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Estaba acostada en mi cama mirando el techo de mi habitación Ya que no había nada más interesante que hacer, la vida se estaba convirtiendo en una locura total, todo se estaba saliendo de control, simplemente quería cerrar mis ojos y no saber nada más de nada. Pero no era asi de simple, así que poco a poco mis párpados se fueron cerrando para teletransportarme en un sueño.

— ¡No grites! — dice mi tío, o la persona que hacía llámese mi tío.

No era, ni nunca sería merecedor de ese título, trataba de hacerme la vida imposible, siempre supe que el tenía una especie de odio o rencor contra mis padres.

¿Por qué? No lo sabia, su mirada destilaba odio siempre que estaba cerca de ellos, o cuando lo estaba.

— Yo... — su mano impacta en mi mejilla haciendo que callera al suelo y raspara mis rodillas rasgando mi vestido rosa.

— No hables ni digas nada, eres mala. Mala.

Desperté de golpe apenas ese recuerdo me invadió, rápidamente lo tome y lo encerré en lo más profundo de mi mente, no debería recordar nada, absolutamente nada.

Pude escuchar a Jason maldecir mientras buscaba a tientas su bata para tirársela encima de su pijama.

Jhoana me vino a buscar.

— ¿Aún no estás dormida? — pregunta entrando a mi habitación.

— No. — negué desde mi cama —  ¿Qué sucede?

— El FBI está en la cocina. Quieren hablarnos. — dice ella negando — Agradezco que tu padre no  tenga mercancía en casa. — dice ella para salir juntas de la habitación.

Era Kyle con una colega, el segundo hijo de los Benedict.

Él tenía el cabello oscuro largo y lacio, echado hacia atrás en una coleta, y vestía un traje negro con una corbata plateada, dándole ese aspecto dominante pero reservado.

Como su padre, tenía un aura de tranquilidad, como si pocas cosas pudieran llegar a sorprenderlo.

La colega me parecía algo más nerviosa. Estaba golpeando su lápiz sobre su agenda electrónica, con el rostro serio, ensombrecido, su cabellera castaña corta acomodada tras sus orejas.

— Grace. — Kyle me extendió una mano e hizo señas hacia el asiento de frente suyo. Era extraño cómo se comportaba como si estuviera en control de nuestra cocina.

Mis padres solo observaban.

— ¿Te importa si grabamos esto? —  gesticuló hacia el iPhone que yacía sobre la mesa.

Eché un vistazo a Jason. Negó con la cabeza.

— Está bien. No me importa. —presionó un botón — Grabación en marcha. Incidente siete, ocho, barra diez. Entrevista cuatro. Presentes en la habitación están los agentes Kyle Benedict y Anya Kowalski, y la testigo Grace Larusso, una menor. También asisten los padres de la testigo, Jason y Jhoana Larusso.

Esto se estaba poniendo color negro, esto no era normal, había estado en estas situaciones pero ahora, me sentía en peligro, como si dijera algo.

— ¿He hecho algo malo? — pregunté frotando mis manos sobre mi pantalón de pijama.

La expresión de Kyle se suavizó y negó con la cabeza.

— A parte de salir con el idiota de mi hermano, diría que no.  — niega con una sonrisa — Grace tienes dieciséis, ¿no es así? — asentí —  ¿Cuál es tu fecha de nacimiento?

Hija De NarcotraficantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora