Capítulo 39 Eso fue demasiado incómodo

430 38 21
                                    

Risas y más risas era todo lo que se escuchaba a nuestro alrededor, mis mejillas dolían de tanto reír, al igual que mi estómago. Mis ojos lloraban por si solos, pero esta vez eran lágrimas de felicidad, o más bien de diversión, en realidad no podíamos parar de reír de las tonterías que Adam contaba, era tan divertido las anécdotas que contaba, algunas de su antigua de escuela y otras más cualquiera otra cosa.

Mi cabeza se encontraba reposando en el estómago de Christian, mientras este sostenía mi mano izquierda, ambos nos encontrábamos acostados en la arena, de hecho, todos los estábamos. Maya se encontraba a mi izquierda, al otro lado de mi amiga se encontraba Kevin y a nuestra derecha estaba Adam narrando sus anécdotas, actuaba y en ocasiones se ponía de pie para poder imitar sus antiguas acciones.

La noche ya había caído sobre nuestras cabezas y gracias a que la mayoría de las personas salió a bailar o de antro, pues nos encontrábamos prácticamente solos, solo unas parejas que paseaban por ahí, pero no se detenían, ni siquiera nos hacían caso, a pesar del escándalo que estábamos haciendo. Aunque, como ya dije, solo eran unas fuertes risas y carcajadas.

Era nuestra segunda noche aquí y el día se me había pasado en un abrir y cerrar de ojos. Amaba lo que teníamos, lo que teníamos los cinco, nunca creí tener estas amistades. P­­­­­­­­­orque, recapitulemos; Maya, mi mejor amiga desde kínder, la amiga con la cual crecí toda mi vida y la que es más que una hermana, la misma que abandone y humille por ser novia de un idiota. Esa chica que sin importar todo lo que le ocasione y lo que no evite, acudió a mi auxilio cuando lo necesite, ella fue la única que lo hizo aquel día donde nadie movió ni un solo dedo, ella, la chica que siguió a mi lado después de todo.

Después esta Kevin, aquel deportista que parecía no tener mucho cerebro siendo la sombra de Ethan, Kevin resulto ser todo lo opuesto a lo que imaginaba de él, es un chico inteligente y bueno. Cómo cualquiera de nosotros, tiene sus altas y bajas, sus errores, virtudes y defectos, pero es que nadie es perfecto. Kevin resulto ser un buen amigo y alguien en quien se puede confiar.

Luego esta Adam, aquel chico nuevo perfecto, por el que muchas de la escuela mueren y desean que las volteé a ver percatándose de la existencia de muchas, y es que no las puedo culpar, Adam es muy atractivo y guapo, aparte de ser un atleta y mantener su cuerpo en buena condición, es un chico de buenos sentimientos, que hace todo lo posible por salir con buenas notas, aunque las clases no son su punto más fuerte. Adam es muy bueno en muchas cosas, como en ser un estratega por naturaleza, es muy bueno en deportes y podría jurar que se dedicara algo que no tenga que ver con una oficina.

Adam llego en el momento preciso cuando necesite a un amigo, él estuvo ahí sin siquiera conocerme, intento que el mal momento por el que pasaba no fuera tan malo y no lo fue gracias a que él estuvo ahí, estuvo conmigo. Podía decir que él es como mi Ángel guardián.

Pero claro que el no llego solo. No. Por supuesto que no. Llego con el menor de los Brook, con su pequeño hermano, Christian Brook, el otro chico nuevo del instituto.

Christian era todo lo contrario a su hermano, o eso quería aparentar, con esa fachada de niño fuerte que no le importa el mundo a su alrededor. Poniéndose esa mascara cada día, lo sabía porque yo lo hice por un año completo. Ambos nos disfrazábamos de quien no éramos, nos disfrazábamos de quien queríamos ser, pero para ser sinceros muy en el interior no queríamos ser esas personas y ambos lo sabíamos. Tal vez por eso es que terminamos juntos, tal vez fue eso lo que me hizo amarlo, su verdadero yo, fue el que me hizo enamorarme cada día un poco más hasta tal punto de poder creer posible amar tanto a una persona sin saber dónde estaba guardado todo ese amor por tanto tiempo.

¿Era posible amar tanto a alguien y de una manera que no puedes explicar, solo lo puedes sentir?

Claro que lo era, o al menos eso era lo que yo sentía. Lo que mi cuerpo sentía.

Pon tus ojos en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora