Íntimo [JunHao]

Final (alternativo)

–Un cuento antes de tiempo para mis pesadillas-

Viernes.

Para todos es el mejor día, sin duda, viernes. Pero ¿Cómo sentirse al respecto? Jun ve a Minghao leyendo como todos los días, pero por alguna razón su estomago se aprieta de repente, extiende la mano y toma el brazo del chico para jalarlo, toma entre sus dedos la huesuda mano fria y la coloca sobre sus labios en busca de cariño.

No quiere besar, pero desea sentir al chico. Cierra los ojos y para cuando se da cuenta tiene ambas manos de Minghao contra sus mejillas. Jun alza la mirada y ruega por solo tocarlo. No hay ni una sola palabra de por medio, sin embargo, Minghao lo comprende a la perfección y lo abraza escondiéndolo entre sus brazos, protegiéndolo sin saber de que. Jun respira su aroma y se encoge contra su pecho como un bebé con su madre.

Sobre el suelo de la biblioteca, con los libros siendo los únicos testigos de su necesidad. Abre los ojos sin apartarse.

Necesita a Minghao, y eso le forma un nudo en el estomago, él desea quererlo, solo quererlo sin sentirse morir si no lo tiene. Desea con todas sus fuerzas sentir lo mismo que Minghao describió, quiere corresponder aquel sentimiento con sinceridad y no fingirlo.

Jun quiere amarlo.

Porque eso es el amor ¿verdad? De una manera difícil de describir, para nadie es igual, y de hecho, jun pensaba que no existía, incluso ahora imagina que solo está persiguiendo un falso ideal que Minghao le ha dado. ¿Qué es amar? Para Jun es esa cosa perfecta que Minghao le dijo; no necesitar, no solo querer.

Quiere tantas cosas ese día. Pero se conforma con solo abrazar a Minghao.

Su momento se acaba cuando mira la hora y es tarde. Jun suspira.

—Espérame despues de clases...Por favor, quiero que vayamos juntos a casa.— Se separa poniéndose de pie.

—¿Espero aquí?— pregunta Minghao quedándose en su lugar. —No tengo más clases hoy...estoy libre.

—Si, espérame aquí...— Pero es viernes. —Puede que tarde un poco...Pero espérame cuanto sea necesario ¿si?

—Está bien...

Sus miradas se encuentran por largos segundos hasta que Minghao sonríe y Jun se da la vuelta.

&

Jeonghan se mese sobre la silla de la querida Suni ¿era asi su nombre? Ah, no importa, de cualquier modo él la espera con una sonrisa en el rostro sin ningún objetivo e realidad, es viernes, y las dos últimas horas están a casi empezar, su reloj asi lo marca, entonces ¿Por qué no hay nadie en el aula? Ni siquiera los mejores alumnos.

Vaya.

La puerta se abre dejando las perfiladas piernas pasar, la falda un poco más corta que otros días, un cabello largo y ondulado, cuidado perfectamente. Sin duda es Suni, ella encaja e la descripción de mujer perfecta. Los ojos con largas pestañas se posan en él con sorpresa, la mujer lleva un escote un poco pronunciado. ¿desde cuando se volvió tan observador en una dama? Ah, desde que quiere fundirla en la cárcel.

—¿Qué hace aquí?— Pregunta ella a la defensiva.

—Venía a despedirme de los alumnos, pero parece que no van a llegar.

—¿no podía hacerlo en otra hora de clases?

Jeonghan se encoge en hombros desviando su mirada a la ultima fila, la esquina solitaria del salón donde un conocido alumno se sienta. Ella lo sigue con la mirada pero parece no inmutarse.