Me daba una mirada en el espejo, observándome de pies a cabeza. Me miraba y no creía lo que veía, me veía muy diferente a como siempre luzco. No es que nunca hubiera usado un vestido, pero para ocasiones como estas me sentía un tanto extraña. Usaba vestidos para algún desayuno especial o incluso para ir a la escuela, pero eran vestidos más informales, tampoco era como que el vestido que vestía ahora fuera la gran cosa o fuera de marca, para nada, pero era muy bonito para mi gusto.
Deje de mirarme y tome mi celular al escuchar la puerta de la entrada ser abierta, eso significaba que mamá y papá habían llegado. Salí de mi habitación bajando las escaleras con cuidado a paso veloz.
- Hola – salude cuando ambos aparecieron en mi campo de visión.
- Que linda te ves – comento mi madre mirándome con una enorme sonrisa.
- Vas muy elegante ¿No lo crees? – papá me observo con una ceja alzada.
- Amor – mamá le reprocho – Nuestra hija se ve preciosa – baje el último escalón y abrace a papá de costado, restregándome en su cuerpo. Le hice los mejores ojos de cachorro que pude, haciendo que papá solo sonreirá y besara mi frente con un sonoro beso.
- En eso tu madre tiene razón – aseguro papá y sonreí abiertamente feliz.
- Te amo – lo abrace más fuerte y mamá carraspeo – A ti también mami – asegure. El sonido de mensaje de mi celular se escuchó y vibro en mi mano. Adam me avisaba que se encontraba fuera de mi casa. El timbre de la puerta se escuchó indicando que no mentía y que se encontraba afuera – Yo abro.
- Ah, no – papá me tomo del brazo, haciéndome pasar hacia atrás de él y adelantándose abrir la puerta.
- Hola señor Cavill. Buenas noches – saludo la voz de mi amigo amenamente y sin titubear - ¿Esta Annie?
- ¿Annie? – cuestiono papá, mire a mamá y esta solo negó con una sonrisa .
- Si. ¿No le comento que mis padres la invitaron a cenar a casa? – cuestiono él sin entender.
- ¡Ah! ¿Sí? – comento papá - ¿Y a qué se debe la cena?
- Es en agradecimiento a que Annie salvo la vida de mi hermano – comento con simpleza.
- Ya papá – me coloque a su lado – Lo asustas sin razón alguna. Estoy lista Adam – asegure – Vuelvo en un rato más – bese a papá en la mejilla y a mamá por igual.
- No se preocupen señores Cavill. La traeré sana y salva – aseguro – Y muy bien comida – mamá sonrió enternecida hacia mi amigo.
- Adiós – me despedí de mis padres y bajé los escalones del pórtico – Tienes nervios de acero – le comenté a mi amigo caminando a su lado.
- Bueno – este se encogió de hombros y abrió la puerta – Tengo experiencia con los padres – sonreí divertida e ingresé al auto.
°°°°°
Mis nervios comenzaron a ser más notables cada vez que me acercaba más a la casa de los Brook, comencé a tronar mis dedos, acción que hacia cuando estaba nerviosa, desesperada o aburrida.
-Relájate – comento Adam concentrado en conducir – No te comerán o algo por el estilo – suspire pesadamente tratando de relajarme – Solo te amaran – gire a ver a mi amigo – Qué, es inevitable no hacerlo – lo mire con una ceja alzada cruzándome de brazos sobre mi pecho – Yo te amo mucho, así que no me mires con esa cara – sonrió coqueto y siguió con su vista en el camino.
- Yo también te quiero Adam – acepte con una sonrisa – Tú me brindaste tu amistad cuando no tenía a nadie. Estoy muy agradecida y te debo mucho.
ESTÁS LEYENDO
Pon tus ojos en mi
Novela JuvenilAnnie, deportista, capitana del equipo de fútbol, un gran grupo de amigos y un novio. ¿Qué pasa cuando crees ser feliz pero sólo es rutina? ¿Por qué a pesar de eso no se siente cómoda con su alrededor? ¿Qué le hace falta... o le sobra? Christian...