16. Monstruos y alcohol.

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Capítulo 16.

MONSTRUOS Y ALCOHOL.

Ella reía como si le pagaran por ello, y yo ya comenzaba a desesperarme.

–Vámonos, la cabeza me da vueltas -susurró en mi oído.

También otra cosa te da vueltas.

Asentí y agarré su mano para salir de aquella fiesta, donde había más sudor que personas.

Se sentó dificultosamente en el asiento, y yo no podía dejar de mirar sus labios rosas.

«Está buena».

Y que lo digas.

Conducí hasta el instituto, pero antes de salir ella me paró.

–¿Vives cerca? -preguntó entre balbuceos.

–¿Por qué?

–No quiero dormir en el instituto, además el fin de semana nos podemos marchar -murmuró entre balbuceos.

–Mi casa está a 10 minutos -contesté.

–Pues vamos -dijo antes de cerrar los ojos y empezar a reír como tonta-. ¿Están tus padres? -preguntó minutos después.

–No -contesté secamente.

* * *

–Es enorme -susurró con tono de borracho.

No dije nada, me extrañaba que quisiera venir a mi casa aún cuando sabía que yo me enteré de su mentira.

Entramos y me dirigí a las escaleras, con ella en brazos por si se caía con esos mostruos que llaman tacones.

La acosté sobre la cama de los invitados, pero ella agarró mi camiseta muy fuerte.

–Quédate aquí -susurró en mi cuello, y yo accedí.

Cerré la puerta y dejé las cortinas abiertas para que dejasen un poco de luz.

–Sam... -dije cuando me acosté y noté que ella pasaba su pie sobre mi pierna y se pegaba más a mí.

Antes de que pudiese decir nada, ella estaba devorando mi boca con sus labios rosas, mientras me apretaba más a ella.

Sus manos navegaron por mi abdomen y se metieron por debajo de la camiseta, acariciando mi vientre.

Ella sonrió en mis labios en cuanto tocó la parte de mi vientre que estaba dura.

–¿Vas al gimnasio, eh? -preguntó con sorna, acompañado de algún balbuceo.

–Mhhh -dije en sus labios-. Sam, para -dije al notar que me empezaba a levantar la camiseta.

–¿Por qué? -balbuceó.

–Estás borracha y sé que tú no quieres ésto -dije sacando sus manos de encima de mí.

–No estoy borracha -dijo dejando de lado los balbuceos y mirándome fijamente con sus ojos azules-. Aguanto el alcohol más de lo que tú crees -susurró en mi oído y se puso a horcajadas sobre mí, rozando mi miembro con su zona.

–No, estate quieta, sé que tú no lo quieres -dije apartándola.

–Tú lo quieres, yo lo quiero ¿qué problema hay en que lo hagamos? -preguntó con su tono de siempre, mirándome con los ojos llenos de lujuria.

–Sam, por la tarde no pensabas lo mismo -contesté.

–Pero ahora sí, quiero que lo hagamos porque sé que así tú dejarás de pensar que te atraigo -dijo acariciando mi torso.

¿Tanto me conoce?

Quizás mi atracción sólo sea porque aún no me acosté con ella.

–¿Estás segura? -pregunté, y ella sonrió.

–Más que eso -dijo atrapando mi boca de nuevo

Estábamos ya empezando a desvestirnos, la temperatura estaba muy alta, cuando paré.

–¿Qué pasa? -preguntó.

–No puedo, lo siento -dije de repente lleno de rabia.

Tenía miedo. Miedo a que no fuera un simple polvo como los demás.

Miedo a enamorarme de Samantha Reed.

–¿Por qué? -preguntó en un susurro, y yo me levanté de la cama y me acerqué a la puerta.

–Porque tengo miedo -confesé, y cerré la puerta con un sonoro portazo.

SAM POV

Esas tres palabras retumbaban en mi cabeza.

¿Miedo a qué?

Reconozco que yo tengo miedo de que él siga pensando que está atraído por mí, porque eso es muy, pero que muy malo.

Le puedo hacer mucho daño, y él no se lo merece.

Suspiré de frustración y pensé que era mejor, al fin y al cabo mi virginidad sigue intacta.

Y por primera vez en mi vida un plan no salió como esperaba.

Pensé que tendríamos sexo y él ya se olvidaría de mí, me vería como una puta más, y era eso lo que quería, pero no lo conseguí.

Seguro que estáis muy confusas, pero yo no quiero que alguien se enamore de mí, no puedo permitirlo.

Le haría mucho daño, y aunque parezca que no, Brandon se está volviendo mi mejor amigo.

Es cierto que no le conté el por qué de las bromas, ni que Carolyn y yo aún somos mejores amigas.

Pero todos tienen sus secretos. Y yo espero seguir guardándolos.

–Mierda -murmuré y estampé la almohada contra la pared, furiosa.

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Sé que hoy no es sábado al anochecer y mucho menos subí cuando había dicho que subiría, pero esta vez sí que no ha sido culpa mía.

Tuve tiempo y ganas para subir, pero el problema más grave: no me iba el internet.

Llamé unas 35 veces a mi operador, pero siempre me decían que desconocían el problema, y yo me desesperaba. Estampé el móvil contra la pared unas cinco veces, y otra contra el espejo, ya os podéis imaginar como quedó el pobre cacharro.

Me riñeron por romperlo, y me entretuve recogiendo los cristales y pensando mil maneras de cortarle el cuello con ellos a los operadores.

Sonó muy sádico, lo sé. Pero me pone furiosa pensar que vosotras creáis que soy una mentirosa, cuando la culpa no la tengo yo.

Espero que esto no se vuelva a repetir, o sino volveré a romper otro espejo y amenazaré a los operadores. Okno.

En serio, lo lamento mucho y espero que no tengáis una mala imagen sobre mí :(

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~LA NOVELA DE @CaroGeronis "Durante la noche"  (también perdóname).

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¡Voten y comenten preciosuras! XD

BESOTES, DIOSA_AZUL

Guerra de chicas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora