C18: Disculpas y sorpresas.

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—¿Se puede saber qué diablos pasa contigo?—cuestionó Renato entrando en la habitación de su hija. Danna se quedó quieta observándole sin emitir palabra alguna y apartó la mirada.—¡Danna!

—Lo siento...—susurró simplemente.

—¿Qué es lo que pasa, amor? Tú no eres así, Dan... —inquirió tomando asiento en la cama de la chica.—Dan...

—Papá...ya sé que me comporté de una manera pésima con Milo, es sólo que...no pretendía lastimarlo...

—Es un niño, Danna...no tiene más de ocho años...—anunció en voz baja.

—Lo siento, de verdad...se me salió de las manos, papá...—musitó lentamente.

—Sé que tienes resaca y supongo que debes de sentirte completamente mal pero vamos...no puedes ir por la vida siendo grosera con todo el mundo, mucho menos con tu familia solamente porque te sientes mal ¿entiendes eso, cierto?—cuestionó. Danna asintió lentamente.—No me agrada mucho que hagan fiestas y se embriaguen pero también sé que ya son adultos y que pueden tomar sus propias decisiones y hacerse cargo de las consecuencias que estas decisiones pueden traer...—le explicó lentamente. Danna bajo la mirada y negó un poco.—¿Qué más pasa, Danna?

—Creo que tengo que pedirle una gran disculpa a Camila y Joel...—confesó.

—¿Y entonces que es lo que estás esperando para hacerlo?—cuestionó.

—Es un poco difícil ¿sabes? Es decir, es difícil pedir perdón a las personas cuando sabes que eres la única responsable de todo...pesa mucho, papá...—inquirió mirándolo a los ojos.

—Puede que sí pero nosotros te educamos para que siempre hicieras lo correcto, cariño—Danna suspiró.

—Los eché mucho de menos, pa...—anunció. Renato le sonrió un poco y la envolvió en un largo abrazo antes de que las primeras lágrimas rodaran por las mejillas de Danna.—Y soy demasiado estúpida que terminé arruinándolo todo con Milo...es mi hermano y ahora debe odiarme...

—No te odia, Danna. Sólo está un poco confundido y un poco decepcionado pero no te odia...Dan, en el corazón de los niños puedes estar completamente segura que nunca va a haber espacio para el odio o el rencor, Milo es así, es un alma pura que no alberga ningún sentimiento negativo hacia nadie y mucho menos hacia ti que eres lo que más ama en la vida...—expuso el hombre frotando delicadamente la espalda de su hija.

—De verdad soy la peor hermana del mundo, papá...—susurró.

—No lo eres...ahora, creo que en lugar de estar pensando en esas cosas deberías darte un baño, tal vez de esa manera la resaca disminuya un poco y luego cuando tengas la mente más despejada ve a hablar con tus hermanos...—decidió apartándose de ella para mirarla a los ojos.—¿Pasa algo más?—Danna negó.—¿Entonces por qué esa carita?

—Papá... ¿tú crees que es una buena idea seguir cerca de Finnley?—cuestionó en voz baja.

—¿Seguir cerca de Finnley?—repitió el hombre—Creo que no estoy entendiendo a que es a lo que te estás refiriendo exactamente.

—Es decir, el otro día fuimos a cenar con su padre...con los chicos pero Joel y Camila piensan que es raro...que Finnley es un poco raro y están completamente convencidos de que yo le gusto...—Renato suspiró.

—Dan...si tú crees que eso es cierto y notas actitudes raras en Finnley creo que lo mejor será que te alejes un poco de él, amor...tú tienes un novio y en caso de que sea de la manera en la que tus hermanos piensan entonces realmente creo que eso va a ser un gran problema...puedes tener problemas con Christopher ¿sabes?—Danna suspiró.

OPIA (Éxtasis #2)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora