Capítulo 24 Comienzan las vacaciones

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Solo podía mirar la manecilla del reloj avanzar de manera tan lenta, marcando cada segundo que pasaba. Tic toc, tic toc. El segundero parecía marcar las horas, a pesar de que novia, no parecía que el tiempo avanzara.

Las vacaciones de invierno comenzarían cuando la campaña se hiciera escuchar y no podía esperar por poder salir ya de aquí. Y no era que quisiera irme de mi casa o alejarme de mis amigos, mucho menos de Christian, pero en verdad quería ver a toda la familia reunida. Los trabajos de todos en ocasiones no los dejan llegar a tiempo o nosotros tenemos que ir después, pero esta vez estaba confirmado. Todos estaríamos reunidos en la casa de los abuelos a las afueras de la ciudad.

Afuera hacia un frio terrible, no había dejado de nevar en todo el día, las limpiadoras hacían su trabajo pasando varias veces por las calles, dentro de la escuela, los conserjes manejaban la pequeña máquina para limpiar el estacionamiento y los lugares por donde caminar. Amaba la nieve, pero era muy difícil caminar en ella y cuando comenzaba a derretirse se hacían grandes charcos de agua, mojando mis zapatos y las orillas de mis pantalones.

La campana por fin sonó por toda la escuela anunciando las tan esperadas vacaciones. El grito estudiantil no se hizo esperar y sin dejar que los maestros terminaran de hablar muchos de los estudiantes solo salieron del salón de clases sin esperar nada más.

- ¿Listo? – pregunte parándome delante de Christian.

- ¿Tengo otra opción? – comento de mala manera.

- Nop – tome su mochila en mi hombro y lo ayude a ponerse de pie – Solo serán dos semanas – comente comenzando a salir del salón.

- ¿Qué hare en esas dos semanas? – cuestiono de manera triste

- Santa Claus te traerá lo que sea que le hayas pedido – asegure – Y después volveré y pasaremos todo el día juntos. Papá prometió que volveríamos el fin de semana antes de entrar a la escuela, entonces desempaco el sábado, descanso un poco y el domingo la pasamos todo el día juntos. 

- ¿Tengo otra opción? – comento de igual manera y sonreí.

- La verdad no – me reí ante su actitud – Prometo llamarte todos los días. Aunque sea unos pocos minutos, pero prometo hacerlo.

- De acuerdo – acepto – Pero si un día no lo haces tendrás que llamar más tiempo al siguiente.

- Por supuesto que si – bese sus labios cortamente dejando tan solo un piquito chico – Lo prometo chico guapo.

-  Confió en ti encanto – aseguro y sonreí realmente feliz

Christian acerco su rostro al mío lento, pero con seguridad y entonces estampo sus labios a los míos, me encantaba que Christian tomara la decisión, pero sobre todo el coraje y la valentía de tomar la iniciativa y ser el quien se atreviera a besar primero.

Sus labios en un principio siempre se movían sobre los míos lentos, tímidos y con miedo, pero conforme nuestros labios se movían sobre los del otro, tomaba más confianza cada vez. En poco tiempo el habia avanzado mucho, pero para ser sincera, ambos lo habíamos hecho.7

- Te quiero – susurro sobre mis labios, causando una enorme y boba sonrisa en mi rostro.

- Y yo te quiero a ti – nuevamente lleve mis labios a los suyos.

- ¡Hey tortolos! – Adam apareció en escena abrazándonos a Christian y a mí por igual - ¿Despidiéndose? – sus cejas iban de arriba abajo con una sonrisa divertida en su rostro.

- Hasta que interrumpiste – comento el menor empujando levente al hermano mayor.

- ¿Lo hice? – toco su pecho con la mano en forma exagerada – Lo siento. Lo dejare que se sigan comiendo en medio del estacionamiento – nos empujó a ambos hacia el frente chocando con el cuerpo de Christian.

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