C37: Familia.

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—¿Señor Francis...?—susurró el castaño apenas abrió la puerta de su casa. Frente a él, Renato y Danna Francis permanecían de pie observándole fijamente sin emitir sonido alguno.

No podía terminar de comprender porque la visita de su novia y su padre pero por lo menos tenía una idea. Y aunque no le gustase aceptarlo, no le gustaba para nada.

La vida de Christopher en las últimas semanas se había convertido en una especie de infierno en el que parecía que las cosas todos los días empeoraban un poco más. Ansiaba con desesperación un momento de paz pero en ese momento entendía que no se podía dar el lujo de tenerlo. Ni lo tendría nunca, claro estaba.

—Necesito hablar contigo, Christopher—anunció el hombre.

—Claro, pase...—susurró abriendo más la puerta para que pudiese pasar. Danna le ofreció una pequeña sonrisa y se puso de puntas para dejar un beso sobre los labios de su novio.—¿Pasa algo malo, cierto?—susurró mirándola a los ojos.

Ella negó.—No sabría si llamarlo malo o bueno, lo cierto es que es una gran locura—respondió.—pero no te preocupes porque según él tiene todo bajo control...—añadió.

—O...kay.—musitó. Entrelazó su mano con la de Danna y luego de cerrar la puerta los dos lo siguieron hasta la sala.

—Primero que nada tienes que saber que de verdad lamento todo lo que pasó con tu abuelo...no había tenido la oportunidad de verte y bueno...de verdad lo siento...—inquirió él. Christopher asintió lentamente.

—Gracias...—hizo una pausa—tome asiento, por favor...

—¿Cómo está tu madre?—preguntó él mirándolo fijamente.

—Reponiéndose pero bien...—respondió el muchacho de manera lenta.—Señor Francis...

—Te he dicho millones de veces que me llames Renato—replicó. Christopher suspiró.

—Lo siento...es la costumbre...—susurró.—¿pasa algo malo, cierto?—Renato suspiró.

—Pues tomando en cuenta que todo ha ido mal pero ninguno ha tenido la delicadeza de decírmelo...si, algo así pero no en el sentido en el que estás creyendo.—Danna lo miró.—Dan me ha contado todo lo que pasó y déjame decirte que te admiro, no te voy a negar que me pareció una forma bastante drástica y todo lo demás pero al final de cuentas es admirable...

—Yo no tengo nada admirable...—respondió Christopher en voz baja.

—Defendiste a las personas que amas sin importante si tenías que sacrificarte tú en el proceso para ponerlas a salvo, eso para mí es admirable y honorable...—suspiró—Y mantuviste a Danna a salvo, eso es algo que te voy a agradecer toda la vida...

—De verdad nunca en la vida me iba a perdonar si algo malo le pasaba a Dan...o a cualquiera de los chicos, por eso lo hice...pero también rompí mi promesa y en el fondo eso me pesa demasiado...—Renato negó.

—Pero lo hiciste por una buena causa...—le sonrió.—El punto Christopher es que Dan me contó que con alguna especie de plan demente lograron obtener pruebas en contra de Blondi...—Christopher asintió.

—Monique fue quién lo hizo...—le aseguró—fue quién decidió ponerse en riesgo para ayudarnos...

—Lo sé, Dan también me lo dijo y sé que está quedándose aquí mientras encuentra su lugar así que...me gustaría hablar con ella para pedirle una disculpa por haberla tratado mal y haberla echado de casa...—musitó lentamente.—pero eso será después, por el momento tenemos que concentrarnos a lo que he venido...

OPIA (Éxtasis #2)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora