—¡Christopher!—lo llamó Danna en un grito. Christopher pestañeó un par de veces tratando de concentrarse y ella acarició su mejilla con delicadeza.—¿Qué te pasa, amor...? Parece como si estuvieses ido o algo así...—comentó.
—No me pasa nada es que estaba pensando en cualquier cosa, no me hagas caso...—respondió ofreciéndole una pequeña sonrisa.—¿Lista para el paseo en yate?—cuestionó.
—¿De verdad está todo bien? Porque pareces un poco preocupado...—hizo una pausa y Christopher la miró a los ojos—Si quieres podemos volver a casa, no tengo problema con eso ¿sabes?—cuestionó sin dejar de ofrecerle pequeñas caricias.
—Está todo bien, de verdad—musitó—Mejor deja de ser una novia sobreprotectora, estoy bien...—agregó acercándose a ella para dejar un beso sobre sus labios pero eso jamás pasó.
—¡Qué lindo es verlos, chicos!—anunció Renato Francis de repente. Christopher se apartó de golpe de su novia y Danna suspiró.—¿Están listos?—cuestionó interponiéndose entre ambos. Danna entornó los ojos y Christopher sonrió divertido.
—Claro, papá—respondió la chica.—¿Tú estás listo?—preguntó.
—Pues claro. Va a ser un día completamente interesante—decidió—Pero vamos, caminemos de una vez que se hace tarde...—pidió empujándolos suavemente a ambos. Danna pasó su mano izquierda por detrás de la espalda de su padre. Christopher rio en voz baja y tomó la mano de su novia procurando no tocar al hombre para que no se diese cuenta del pequeño contacto que estaban teniendo.—¿No creen que es un día estupendo para pasar en familia? Entre más seamos mucho mejor...—añadió.—Y suéltense las manos, por Dios. ¿Sabían que las manos son un acumulador desmedido de bacterias...?
—¿En serio...?—preguntó Christopher con fingido interés. Danna se echó a reír.
—Pues claro, deberían de tenerlo muy presente y evitar a toda costa mantener demasiado contacto físico...—sugirió.
—Creo que lo tomaré en cuenta...—susurró Christopher. Danna lo miró y él le lanzó un beso. Articuló un te amo con sus labios sin emitir sonido alguno y Danna le sonrió ampliamente.
—Te eché de menos, papá...—se burló Danna—definitivamente lo hice...
(...)
El yate era tan lujoso que intimidaba. Christopher era completamente incapaz de apartar la mirada del vehículo acuático en el que se encontraba. Llevó sus ojos hasta Richard y soltó un largo suspiro.
—Realmente espero que les guste el yate de papá—anunció Finnley orgullosamente.
—Es lindísimo—comentó Joel.—Realmente si yo tuviese uno como estos no me molestaría en volver a tierra firme—agregó risueño. Finnley rio.
—Papá lo usa de vez en cuando...le gusta más tierra firme y los vehículos terrestres—confesó encogiéndose de hombros.—¿Te gusta, Dan?
—Nos gusta—respondió Christopher besando la cabeza de Danna.
—Que bien...
—¿Dan...aquí hay tiburones?—cuestionó Milo tomando la mano de su hermana. Christopher rio en voz baja.
—No se van a acercar a ti, Milo—le aseguró la chica.
—Ya me quiero ir a mi casa...—susurró el pequeño. Danna negó un poco y se sentó en el banquillo del yate.
—Oye nada malo va a pasarte ¿sabes? Yo estoy aquí y nunca voy a dejar que nada malo te pase ¿entiendes eso?—preguntó la chica ofreciéndole una pequeña sonrisa.
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OPIA (Éxtasis #2)|C.V.|Completa.
FanfictionLIBRO UNO: ADRENALINA LIBRO DOS: OPIA. LIBRO TRES: ÉXTASIS. _ _ _ _ OPIA. La extraña necesidad de mirar a alguien a los ojos, lo que puede ser al mismo tiempo una sensación invasiva y vulnerable.