Ryan
Luego de pasar la tarde jugando con los niños, lo que ha sido lo mejor que he hecho en mi vida, volví a casa, tomé un baño y empecé a buscar mi vieja guitarra. Mi mamá me la regaló cuando tenía diez años, a ella le gustaba mucho la musica y quería que aprendiera algo de guitarra, pero fue más el tiempo que perdimos ella y yo, que lo que aprendí. Pero ahora la necesito y de paso a alguien que me enseñe a tocar una canción.
—¿Qué haces con eso? —levanto la mirada y mi papá está cruzado de brazos en la entrada de mi habitación—. Tengo entendido que nunca aprendiste nada —frunzo el ceño.
—Gracias por decirme que no sirvo para nada —sonríe—. ¿Por qué te ríes?
—Porque yo no dije eso, pero tú te empeñas en decir que no sirves para nada —bajo la mirada a la guitarra—. Pero dime, ¿qué quieres hacer con ella? —se sienta a mi lado en el borde de la cama.
—Es para una presentación que debe hacer Ryan en la escuela, no se me ocurrió nada más que buscar esto —doy un golpeteo en la guitarra—. No tengo muchos talentos y él aún no descubre los suyos, porque estoy seguro que es muy talentoso, sólo está pequeño.
—¿Y qué vas a hacer?
—Será una sorpresa, sólo Ryan y yo lo sabremos.
—Está bien, ¿pero cómo se supone que tocarás la guitarra si no aprendiste?
—Voy a aprender —me encojo de hombros.
—Eso es —da una palmada en mi espalda y se pone de pie—. No sabes cuán feliz me pone esto.
—¿Qué?
—Que no te des por vencido como lo hacías antes —me guiña y sale de la habitación.
Tiene razón, en otro tiempo habría dicho no puedo sin siquiera haberlo intentado, es más, seguramente ni siquiera le habría puesto atención a la actividad de mi hijo. Pero ahora soy diferente y por mis hijos nunca me daré por vencido.
Empiezo a tocar algunos acordes en la guitarra y veo que no me salen nada mal, creo que voy a poder hacer esto, tocar la canción que quiero será complicado, pero lo voy a lograr porque sé que mis hijos la amarán. Veo mi reloj ya es tarde y debo dormir porque le dije a mi papá que le ayudaría con un trabajo que tiene, también debo llevar una mecedora que terminé ayer a su dueño y sin contar el resto de cosas que tengo que hacer para la presentación con Ryan.
Mañana y el resto de días serán largos porque tengo algunos encargos y sin contar el trabajo que me consiguió Luna, creo que ahora debo hacer todo el trabajo que no hice hace años.
Me quito la camisa, el pantalón y me acuesto en mi cama, es hora de dormir.
•••
Corro cada vez más y más rápido por el prado, puedo escuchar como mi corazón late a toda velocidad, de la misma forma en la que se mueven mis piernas. Levanto la mirada, el sol ya está saliendo, eso es una de las cosas que amo de salir a hacer ejercicio a las cuatro de la mañana. Casi no duermo, pero al menos disfruto del amanecer. Me detengo y hago algunos abdominales, algunas lagartijas y sigo con mi camino.
Llego a la casa, paso por la sala y mi papá no está, aún sigue dormido así que me voy a bañar, me vestido y cuando llego a la cocina papá ya está ahí.
—Buen día, papá —doy una palmada en su hombro.
—Buen día hijo —me sirvo una taza de café y me siento a la mesa—. Recuerdas que hoy tenemos que ir a arreglar la cerca, ¿verdad?
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La familia que necesito
Romance«La familia es suficiente razón para ser fuerte» Saga Bebés y Amores #1