C4: Promesa rota.

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—¿Qué quiere decir eso exactamente?—preguntó Christopher lentamente sin querer escuchar realmente la respuesta La sabía, claro que lo hacía pero se rehusaba a aceptarlo.

—Sabes muy bien a lo que me refiero—respondió Sander en voz baja.—Sabes muy bien que Blondi es un tipo peligroso y que no te conviene tenerlo de enemigo...mucho menos tratar de huir porque no importa a donde vayas siempre encontrará la manera de encontrarte, Christopher...—le explicó sin dejar de mirarlo.

El muchacho apartó la mirada y dejó que todo el aire que tenía contenido en sus pulmones escapara lentamente de ellos sintiendo de repente un gran dolor de cabeza.—No voy a volver a correr...—decidió volviendo su mirada a Sander.

—No tienes otra opción...y si sabes lo que te conviene entonces lo harás...

—¿Por qué demonios no puede entender que no quiero hacerlo? No me interesa volver a medio matarme ¿sabes? No quiero volver correr en carreras clandestinas...—musitó firmemente.

—Pues entonces ve pensando cómo vas a hacer para devolverle diez mil dólares a Blondi...—murmuró el muchacho jugueteando con el servilletero de meta de la mesa.

—¿Qué?—hizo una pausa—¿Qué no se supone era una apuesta? En las apuestas no siempre se gana...

—El punto aquí es ni tú ni Zabdiel terminaron la carrera y eso fue lo que más le molestó—anunció y Christopher negó levemente.

—Sander...esto es una gran estupidez...

—Sólo me pidieron que te diera el mensaje, realmente no soy quien lo está pidiendo, Christopher...y si me permites darte un consejo entonces comenzaría a hacerme a la idea de que tienes que volver a hacerlo...ya no es tanto por ti, es más bien porque si haces que Blondi se enoje entonces no sólo tú sino todas las personas que te rodean estarían en peligro...—hizo una pausa—Sabes de lo que hablo...

—¿No hay otra opción, cierto?—murmuró el castaño y el pelinegro negó.

—No en realidad...—respondió.

Christopher inspiró profundamente y apartó la mirada.—Está bien...

—Bienvenido a Chesburg de nueva cuenta, Vélez...

(...)

—¿Entonces qué te parece una cena en la playa?—cuestionó Erick sin dejar de mirar a Zabdiel que jugueteaba con un destornillador completamente ajeno a las preguntas de su amigo.

—¿Qué?—susurró y el ojiverde entornó los ojos.

—No me estás poniendo atención, Zabdiel—se quejó Erick.—Te he estado dando un montón de propuestas para que me ayudes a elegir la mejor y así pedirle una cita a Alyssa y todo lo que haces es ignorarme—añadió en voz baja.

—Lo siento es que...estaba pensando, sólo eso...— respondió en voz baja.

—¿Qué se supone que estabas pensando?—preguntó Erick y Zabdiel sonrió un poco.

—En que es demasiado raro que ni Richard ni Christopher hayan dado señales de vida aun ¿no lo crees?—inquirió y Erick se encogió de hombros.

—Creo que deberíamos llamar a Joel para preguntarle—murmuró el pelinegro—Después de todo ellos dos son los novios de sus dos hermanas, supongo que algo deberá saber ¿no lo crees?

—Me parece una buena idea...—respondió Zabdiel mientras su amigo tomaba su celular para llamar a Joel. Zabdiel se quedó completamente en silencio sin apartar la mirada de Erick que hablaba por teléfono.—¿Y...?

OPIA (Éxtasis #2)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora