A Ryan las drogas lo hicieron perder todo lo que tenía: amor, libertad y familia... Todo. Bajo los efectos de la marihuana o la cocaína se metió en muchos problemas, los cuáles lo llevaron a prisión.
Ava fue su novia durante toda su vida, juntos tuvieron un niño, el pequeño Ryan, a quién Ryan nunca cuidó como debía por sus vicios, Ava estaba perdidamente enamorada de él, razón por la que le perdonaba todo. Hasta que llegó su segundo embarazo, el cual Ryan rechazó y pidió que abortara.
Fue entonces cuando ella abrió los ojos y le dijo adiós, después de eso él se drogó lo suficiente como para ser cómplice de un robo, razón por la que fue a la cárcel.
Aunque a Ava le dolía saber que estaba encerrado, nunca fue a verlo y se concentró sólo en sus hijos. Ahora un niño de cuatro años y una niña de dos. Ava trabaja en un restaurante de mesera y como manicurista en el salón de sus primas, todo para sacar adelante a sus hijos.
Pasaron dos años desde la captura de Ryan y fue dejado en libertad condicional por su buen comportamiento, dentro de la cárcel se rehabilitó y aprendió la carpintería, el mismo oficio de su padre, el único que a pesar de todo siempre ha estado ahí.
Ahora que Ryan ha cambiado necesita a su familia, necesita al amor de su vida, al pequeño Ryan y a ese bebé que despreció y quiere conocer, pero Ava después de todo lo que pasó ¿querrá volver con él?
Ryan tendrá que demostrar con hechos que realmente ha cambiado para lograr conseguir a la familia que necesita.
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