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Eran días más Oscuros, más nublados, donde la noche caía con rapidez siendo puntual a las 5:59 pm. Quizás por eso Jun ya no tenía energía al final del día y solo se dejaba caer en la cama esperando dormir y quedarse en el olvido por un buen rato. Él ni siquiera tenía tiempo de buscar algún entretenimiento o algo que lo distrajera de la escuela o el trabajo, algo que no fuera Minghao.

Fue esa noche cuando se dio cuenta que no lograba ni siquiera conciliar el sueño, él solo se quedaba mirando al techo esperando a que dieran las cinco para alzarse y comenzar su productivo –y estresante- día. ¿Qué hacía los fines de semana? Trabajar. Lejos de tener un momento para sí mismo él apenas y tenía tiempo para cubrir sus empleos y no dejar de lado sus estudios, quizás por esa razón el tiempo que pasaba con Minghao lo malgastaba recostándose en sus piernas o acariciando sus delgadas manos.

Ya ni siquiera tenía días buenos o malos, en medio de la noche se encontraba viendo el techo y descubriendo que en realidad había olvidado la mayoría de las cosas, descubriendo que dos o tres semanas pasaron en un parpadeo o que hace años que no hace algo por mero gusto. Esos segundos de descubrimientos son realmente los peores, descubre lo frágil y débil que resulta ser.

Esa mañana no se levantó de la cama, ni siquiera cuando el sol salió colorando el cielo de rosa. Tampoco se levantó cuando su celular comenzó a sonar mostrado el montón de llamadas de sus amigos.

—Hoy no.— susurró a la soledad de su habitación, cerrando los ojos y esperando. —Hoy no...

Y es que ese día era viernes. Los amados días con su profesora. 

Íntimo [JunHao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora