Capítulo 15 Hola mamá y papá

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Mi respiración comenzó a ser un poco más tranquila, mi coraje comenzó a disminuir al punto de desaparecer por completo, ahora solo sentía tranquilidad y mucha paz. Me sentía cómoda y muy a gusto en mi lugar.

- ¿Cómo te sientes? – pregunto esa dulce voz a un lado de mío.

- Mejor – mi voz salió en un pequeño susurro, tan débil que apenas y fue audible. Me separé de Christian mirándolo completamente, empezando por sus pies y subiendo mi mirada hasta su rostro – Gracias – sonreí de medio lado tímidamente.

- No tienes que agradecer nada – aseguro el con sus ojos directos hacia cualquier parte, menos a mí. Sus ojos eran un tono azul verdoso tan llamativos y a pesar de no tener vida en ellos, eran tan brillantes, que parecían tener más vida que cualquier otros que haya visto en la vida.

- ¿Estás mejor? – Adam acaricio mi brazo por la parte de atrás llamando mi atención.

- Si – asentí un poco más tranquila, con una pequeña sonrisa adornando mi rostro – Estoy mejor. Gracias – Adam abrió la boca para hablar cuando una voz fuerte y grabe interrumpió a mi amigo reclamando la atención de todos en la escena.

- ¡Señorita! – uno de los policías de la plaza llego hasta nosotros saliendo por la misma puerta que yo lo había hecho momentos atrás. Sentí como mis nervios regresaba, mi sangre bajo totalmente, mi corazón dentro de mi pecho comenzó a latir tan rápido, que perfectamente podía sentirlo en mi garganta y retumbaba en mi cabeza. Mi mano tomo la mano de la primer persona que encontró apretándola con nerviosismo – Tendremos que llamar a sus padres – informo aquel hombre uniformado, ocasionando que mis piernas se debilitaran por completo, como si de fideos se trataran – Por favor acompáñeme – aquel hombre me sujeto del brazo, mi cuerpo no reacciono y solo se quedó en su lugar sin moverse, estaba paralizada.

- Señor no creo que sea para tanto – aseguro la voz de Adam y su cuerpo se colocó frente a mí.

- ¿A no? – cuestiono este – Ella le acaba de romper la nariz a una chica. Yo creo que eso si es para mucho.

- No – aclaro Christian esta vez – Annie solo me defendió. Aquella chica se estaba burlando de mí, Annie solo salió a mi defensa. Fue como en defensa propia por mí.

- Aun asi debemos hablarles a sus padres – aseguro el policía.

- Por favor no – supliqué por primera vez – Ella es la que debe estar en un tutelar de menores, yo no – comencé entrar en pánico – Ella es mala, yo solo defendí a mi amigo y a mí. Ella me acosa desde la escuela, se metió con el que era mi novio. Ahora ellos dos están juntos y desde entonces me hace la vida imposible, sé que no hice lo correcto señor, pero no fue mi intención, solo actué y lo siento mucho, pero de verdad, lamento mucho el inconveniente que le hice pasa. Porque no lamento en lo absoluto el haberle dado su merecido, pero por favor no llame a mis padres.

- Respira – comento aquel hombre – Mire señorita – comento aquel hombre más tranquilo – Debemos llamar a sus padres para que todo esto se arregle. Porque al parecer es algo complicado.

- Si Annie – comento Maya tras de mi – Ve. Yo llamare a tus padres – aseguro ella insistiendo mucho que fuera adentro. Se supone que es mi amiga y debe de apoyarme, no lanzarme al matadero – Acompáñenla por favor. Mientras yo llamo a sus papás.

°°°°°

Mis piernas se movían nerviosamente en aquella silla donde me encontraba sentada, la sala en la que me encontraba con Adam y Christian a mi lado era blanca, en sus paredes había cuadros de prevención en incendios, temblores y hasta en un ataque terrorista. También se encontraba mapas, de la ciudad, el país, el estado y el centro comercial. Nada inusual a otra habitación.

Pon tus ojos en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora