Lunes, inicio de semana e inicio de mi segundo año escolar, espero y este año sea tan bueno como el primero. La verdad es que no me quejo, mi novio es el capitán del equipo de americano y más popular de la escuela, por lo tanto, yo soy la novia y chica más respetada de la escuela, nadie se mete conmigo y me dejan hacer lo que yo quiera. Tampoco soy la chica que insulta a todo el mundo cuando pasa frente a ella, no, no soy la típica Regina George, no soy hueca, tengo sentimientos, pero nunca está de más aprovechar las ventajas que te da la vida.
Una vez que mi despertador dejó de sonar, me puse de pie y me metí a la ducha para tomar una ducha, pero eso no es de importancia.
—Buen día —salude a mis padres que ya desayunaban en el comedor, como cada mañana.
—Buen día, cielo —comentó papá.
—Me voy —anuncie tomando una manzana del frutero para el camino.
—¿No desayunas? – pregunto mamá.
—Es obvio que no —respondí y sin más salí de mi casa camino a la escuela.
En el camino a la escuela mire algunos de mis compañeros también ir hacia la escuela, algunos al igual que yo, caminaban, otros más en bicicleta o patinetas, algunos otros en el autobús escolar y el resto en auto, ya sea el suyo o sus padres los llevaban.
Yo no tenía auto y no me molestaba en lo absoluto caminar, para mi mejor, hacía ejercicio sin mucho esfuerzo, como ya lo mencioné antes, no soy tan superficial y hueca como si de chicas pesadas se tratara, no, solo soy una chica normal.
Al llegar a la entrada de la escuela, se podía presenciar el regreso a clases. Todo el mundo entraba animadamente, algunos se encontraban con sus amigos y se abrazaban emocionados, algunos otros besaban a sus parejas y otros más se reunían en grupos para hablar sobre su verano y lo que hicieron en él.
—¡Hey Cavill! —escuché gritar a Abigail, que se encontraba saliendo de un auto. Puse marcha hacia donde ella se encontraba.
—Hola Bigi —salude a mi amiga—. ¿Es tu auto? —pregunte impresionada mirando su auto impresionada nuevo.
—Así es —sonrió con superioridad—. Regaló de verano.
—Es muy lindo —sonreí dándole una nueva mirada a su auto.
—No entiendo tanto de autos, pero según mi padre le costó una fortuna —rodé los ojos sin que se percatara.
Y es que sí. Abigail era la típica chica hueca de las películas, a veces me preguntaba por qué me juntaba con ella, pero entonces recordaba "Ella estaba en mi círculo de chicos intocables" Nunca le he conocido un novio, jamás, solo una lista muy larga de chicos con los cueles ha tenido sexo, solo una noche y después los olvida, como quien olvida lo que iba a sacar del refrigerador cuando se queda viendo todo en él.
—Hola muñeca –saludo Ethan, abrazándome por atrás y oliendo mi cuello.
—Hola atleta —me giré para poder besarlo.
Y ahí estábamos los dos, besándonos en medio del estacionamiento, nada inusual para nadie. Estás escenas ya estaban acostumbrados todos y si les molestaba nadie decía nada. Y es que, no lo había visto durante todo el verano, solo mensajeamos un par de veces, pero no era lo mismo. La mano de Ethan, bajó hacia mi trasero apretando mi trasero fuerte, sin ser muy delicado o discreto.
—¡Ethan! —le separe abruptamente de mí.
—Oh. Vamos muñeca, te extrañe —intento abrazarme nuevamente, pero se lo impedí.
—Yo también, pero detente —sentencie—. Estamos en la escuela.
—Eres muy recatada —comentó Abigail—. Hola Ethan, por cierto —saludo ella, con una sonrisa diferente.
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Pon tus ojos en mi
Teen FictionAnnie, deportista, capitana del equipo de fútbol, un gran grupo de amigos y un novio. ¿Qué pasa cuando crees ser feliz pero sólo es rutina? ¿Por qué a pesar de eso no se siente cómoda con su alrededor? ¿Qué le hace falta... o le sobra? Christian...