—Tendrías que haber visto tu cara—se burló Hailee mientras caminaba de la mano de su novio por el centro comercial. Joel negó un poco y luego se echó a reír.
—Estaba muy nervioso ¿Qué querías que hiciera?—cuestionó en voz baja.
—La verdad es que te admiro—confesó la rubia de ojos verdes. Joel la miró un momento y sonrió.
Cada vez que la miraba más de treinta segundos le era completamente imposible terminar de comprender como él había terminado enamorado de la misma chica que se dedicaba a hacerle la vida imposible a su hermana.
Había sido una locura pero definitivamente esa había sido la locura más linda de su vida.—¿Por qué me admiras?—preguntó él.
Hailee rio de nueva cuenta y frunció los labios—Porque eres el único demente que se atreve a llevare la contraria a mi papá en cuanto a equipos de fútbol se refiere...—inquirió y el chico rio de nuevo. —Estoy completamente segura que de haber sido posible te hubiese devanado el cuello con la cuchara pero vamos...no lo hizo porque eres mi novio y me haces feliz...y si hay algo que les gusta a los padres eso definitivamente es saber que sus hijas son felices incluso aunque sea a lado de tipos que no tienen los mismos gustos futboleros...—se burló.
—Tengo dos preguntas—anunció Joel sin dejar de caminar—¿Se puede devanar el cuello de una persona con una cuchara?—cuestionó graciosamente.
Hailee pestañeó un par de veces y se encogió de hombros.—¿Quieres probar? Seguro papá estaría encantado de ayudarte a comprobarlo.—comentó arrugando la nariz. Joel rio y negó.—¿Cuál es la otra pregunta, novio?
—¿Te hago feliz?—soltó en voz baja. Hailee detuvo su andar y lo miró un par de segundos—¿Realmente eres feliz conmigo...?
El corazón de la chica comenzó a latir desenfrenadamente dentro de su pecho. Soltó un pequeño suspiro y se puso de puntitas para alcanzar sus labios. —Esas, Joel Pimentel...son dos preguntas...y la respuesta es sí...nunca fui tan feliz antes como lo soy contigo...
Joel le dedicó una sonrisa y apiadándose de ella hizo presión sobre sus labios obsequiándole un pequeño y tierno beso que hizo que todo el sistema nervioso de Hailee se activara.—Te amo...
—Y yo te amo más...
(...)
Christopher Vélez realmente no podía terminarse de creer que aquella chica que yacía entre sus brazos fuese la misma chica que había conocido en la puerta de su salón unos meses antes. No podía terminarse de creer que había estado a punto de perderla luego del accidente por su pérdida de memoria así como tampoco podía terminar de creer que acabaran de hacer el amor.
Danna era magia pura. Tenía algo especial que la hacía ser simplemente la chica más perfecta sobre la Tierra y él la amaba. De eso estaba completamente seguro.
Danna se giró entre sus brazos y él sonrió un poco girándose de lado para poder obsérvala. Su cabello castaño caía libremente sobre su espalda emanando ese aroma que él amaba. Le apartó el cabello lentamente rosando intencionalmente las yemas de sus dedos con la espalda de la chica.
Rio en voz baja dándose cuenta de la manera en la que su piel se erizaba y comenzó a ofrecerle pequeñas caricias. Danna soltó un jadeo pero no se movió ni un solo centímetro.
Danna abrió los ojos lentamente encontrándose con la pared de la que claramente no era su habitación. Se quedó completamente quieta observando la pequeña montaña de ropa que descasaba en el suelo y sintió sus mejillas calentarse al mismo tiempo que Christopher pasaba su brazo sobre su cintura y dejaba un pequeño beso sobre uno de sus omoplatos.
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OPIA (Éxtasis #2)|C.V.|Completa.
FanfictionLIBRO UNO: ADRENALINA LIBRO DOS: OPIA. LIBRO TRES: ÉXTASIS. _ _ _ _ OPIA. La extraña necesidad de mirar a alguien a los ojos, lo que puede ser al mismo tiempo una sensación invasiva y vulnerable.