32. Perras y locas.

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Capítulo 32.

PERRAS Y LOCAS.

SAM POV

Gracias, gracias por los insultos de perra. Sé que lo soy por lo que le acabo de decir a Brandon hace unos minutos y aún por encima dejarlo solo en el pasillo con la mirada fija en un punto en concreto.

"Te quiero y no me importa que no seas buena para mí". Esas palabras resonaban en mi mente y hacía todo lo posible por olvidarlas, pero al igual que el dueño de ellas, no puedo.

Es imposible no olvidarme de sus palabras. No puedo dejar que se enamore de mí.

Y aún peor, él sabe que Carolyn y yo matamos a Andrew.

Resoplé frustrada y gruñí, hasta el punto que le di una patada a una taquilla.

–Hey, ¿qué te pasa? -preguntó Will acercándose a mí, y yo lo abracé.

–Mi vida es una mierda -murmuré, y él me apretó más.

–Ni se te ocurra hacer algo -dijo segundos después separándome y mirándome con sus profundos ojos azules-. Y sabes de lo que hablo -añadió, y yo rodé los ojos mirando hacia otro lado.

–¿Puedes dejar el tema? -pregunté fastidiada sin mirarlo a los ojos.

–Sam, sabes que eres muy importante para mí y si te llegara a pasar algo -lo corté levantando la mano.

–Will, no me va a pasar nada -susurré clavando mis ojos en los suyos, que me miraban dolidos-. ¿Piensas que estoy loca? -pregunté cruzándome de brazos.

–No es eso... -dijo, pero yo ya estaba yéndome de ahí aún más furiosa.

* * *

Después de correr durante dos horas para eliminar toda la ira que estaba en mi cuerpo, llegué a la habitación exhausta.

Como las chicas se habían ido a ver la maldita película que ponían en el salón de actos, yo podía cambiarme con tranquilidad.

Estaba subiéndome los pantalones cuando la puerta se abre de repente, dejando ver a una Carolyn muy despeinada y con la ropa descolocada.

–¿Qué te ha pasado? -pregunté acercándome a ella, que lloraba.

–Una panda de ciclistas salió de un callejón y robó mi cartera -lloriqueó en mi hombro, y yo me separé de ella agarrando el teléfono móvil.

–Llamaré a la policía -dije marcando el número y poniendo el aparato a mi oreja.

–Vale, de paso dile que te estoy contando una trola -contestó, y yo asentí, dándome cuenta de lo que había dicho.

Colgué el móvil cabreada mientras ella reía como idiota señalándome y apretando su estómago.

Claro, a estas horas hay clase y ella no se atreve a escaparse. ¿Cómo pude haber sido tan ingenua?

La miré con una ceja elevada y agarré mi camiseta para ponérmela antes de que alguien entrase y me viese en sujetador.

Necesitaba hablar con James, —hey no, James el rubio, mi compañero de clase— para que me ayude a crear una nueva broma.

–Tenías que haberte visto la cara -se burló, y yo la fulminé mientras ataba los cordones de mis converse blancas.

Le hice los dobladillos a los jeans y pasé mi mano por la blusa amarilla planchándola para que no se notasen tanto las arrugas.

–¿Tú... piensas que estoy loca? -pregunté cambiando de tema segundos después, y ella se puso firme y seria, mirándome fijamente.

–¿Por qué dices eso? -preguntó cruzándose de brazos y haciéndose la dura, pero sabía perfectamente que a ella le estaban dando náuseas.

–Soy una perra -dije incapaz de decirle las ideas macabras que se me pasaban por la cabeza. Ella no dijo nada, a modo de que continuara-. Brandon... Brandon dice que quiere tener algo conmigo -murmuré y ella se sentó a mi lado.

–Te quiere -contestó mirando al frente con los codos sobre sus rodillas y la barbilla sobre sus nudillos.

–No puede -dije tercamente, negando con la cabeza, y ella se giró hacia mí fulminándome con la mirada.

–¿Se lo vas a prohibir? -casi gritó, iba a contestar pero ella volvió a gritar levantándose-. ¡Él te quiere y tú lo niegas! ¡Se le nota a kilómetros que babea por ti y tú lo mandas a la mierda! -me señaló-. Que tú estés mal contigo misma no significa que los demás lo estemos. ¡Él te ama y punto! -volvió a gritar.

–¡NO PUEDO DEJAR QUE SE ENAMORE DE MÍ! -estallé.

–Créeme, ya lo ha hecho -murmuró y yo comencé a llorar como bebé.

–No puede... No puede... -sollocé, pero ella ni se inmutó.

Y le agradecía por eso.

CAROLYN POV.

Comenzó a llorar y las ganas de hacerlo yo también eran infinitas. Pero a ella no le gusta que le tenga pena, y no es pena, es compasión porque yo sé exactamente lo que le pasa a ella.

Me destrúe por dentro no poder estar con ella cuando tiene pesadillas, sólo por mantener nuestro trato de guerra falsa.

Ella es muy negativa, y no va a dejar que Brandon sienta algo por ella. Aunque ambas sabemos que es demasiado tarde.

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Al fin una broma, aunque pequeña... Pero bueno, ya dije que la novela no será todo risas, todos sabemos que la vida no es así y quería hacer de ésta novela algo realista :)

BESOTES, Diosa_Azul

Guerra de chicas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora