El cuerpo delgado de Minghao en realidad no tenía como competir con la figura que se torneaba bajo la ropa de Seungkwan, no era nada comparado e incluso podría parecer aburrido. Pero Jun no dejaba de mirarlo. Lejos de las zonas erógenas su mirada se perdía en quién sabe dónde sin poder mantenerse quieta, él quería memorizarlo por completo, quería que se tatuara en sus recuerdos de forma que no pudiera olvidarlo nunca.
El menor se encogió en hombros tomando sus propios brazos, sus piernas apretándose juntas, hacía algo de frio en la habitación, pero Jun no le permitiría cubrirse hasta que cumpliera lo que su mente ideó.
Se puso en pie y caminó hasta el desdichado cuerpo, dándole la vuelta sin darse el lujo de tocarlo como deseaba, lo encaró hacía el espejo con toda intención de que Minghao se viera a si mismo, pero este tan pronto miró cerró los ojos con pena, intentando ocultar su rostro sonrojado.
—¿alguna vez te has visto a ti mismo desnudo?— Preguntó con ligereza dejando caer su barbilla sobre el hombro del menor.
—Obviamente me he visto...
—¿entonces porque no lo haces ahora?
—Es incomodo si me estás viendo.
Jun intentó creerle debido a que era una buena excusa, pero había algo en Minghao que no parecía convencerlo. Tomó el rostro del chico con una mano y lo obligó a levantar la mirada, en un vano intento de hacer que se encarara a si mismo.
—Aceptaste desnudarte frente a mi ¿solo ahora es incómodo?— Murmuró contra la piel descubierta. —Anda, mírate. — Colocó una mano sobre su vientre. —Despues de todo eres tú.
Minghao abrió un poco los ojos con timidez, queriendo ocultarse entre sus brazos. Jun no se lo permitió, sabiendo que si eso ocurría no serviría de nada su esfuerzo. Un largo silencio los rodeó, mientras que Minghao elevaba de a poco a poco la cara armándose de un falso valor.
Cuando Jun miró hacia enfrente los precisos ojos de Minghao ya estaban sobre el espejo, un sonrojo extendiéndose por sus mejillas.
—¿Qué hay de malo en ti?— Preguntó llevando su mano izquierda hasta el cuello del chico, acariciando la zona de las clavículas. —¿Por qué no crees que pueda gustarme todo?
El chico cerró los ojos y apretó un poco los dientes.
—No hay nada bueno ahí...— Murmuró con dificultad.
—Entonces no te conoces lo suficiente.
—¿y tu me conoces más que yo?— Fue agresivo, pero no asustó ni un poco a Jun.
—Podría apostar que mis ojos han estado más tiempo sobre ti que los tuyos... Y siempre hay algo bueno.
—No cumplo con esa regla.
—Concuerdo.— Minghao estuvo a punto de girarse, sin embargo Jun lo mantuvo quieto. —No la cumples porque no quieres verlo. Porque nunca te has reflejado. Sabes que la persona del espejo eres tú, solo por el hecho de que es un espejo.
Minghao pareció no comprenderlo, su mirada baja buscando la respuesta en algún otro lado que no fuera hacia enfrente.
—Apuesto...— Murmuró solo para Minghao, directo a su oreja descendiendo la mano que había dejado sobre el vientre ajeno. —Que jamás te has tocado.
Sus dedos apenas rozaron la intimidad, pero Minghao ya estaba sonrojado y casi sudando, con la respiración alterada. Sonrió.
En algún momento se encontraron tan cerca del espejo que Minghao golpeó su frente en él, sosteniéndose mientras que la mano de Jun se atrevía a más que solo rozar y acercarse a aquella parte baja. Su mano rodeó el erecto musculo, explorando y tanteando primero para despues agitar un poco la muñeca, reconociendo un agudo gemido como el llanto de algún animal pequeño.
Acarició con lentitud siendo especialmente cuidado, observando con dificultad a través del espejo. Soltó la intimidad para guiar la misma mano un poco húmeda hasta la de Minghao, tomándola y obligando a separarla del espejo para guiarla a la zona erógena. Lo hizo tomarse a si mismo, manteniendo su mano sobre la de él.
—Hazlo.— Le susurró besando l parte posterior de su cuello. —Levanta el rostro.
Minghao obedeció a un ritmo lento, aun con los ojos cerrados mientras que la mano de Jun le daba algo de apoyo.
Mantenerse calmado estaba siendo más difícil de lo que pensó, Jun quería solo lanzarlo a la cama y deshacerse de todo, quería solo usarlo como un agujero mientras observaba su rostro sonrojado y escuchar aquellos suaves jadeos que Minghao soltaba. Maldijo en voz baja cuando un bulto logró pervivirse bajo su ropa.
La preciosa voz de Minghao, que por lo general era baja y tímida, se escuchaba diferente ahora, el chico deshaciéndose en gemido agudos saliendo directo de su garganta, llamando a Jun sin decir su nombre. Pronto la habitación silenciosa solo era un recuerdo lejano consumido por los preciosos y desesperados jadeos.
Jun levantó el rostro de Minghao con una mano, obligándole a verse a si mismo, sin embargo fue un golpe dirigido también para él. Los ojos castaños y vidriosos perforaron muy profundo, como una flecha atravesando su pecho. Y en un segundo todo terminó.
Minghao jadeaba cansado, volviéndose débil y dejándose caer contra Jun quien no lo soltó. Besó su mejilla y lo lanzó a la cama.
—Voy a tener que limpiar eso...— murmuró examinando el vidrio con el líquido espeso escurriéndose.
...
Ay que penita.
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Íntimo [JunHao]
Hayran KurguNo hay nada más íntimo para Jun que Xu Minghao, el alumno de intercambio que fue dejado en sus manos para que este pudiera adaptarse.