Capítulo 19 Arriesgarnos juntos.

688 64 47
                                    

           

Narrador

Annie se encontraba entre hundida entre la multitud de almohadas en su cama, bajo las cobijas ocultaba su cuerpo y un tanto su rostro. Este se encontraba un tanto desanimado, sus ojos estaban hinchados y rojos, única hija del matrimonio Cavill había llorado durante un poco más de media noche hasta que se había quedado profundamente dormida. Bien lo había dicho, lloraría por el día de ayer y hoy tendría la sonrisa de siempre, pero por mucho que quisiera poder sonreír, ella solo se encontraba mirando el blanco techo de su cuarto mientras exactamente no miraba nada. Su mente volaba entre miles de pensamientos y a la vez en ninguno, solo estaba ahí, solo era su cuerpo acostado sin siquiera estar presente en el planeta.

Por su parte Christian había despertado hace un rato y había pensado mucho en la conversación que había tenido ayer con su padre, algo cosquilleaba su cuerpo, algo lo inquietaba desde ayer, algo que el menor de los Brook no tenía ni la menor idea. No tenía ni idea de la hora que era, pero eso lo averiguaría en este instante. Christian quito las sabanas de su cuerpo y se puso de pie, con pasos un poco torpes, comenzó avanzar por su habitación, sus pies se golpearon un par de veces con algún que otro objeto o mueble, pero por fin había llegado a su destino. Entre sus manos había tomado la tela de la cortina de su habitación y la había abierto dejando entrar la luz del sol. Según él, los rayos del sol que pegaban en su piel y el calor, suponía que eran entre las 10:00 y 11:00 de la mañana, avanzo hacia su baño e hizo la rutina de la mañana.

Por otro lado, Annie seguía en la misma posición, sabía que debía ir a desayunar, pero cuando su madre vino a preguntarle si bajaría a desayunar con ellos, ella negó. Un casi inaudible; no, presencio su madre del otro lado de la puerta en pleno pasillo. Aunque su madre tenía la esperanza de que baja a desayunar, entendía perfectamente el que su hija no quisiera bajar con ellos a la mesa, esta vez no insistiría y bajaría sola esta vez. Apenas comenzaba el día y este sería uno muy largo, por lo que preocupada por su hija decidió que sería mejor no abrir la tienda por el día de hoy, sería mejor quedarse en casa a cuidar de su hija.

En casa de los Brook Christian caminaba por la casa acompañado de su mejor amigo y guía de cuatro patas en busca de su hermano mayor, con el cual, no había hablado desde ese día en la cena, pero que hoy lo necesitaba más que nunca como el hermano mayor y protector que Adam era.

- ¿Qué buscas? – la voz de Adam lo hizo poner una enorme sonrisa en su rostro, una que Adam miro con el ceño a medio fruncir y una ceja alzada, pues Christian no era mucho de sonreí y menos si era por causa de Adam.

- Te busco a ti – aseguro Christian buscando el cuerpo de su hermano. Adam tomo la mano desesperada del menor de ellos entre la suya para que dejara de buscar – Necesito tu ayuda.

- ¿Para qué? – cuestiono este otro curioso.

- Solo vamos a mi habitación por favor – pidió el menor de los hermanos al mayor.

- De acuerdo – Adam tomo nuevamente a Christian del brazo, un poco molesto el menor de los Brook resoplo, pero como en verdad le urgía llegar a su habitación, solo se dejó guiar por Adam – Cuidado con la puerta – anuncio el hermano mayor, Christian se detuvo en busca de la chapa, pero Adam ya la había abierto indicándole que pasara, – Y bien – el mayor de los Brook tomo asiento en la cama de su hermano - ¿Qué pasa?

- Antes que nada, quiero pedirte una disculpa – comenzó hablar Christian – Siento mucho que mis padres te hayan castigado. Yo mismo hablare con ellos para que te levanten el castigo.

- ¿Ok? – Adam miraba a su hermano con su ceño a medio fruncir y una mueca de lado, no sabía porque su repentino arrepentimiento.

- Y quiero pedirte un favor.

Pon tus ojos en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora