Capítulo 40. Tequila

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—¡Despierten! —un objeto impacto en mi rosto justo cuando aquella voz se colaba en lo más profundo de mis oídos sacándome de mis sueños. Me queje internamente, sin abrir los ojos me oculte en el cuerpo que se encontraba a mi lado.

—¡Adam! —menciono una voz rasposa y molesta—. Deja dormir maldito estúpido —sentí como Christian se había movido, por lo que supuse lanzo de nuevo la almohada.

—Son las 9:25am. Vamos a desayunar y después vayamos a dar una vuelta por la playa. Hay que disfrutar lo más que podamos, no todos los días se sale de casa sin nuestros padres.

—Lo hacen cuando van a la escuela —mencione abriendo un ojo y percatándome de la presencia del mayor de los Brook que ya vestía, como de costumbre muy apuesto. Adam solo me dio una mirada de fastidio, achinando sus ojos un poco.

—Tienen 10 minutos para salir —fue lo último que dijo antes de salir por la puerta de la habitación dejándonos solos.

—Ya escuchaste al mayor —le mencioné a mi novio mirándolo al rostro para continuar hablando—: Tenemos solo cinco minutos —dejando un beso en su mejilla me puse de pie para irme a cambiar a mi habitación.

***

—¿Qué tienes Cavill? —pregunto Kevin mirándome con algo de duda comiendo un poco de su desayuno.

Y es que en realidad no sabía que tenía, el día era hermoso, teníamos una vista perfecta hacia el mar, el sol se sentía tan cálido en nuestras piel, el sonido de las olas del mar hacían todo aún más perfecto de lo que ya era por sí solo, había dormido como bebe, todo estaba más que bien, pero aun así no me sentía como de costumbre, este día me sentía demasiado extraña, no quería estar con nadie, no me sentía con ánimos de hablar, ni siquiera quería convivir con los chicos o con Christian, pero sabía que ellos no tenían la culpa, ni yo la tenía, solo estaba en uno de esos días típicos de todo ser humano.

—No tengo nada, Kevin —mencioné con la mejor de las sonrisas fingidas que pude hacer en el momento para llevar un trozo de panqueque a mi boca.

—Pues si parece que tienes algo —esta vez la voz de Adam aseguro lo que era evidente. Lo mire sin siquiera hacerlo, pero evitar su mirada era darle la razón y no quería hacerlo, no en este momento.

—Estoy bien chicos —asegure. — Es que tuve una pesadilla y tengo ese recuerdo —mentí antes de más preguntas. — Solo es eso.

—¿Por qué no me despertaste? —Christian a mi lado apoyo su mano en mi pierna dando un leve apretón en ella.

—¿Ustedes durmieron juntos? —pregunto un interesado, sorprendido, incrédulo y divertido Kevin con una mirada picara.

—Y no es la primera vez —aseguro Adam para darle un sorbo a su bebida.

—¡Whoa!

—Que inmaduros —rodé los ojos al presencial que aquello no terminaría en ese comentario.

—¿Segura que estas bien? —la voz preocupada de Christian se hizo presente más cerca de lo normal. Gire mi rostro, solo para presenciar que se había inclinado hacia mi lado para poder preguntar de forma más íntima.

—Lo juro —sonreí ante su preocupación y para evitar que se preocupara más deje un corto beso — Continúa comiendo, guapo.

***

—Mi hermano es el ciego —Adam tomo asiento en la arena justo a mi lado — Pero yo no. Yo veo todo y lo veo bien. Por lo tanto, he visto como estas muy perdida de todo este día. Inclusive ahora mismo, todos estamos por allá —señalo a nuestras espaldas donde los chicos se encontraban charlando animadamente — Algo te pasa, Annie. Sabes que puedes confiar en mí, para lo que sea —el mayor de los Brook coloco su mano en mi hombro de manera reconfortarte.

Pon tus ojos en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora