C31: Pequeña buena señal.

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Christopher abrió los ojos lentamente encontrándose a sí mismo en su habitación en penumbras. Le dolía la cabeza y el cuerpo entero y ni siquiera podía recordar cómo es que había llegado hasta ahí.

Se giró lentamente y se sorprendió cuando encontró a Valentina sentada junto a él con una pequeña sonrisa en los labios y mirándole fijamente.—¿Valen...?—susurró con la voz adormilada.—¿Qué haces aquí...?

—Vine a quererte mucho—respondió la niña.

—¿A quererme mucho...?—murmuró el castaño. La niña le ofreció otra sonrisa y luego se recostó a su lado apoyando su cabeza en el brazo de Christopher.

—Estás triste porque al abuelo se fue al cielo pero se te está olvidando que dijiste que iba a ser feliz—le recordó—además, Erick dice que ahora que el abuelo se fue al cielo va a ser un ángel de la guarda que va a cuidarnos—agregó.

—Estoy muy seguro que si—coincidió.

—Yo te quiero mucho—le dijo la pequeña castaña y el corazón de Christopher se aceleró de inmediato.—Y me pone triste que tú estés triste...

—Yo te quiero más—musitó él besando brevemente su frente—Valen...

—Erick también dijo que tengo que quererte mucho, darte muchos besos y muchos abrazos para que vuelvas a estar feliz—susurró—Y le voy a decir a Dan que me ayude...—anunció.—¿Si Dan me ayuda a darte muchos besos y muchos abrazos vas a dejar de estar triste? —cuestionó apartándose de él para mirarlo a los ojos un momento.

¿Realmente iba a ser tan débil como para dejarse sumir en una especie de hoyo sin salida como en el que tenía la sensación de estar cayendo? ¿De verdad Valentina -una nena de ocho años- era mucho más valiente, fuerte y madura que él? ¿De dónde sacaba esa niña la fuerza para sobrellevar los sucesos de los días pasados así de bien? Christopher no lo lograba comprender pero si realmente él quería ser un apoyo para su madre y un buen referente para su hermana tenía que comenzar a actuar desde ya.—Te lo prometo...—decidió él en un hilo de voz.—Pero creo que podrías empezar por dármelos tú... ¿te parece bien?

La niña sonrió completamente satisfecha dejando un beso sobre su mejilla.—Si...

(...)

—¿Por qué estamos todos reunidos aquí?—cuestionó Camila observando a Danna que les sonreía a todos como sí de eso dependiese su vida.

—No estoy entendiendo nada—confesó Zabdiel—Y la verdad es que me estoy comenzando a poner nervioso porque esa sonrisa no augura nada bueno...

—Dan... ¿has sabido algo de Chris?—preguntó Richard en voz baja. La castaña dejó de sonreír un momento y negó.

—Hablé con mi papá para contarle todo lo que ha pasado con el señor León y con Christopher y me dijo que lo mejor que puedo hacer en este momento es darle su espacio y no presionarlo—anunció.—Dice que es algo normal que las personas se aíslen un poco después de una perdida de ese tipo, que será cuestión de días para que vuelva a ser el mismo Christopher de siempre y creo que tiene toda la razón—decretó.

—Nosotros hemos estado pasando las tardes en casa de Christopher con Valentina pero él casi nunca aparece. Pasa el día en su habitación y de vez en cuando baja por un vaso de agua o algo parecido pero realmente no dice mucho...—explicó Alyssa.

—En realidad no dice nada—corrigió Erick de inmediato.—Es como si fuese una sombra y ya...

—Pero Valen nos ha contado que a veces sale al jardín para pensar un poco y tomar aire...así que supongo que es una pequeña buena señal...—murmuró la chica.

OPIA (Éxtasis #2)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora