidente.

— Grace, ¿por qué no quieres ver a Nathan?

Cerré mis ojos.

— Él está realmente deshecho. Nunca antes lo he visto así. Sé que se culpa así mismo por lo que te sucedió, pero lo ha descolocado de una manera impresionante.

No dije nada.

— Estoy preocupado por él.

Liam no era de los que le confiesa algo a alguien que no fuera su familia. Él realmente debía estar preocupado. ¿Pero qué podía hacerle? Apenas encontraba el coraje de levantarme cada mañana.

— Se metió en una pelea anoche.

— ¿Una pelea? ¿Se encuentra bien? — esta vez la voz salió de  mi.

Hija De NarcotraficantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora