C39: Una carta de despedida.

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—¿Ya vas a quitar esa cara?—cuestionó Danna a la mañana siguiente mientras Joel permanecía con la vista clavada en su plato de cereal con leche.

—No puedo terminar de creer que voy a ser tío dos veces y casi al mismo tiempo—replicó.—son tan irresponsables las dos...—agregó mirándolas mal.

—No eres virgen—soltó Camila y las mejillas de Joel se sonrojaron de inmediato.

—Eso es algo que no te incumbe...—le dijo su hermano. Camila rio y negó un poco.

—No eres virgen y nosotras tampoco lo somos así que deja de ser tan mojigato y saca tu verdadero yo—replicó ella. Danna rio en voz baja y negó un poco. Era divertido ver a sus hermanos pelear de esa manera.

—¡Que graciosa!—se quejó Joel de nueva cuenta.—De verdad que ustedes van a hacer que mi tío Renato se muera de un infarto o algo parecido—suspiró—recién se entera que Camila será madre y ahora viene a Danna a decirle que también lo será...

—Gracias por recordármelo, Joey...—susurró la muchacha.—Ya hiciste que se me quitara el hambre.—Camila negó un poco poniendo mermelada de zarzamora encima de sus huevos revueltos y Danna hizo una mueca de asco—Y tú acabas de hacer que se me revuelva el estómago...

—Ya te quiero ver en unas semanas más...—suspiró la pelinegra.—Delicioso...

—¡Asco!—se burló Joel.

—¿Cómo demonios es que terminaste aquí? —cuestionó Camila mirando a su hermano. Joel entornó los ojos y negó.

—No crees que si supiera entonces no hubiera terminado aquí...—hizo una pausa—rodeado de embarazadas que comen asqueroso, por cierto...—Danna se echó a reír. Joel negó.

—¡No uses el sarcasmo conmigo, jovencito!—replicó Camila al tiempo que el timbre de la puerta principal de la casa hacía eco en todo el lugar.

—Yo voy...—anunció la castaña poniéndose de pie.—De todos modos ya no tengo hambre...

Camila rio completamente divertida llevando una cuchara con comida a su boda.—Delicioso... —se mofó sin despegar sus ojos de su hermano.

—Hola chicos...—saludó la chica abriendo la puerta de su casa y ofreciéndole media sonrisa cuando encontró a Erick y Zabdiel frente a ella.

—Hola Dan...—susurró Zabdiel sonriéndole débilmente.—¿Podemos pasar...?

—Claro—indicó la castaña. Erick la observó un momento y se le agrietó un poco el corazón al verla. Danna parecía tan feliz que ya sentía pena sólo de pensar en lo que le esperaba—De inmediato le digo a Joel UE están aquí...

—No venimos a ver a Joel—anuncio Erick y automáticamente Danna lo miró.

—¿Entonces...? No estoy entendiendo...

—En realidad venimos a verte a ti, Dan...—le dijo el pelinegro pasándose su mano derecha por su cabello.

——O...kay. Chicos no estoy entendiendo nada pero pasen...—murmuró abriendo la puerta por completo para que ellos pudiesen pasar. Danna realmente no terminaba de comprender el porqué de la visita de sus amigos pero tampoco iba a cuestionarlo sin antes escuchar atentamente.

Sabia de primera mano que no escuchar a las personas siempre traía consigo problemas mayores, ya lo había vivido con Christopher y no pensaba volver a vivirlo nunca más. Menos ahora que estaba completamente feliz y esperando ansiosamente que la tarde llegase para poder reunirse con él y contarle que serían padres.

OPIA (Éxtasis #2)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora