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—¿Cómo van tus clases con Minghao?— Preguntó su profesora con tranquilidad al día siguiente, cuando Jun solo estudiaba para un examen. —Debes estar agotado.

La voz tranquila y firme no logró penetrar el muro que seguía de pie entre ellos, la mujer se sentía completamente confiada de poder acercarse cuando quisiera, y Jun siempre estaba preparado para fingir que estaba a su disposición. Dejó el libro de lado y alzó la mirada, encontrándose con los grandes ojos de ella, sus carnosos labios se curvearon en una sonrisa tierna pero Jun no respondió el gesto.

—Le di una semana de descanso.— Dijo sin mucho interés. —Ambos necesitamos ponernos al día con nuestras clases.

Jun pudo evitar decirle aquello, pero ¿para qué? Tarde o temprano su maestra lo notaría y solo sería una molestia más, por eso no se preocupó por mentir, solo sería perder el tiempo. La mujer se acercó aun consiente que la puerta del aula no estaba del todo bien cerrada, pero de igual manera se tomó la libertad de sentarse en las piernas de Jun y abrazarlo, como si eso fuera lo más común. Y lo era, al menos para ellos.

Era común que Jun sintiera repulsión.

—Eres más maduro que muchos otros adultos...— Dijo la mujer, como si realmente no conociera a Jun. —Tan responsable y consiente. Es por eso que eres un buen hombre Junnie, eres mejor que todos los hombres. Eres perfecto para mí.

—Usted es mi maestra.— Fue lo que pronunció en voz baja, justo antes de seguir el libreto imaginario y abrazarla por la cintura apenas logrando mantener su agarre. —No creo ser del todo perfecto.

—Eso no importa, de vez en cuando es aceptable tener un amor prohibido. ¿Qué haríamos sin un poco de emoción en nuestras vidas?— La mujer tomó entre sus suaves manos las mejillas de Ju para alzar su rostro, manteniendo esa mirada que él detestaba tanto ella solo se acercó. —Junnie, eres esa parte especial de mi vida... ¿yo soy la tuya?

Jun la miró a los ojos manteniendo una completa sinceridad al momento de abrir los labios y pronunciar con lentitud las palabras.

—Claro que eres esa parte especial. — Ella sonrió y lo besó con gusto.

"Aquella parte especialmente asquerosa" Pensó.

Cuando pasos se escucharon por el pasillo su maestra se apresuró a levantarse y a caminar hasta su escritorio. La puerta se abrió segundos despues de que Jun se repusiera del sentimiento asqueado que le llegó de repente a la boca. Alguien se detuvo en la puerta y Jun no alzó la mirada en ningún momento, sin poder saber nada de aquel individuo que parecía haber puesto incomoda a la mujer.

—oh, no esperaba encontrarme con un buen alumno que llega muy temprano a clases...— La voz le era conocida, pero simplemente no encontraba el rostro del dueño en su mente. —¿usted que opina de estos muchachos, maestra?

—Yo...— Su maestra titubeó. —Jun es un muy buen estudiante, él está aquí para repasar en sus asignaturas.

—¿y usted le hace compañía?— Por un segundo Jun sintió una aguja atravesar su cabeza.

—Pidió mi ayuda. —Buena respuesta de la mujer.

JunHui escuchó los pasos acercándose, caminando por el aula e imaginó que aquello se dirigía a su maestra, pero cuando se dio cuenta el andar solo se detuvo cuando estaba a su lado.

—¿Literatura? ¿no es la clase del profesor Choi? Supongo que nadie en su sano juicio le pediría ayuda al profesor Choi... Oh, bien. — Jun no habló ni alzó la mirada. —Como sea, profesora, algunos alumnos la buscan en la sala de profesores, han armado un pequeño alboroto, piden hablar especialmente con usted.

La mujer asintió y tomó sus cosas, sin siquiera preguntar o decir algo, ella solo salió en silencio con el sonido de sus tacones alejándose por el pasillo. Jun aun asi no subió la mirada.

—Con permiso.— Murmuró Jun para levantarse, quería salir de ahí y sacudirse cualquier rastro de su profesora.

—¿ocurre algo malo?

Aquella pregunta lo hizo detenerse a medio camino.

Si, ocurría algo malo.

—No.

—Uhh...— La persona mayor caminó, pasando justo a su lado hasta llegar a la puerta, deteniéndose ahí. Jun por fin se convenció de alzar la mirada y encararlo. —Si ocurre algo malo, puedes buscarme. Yo ayudaré.

No era tan viejo como imaginó, ni tan joven como su voz dictaba. Era una persona que ciertamente tenía un atractivo especial que le decía a Jun que podía cerrar los ojos por largo momento sin preocuparse de nada. Él se veía un poco como el sentimiento que Joshua lo hizo sentir antes. Por eso se preocupó.

—Gracias.— Fue lo único que puedo decir.

—Mi nombre es Jeonghan.

—¿Profesor... Jeonghan?

Jeonghan sonrió de lado.

—En realidad soy el conserje.— ¿eso era una broma? Jun no se rio. —Solo Jeonghan por ahora ¿Cuál es tu nombre?

—¿lo va a recordar?— Las palabras de alguna manera se le escaparon de la boca, él realmente no quería responder de esa manera.

—Uy, te aseguro que lo voy a recordar ahora. — El supuesto conserje volvió a sonreír, ni siquiera un poco ofendido por la respuesta de Jun.

—Wen JunHui. 

Íntimo [JunHao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora