—Déjame ver si mi cerebro es capaz de terminar de procesar lo que acaba de pasar—musitó Camila apenas Joel cerró su ordenador portátil con una enorme mueca de confusión instalada en el rostro.—Mi tío Renato, tú padre, el hombre sobreprotector que si pudiese te pondría dentro de una burbuja de cristal, el que te prohibió ver a Christopher sólo porque tenía la manía de querer medio morir en carreras clandestinas acaba de pedirte, es decir...pedirnos, que dejemos que dos extraños con nombres difíciles se queden en esta casa con nosotros...—explicó lentamente bajo la atenta mirada de Joel y Danna.
—Sí. Eso fue lo que hizo...—susurró la castaña soltando el aire de sus pulmones de manera lenta.
—Realmente algo muy malo debe estar pasando en el mundo para que él esté pidiendo eso...—agregó la pelinegra y Joel se echó a reír.
—Cam tiene razón...—comentó Joel y ambas lo miraron tan fijamente que las mejillas del muchacho se sonrojaron sólo un poco.
—Repíteme eso—demandó su hermana y él negó de inmediato.
—En tus sueños...pero lo cierto es que es un poco extraño que mi tío de repente haya accedido a que estos dos chicos, Finnley y Monique se queden aquí...pero también está el hecho de que él jamás permitiría que un par de extraños entrasen a su casa menos con su hija estando presente...realmente debe conocerlos...es muy confuso todo...—murmuró.
—La verdad es que prefiero no pensar en eso por ahora...dejemos que el tiempo lo decida ¿no? Si algo he aprendido desde que llegué a Miami es a que nunca tengo que juzgar un libro por su portada...lo que es no es, y lo que no es, resulta que termina siendo... ¿me explico?—cuestionó Danna en voz baja.
—La verdad es que no...desde que eres novia de Christopher hablas de una manera muy extraña...seguro es el idioma Christopherniano...—suspiró Camila.
—¿Qué?
—No es que las quiera correr o algo que se le parezca... ¿pero se pueden ir de mi cuarto las dos? Quiero hacer una videollamada con Hailee y la verdad es que no hay manera de que eso pase con ustedes presentes ¿podrían continuar con su charla fuera de aquí? Se los agradecería mucho en verdad...—expuso Joel y ambas le lanzaron miradas de reproche.
—Descansa, Joey—susurró Danna depositando un pequeño beso en la mejilla de la chica. Camila entornó los ojos y se acercó a Joel para obsequiarle otro beso.
—De verdad a veces me dan ganas de pegarte, Danna...me haces ser tierna y odio serlo y te odio a ti también por hacerme ser tierna...—murmuró caminando en dirección a la puerta de la habitación de su hermano.
—Claro que no, me amas...—se burló la muchacha y Camila negó.
—De verdad que tienes un ego demasiado grande...
(...)
—¿Por qué me miras así?—cuestionó Christopher sin dejar de mirar a Valentina que lo observaba fijamente y en completo silencio. Un silencio que a decir verdad en ella, era un poco aterrador.
—¿Tú crees que falta mucho para que yo sea grande?—preguntó la niña en medio de un largo suspiro.
Christopher enarcó una de sus cejas y se cruzó de brazos sin ser capaz de apartar la mirada de su pequeña hermana.—¿Por qué quieres saber eso, Valen?—musitó y ella le ofreció una pequeña sonrisa mientras sus mejillas se tornaban rojizas.
—Es sólo una pregunta—respondió encogiéndose de hombros—Es que ya quiero ser grande para que Joey sea mi novio...—el chico se echó a reír y negó divertido.
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OPIA (Éxtasis #2)|C.V.|Completa.
FanfictionLIBRO UNO: ADRENALINA LIBRO DOS: OPIA. LIBRO TRES: ÉXTASIS. _ _ _ _ OPIA. La extraña necesidad de mirar a alguien a los ojos, lo que puede ser al mismo tiempo una sensación invasiva y vulnerable.