Capítulo 35 Pequeña nota

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- Si estuvo bueno el descanso ¿No? – comento Adam recargado frente a la puerta del vestidor de las chicas. Me detuve abruptamente al mirar a mi mejor amigo y hermano de mi novio cruzado de brazos y con una sonrisa en su rostro.

- ¿Adam? – pregunto Christian tras de mi - ¿No deberías estar en clases?

- Al igual que ustedes dos – nos señaló – Yo tengo la excusa que el entrenador nos mandó a llamar ¿Y ustedes? – cuestiono con una sonrisa divertida - ¿También entrenan algo?

- Tan solo han pasado dos minutos de que termino el descanso – comente mirando mi reloj – Christian se sintió mal y lo lleve a enfermería.

- ¿De qué? ¿De calentura? - una ceja se alzó en el rostro de Adam, logrando que mis mejillas se sonrojaran notablemente.

- Lárgate, Adam – menciono un molesto Christian tras de mí. El mayor de los hermanos solo soltó una enorme risa y avanzo hacia nosotros.

- Nos vemos, linda – dejo un beso en mi mejilla – Te veo a la salida ojitos – comento hacia su hermano y así comenzó avanzar por el corredor hacia la salida.

- Idiota – susurro mi novio tras de mí.

- Vamos – tome su mano jalándolo para caminar – Debemos tomar clases.

***

Narra Christian

- ¿Adam? – pregunté por la casa intentando encontrar a mi hermano - ¿Adam? – no obtuve respuesta de nadie - ¿Hola?

- Niño – escuche la voz de May cerca - ¿Qué busca niño?

- A mi hermano – respondí - ¿Sabes dónde está?

- Aun no regresa de la escuela – comento – Pero supongo que no tardará en llegar ¿Necesita algo? Puedo llevarle algo si lo necesita.

- No – negué con una pequeña sonrisa – Solo quería hablar con mi hermano. Lo esperare en la sala. Gracias, May – camine con la guía de mi bastón a la sala donde tome asiento y espere con paciencia a mi hermano mayor.

Aproximadamente unos quince minutos después escuche la puerta de la casa siendo abierta.

- ¡May llegue! – comento aquella voz – Dejare la mochila de ropa sucia aquí iré a tomar una ducha que estoy muy sucio – me puse de pie rápidamente en el mismo lugar.

- Adam – llame antes de que subiera a su habitación - ¿Puedo hablar contigo?

- Si claro – aseguro – Solo deja tomo una ducha y...

- Es urgente – comente – Si quieres mientras te bañas podemos hablar – escuche como mi hermano emitía un sonido e interrumpí – Soy ciego imbécil, no te mirare y aunque lo hiciera no lo haría. Qué asco.

- Si, tienes razón – comento – Vamos – sentí una mano posarse en mi brazo – Te ayudare a subir, solo no seas impaciente.

***

- ¿Qué? – escuché la puerta corrediza ser movida, por lo que intuí mi hermano me miraba - ¿Qué planeas qué?

- Hacerlo con Annie – respondí sintiendo mis mejillas arder completamente.

- Oh Christian – suspiro mi hermano y escuché como el agua dejaba de correr, sentí su presencia más cerca de mí - ¿Estás seguro? – pregunto y sentí como unas gotas de agua caían a mi cuerpo – Es decir, ¿no quieres esperar un poco más? – negué con la cabeza - ¿Por qué no esperas un poco más? Eres joven y...

- Tu a mi edad ya te acostabas con chicas – recordé - ¿Por qué yo tendría que esperar? Solo porque no veo.

- No – respondió – Es solo que... ¡ah! – soltó un bufido y escuche sus pisadas ir a su habitación – Christian no es lo mismo, tu eres mi hermano y te quiero, idiota, pero te siego viendo...

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