28. Besos y rupturas.

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Capítulo 28.

BESOS Y RUPTURAS.

SAM POV

Brandon sonrió y volvió a besarme. Yo respondí un poco rígida, en el fondo sentía culpa por hacerle esto, pero esta guerra tiene que ser la peor para que los recuerdos vengan a nosotras.

Me separé de él con una sonrisa estúpida y lo abracé, él era mi amigo, aunque yo para él fuese otra cosa. Me caía realmente bien, y temía que al acabar la dichosa guerra decidiese separarse de mí.

Aunque quizás yo lo haga antes. No quiero hacerle daño. Creo que él debería alejarse de mí, yo sólo estoy jugando con él.

Abrí los ojos y busqué con la mirada a alguien que me dijese qué es lo que coño me está clavando la muñeca.

Carolyn me abrazó fuertemente sin dejarme ni siquiera respirar, y vi de reojo a Adam y Will mirándonos fijamente.

Entonces me acordé de todo. Me había caído a la piscina por culpa de James, quien entró en la habitación con gesto preocupado.

-Sam... -empezó a decir en cuanto Carolyn me soltó, pero yo lo frené con la mano.

-Aléjate de mí, en cuanto salga de aquí me desapunto -contesté cortante y vi a Carolyn, que me miraba con aprobación.

Me fijé en que ella estaba con un camisón de hospital igual que el mío, y elevé una ceja a modo interrogante. Ella entendió mi pregunta no formulada y habló.

-Me desmayé -contestó-. Temía que te... -no dijo nada, miró hacia otro lado.

-Estoy bien... -respondí rodando los ojos y volviendo a mirar a James, que tenía un gesto de dolor.

¿Y ahora qué le pasa? A quien le están pinchando en la muñeca con una aguja es a mí, no a él; y si no fuese por su culpa, ahora no estaríamos aquí.

-Lo siento, sé que es mi culpa -contestó, y yo lo miré sorprendida.

¿Lo había dicho en voz alta?

-Noo, sólo te leemos la mente -contestó Adam con sarcasmo y yo lo fulminé con la mirada-. El suero hace que tu cerebro no funcione correctamente, aunque de todos modos no lo hace -añadió y sonrió cínicamente.

-No es momento de bromas -dije entredientes.

-¿Y sí para ocultarme cosas? -preguntó ahora con un tono firme e intimidante, haciendo que mi ira se fuese y la culpabilidad apareciese.

Bajé la vista y apreté los labios. Su tono de voz era igual que cuando se enteró que yo había aceptado una bebida ajena y maté a mi novio. Frío y distante. Sin dolor. Sin compasión.

No dije nada, simplemente me obligué a no mirarlo a los ojos, porque sabía que si lo hacía, él se pondría a gritar incoherencias que no quiero escuchar.

-Carolyn -dijo mi hermano, y de reojo vi que se volteaba hacia ella, entonces levanté la vista para ver mejor-. ¿Tú lo sabías? -preguntó cruzándose de brazos.

Las manos de Carolyn brillaban por el sudor. ¿Le tenía miedo a mi hermano? Sus manos estaban tan sudorosas como antes de que el hombre desconocido rajase su espalda. Tenía miedo. Y mucho.

-Em... -dijo ella, mirándolo para después apartar la mirada.

-¡¿Lo sabías?! -gritó mi hermano haciéndonos sobresaltar a todos, y a James mirarlo con miedo.

Se nota que él nunca se había relacionado con nosotros cuatro.

Carolyn sólo hizo una aclaración de garganta y él estrelló su puño en la pared de al lado, ocasionando que unos trozitos de pintura cayesen al suelo. Vaya que ha pegado duro...

-¡¿LO SABÍAS Y NO ME DIJISTE NADA?! -gritó furioso-. Bien, pues ya que no hay confianza entre nosotros, lo nuestro queda tal y como estaba antes de volver a vernos -dijo más calmado, y salió dando un portazo.

¿Lo suyo? ¿De qué coño está hablando?

Miré a Carolyn, y observé que se estaba conteniendo las ganas de ponerse a llorar.

Entonces recordé lo que eran Adam y ella antes de que Carolyn tuviese que venirse a Nueva Zelanda por motivos de sus padres.

Novios.

Sí, como lo lees.

Ellos estaban juntos desde antes de Andrew y yo; y siguieron estándolo después de su muerte, aún con la guerra entre Carolyn y yo.

Cuando ella se marchó, juro que vi a mi hermano aún más destruído que cuando yo estuve en depresión tras la muerte de mi novio.

No puede ser. Ellos volvieron juntos. Y por mi culpa todo se había zanjado.

Dejé mis sentimientos de culpa a un lado cuando Carolyn se echó a llorar y se sentó en una silla a mi lado, pero yo le hice señas de que se viniera a mi cama, llorando así en mi cuello.

-Lo siento -susurré en su oído, y ella sorbió sus mocos.

Vi cómo Will le hacía una seña a James, y ambos se marchaban, dejándonos solas.

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¡Hellooo perraaas! (sabéis que es con amoor ¿no?).

Estoy muy loca, lo sé ;)

Guerra de chicas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora