Me arreglaba para ir a la fiesta, ya que mis padres no me dejaron otra opción, la única opción es salir por la ventana. Sé que eso es bajo mi responsabilidad y mi decisión, pero si tan solo ellos fueran un poco más sensibles en el sentido de los permisos, todo sería muy diferente y no tendría que salir a escondidas de mi propia casa como una delincuente.
La pantalla de mi celular se ilumino, alumbrando parte de mi habitación, camine hacia mi cama que era donde se encontraba, lo revisé y mire la causa del encendido, un mensaje de Whatsapp.
*Estoy abajo*
Decía el mensaje de Ethan, rápidamente tome mis cosas, un poco de dinero y mi celular, era lo único que necesitaba, o eso creía yo. Salí por la ventana de mi habitación, para poder caminar por el techo hacia la parte trasera donde estaba la cerca de madera con la enredadera de mamá. Baje con cuidado de no tropezar y que mis padres se dieran cuenta de que su única y apreciada hija se había escapado. Al llegar a tierra firme corrí intentando no ser vista ni hacer el más mínimo ruido hacia el auto de Ethan, donde él ya me esperaba con una pequeña sonrisa.
—Hola —subí, a su auto dejando un beso en sus labios.
—Andando Muñeca —colocó su mano en el volante y arrancó.
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La música se podía escuchar en todo su esplendor y parecía no molestarle a nadie, y es que, la casa de Ethan estaba en un sector privado un poco apartado del resto de nosotros, por lo tanto, no molestaba a nadie. Las casas de esa zona, estaban a una considerable distancia la una de la otra, es por ello que los vecinos no se quejaban de la música, aun así, no estaba tan lejos de donde vivíamos.
Al bajar del auto, las luces que había en la casa de mi novio golpearon mi rostro, sin molestarme, pues aun había algo de sol y poca claridad, por lo tanto, aquello no era molesto. Casi toda la escuela estaba aquí, por no decir que toda, tal vez solo un diez por ciento eran los que no se encontraban aquí.
La mayoría de personas en el lugar saludaba a mi novio al verlo pasar, ya sea con un asentamiento de cabeza, una sonrisa, choque de puños o con una palmada en la espalda o brazos. Una vez dentro de la casa, la música te ensordecía tanto que tenías que gritar fuerte para ser escuchado por la otra persona.
—¡Iré por una cerveza! —gritó Ethan, tan fuerte como pudo en mi oreja, asentí en respuesta—. ¿Quieres una? —pregunto él dándome una mirada, negué de inmediato con una pequeña sonrisa—. Toma algo —insistió.
—Una soda —grité esta vez yo, en respuesta a su insistencia.
Él solo me dio una mirada de esas de "En serio" ocasionando que solo sonriera de manera tiernamente. Abandonó su lugar, junto a mí, marchándose a la enorme mesa de bebidas, perdiéndose de mi vista entre toda la gente que había en el lugar.
Me quede observando a mi alrededor la mayoría ya se encontraban muy ebrios, bailaban y cantaban o intentaban cantar la canción que sonará. Esto no era una fiesta, esto era una copia de proyecto X.
Gente en los sillones se besaba sin pudor alguno, otros más estaban tocándose unos a otros en los rincones de la casa, unos más estaban sacando fotos de chicas inconscientes y otros más tontos pintaban el rostro de quien estuviera dormido.
—Toma —apareció Ethan, entregándome mi bebida—. Sprite —la miré con un poco de desconfianza, y es que, era un vaso de plástico rojo y no una lata cerrada. He visto demasiadas películas y de igual manera televisión y se lo que pasa en casos como estos—. No le puse nada —aclaro él, ganándose mi mirada—. No necesito de eso —habló Ethan, con su típico ego. Sonreí divertida negando con la cabeza—. Vamos a bailar —tomó mi mano, llevándome hacia el centro de "la pista" donde ambos comenzamos a bailar.
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Pon tus ojos en mi
Novela JuvenilAnnie, deportista, capitana del equipo de fútbol, un gran grupo de amigos y un novio. ¿Qué pasa cuando crees ser feliz pero sólo es rutina? ¿Por qué a pesar de eso no se siente cómoda con su alrededor? ¿Qué le hace falta... o le sobra? Christian...