Un mes después...
Ryan
-¿Verdad que su mamá se ve preciosa? -le preguntó a mis hijos.
-Sí, es preciosa -el pequeño Ryan sonríe y abraza a su mamá.
-Preciosa -Kim hace lo mismo y sonrió.
-Yo también quiero abrazarte -abro mis brazos y le rodeo a mi chica con ellos-. Te amo -le doy un beso en los labios-. Los amo a los cuatro -veo a mis hijos y luego pongo mi mano en el vientre mínimamente abultado de A.
Ha pasado un mes desde todo lo sucedido en la prisión, un mes en el que estuve recuperándome y disfrutando al máximo a todos los que me importan, porque me quedó claro que la vida es muy corta, que en un parpadeo se va, que cuando la hora llega no te llevas nada más que todos los momentos que vives, la fuerza con la que amaste y las risas que provocaste y provocaron en ti.
-Ya es hora de irnos -dice Ava viendo mi reloj.
-Sí, vámonos.
Nos alejamos de la iglesia y nos dirigimos al estacionamiento de esta, subimos a la camioneta y conduzco rumbo a Aliento de Esperanza, donde preparan un almuerzo para darme la bienvenida después de todo un mes de recuperación. Mientras conduzco tomo la mano de Ava y sonrio, desde el primer momento en que la vi supe que esta era la mujer que quería para pasar el resto de mi vida a su lado. No cambiaría ni un sólo momento de lo que ha pasado, porque estoy seguro que de no haber pasado todo esto, yo seguiría siendo la basura que era, sé que en este trayecto también la lastime, pero ahora el momento de recompensar absolutamente todo lo malo que hice, cambiaré los malos recuerdos con los mejores momentos que pasaremos juntos.
Me estaciono frente a Aliento de Esperanza y bajo, primero abro la puerta de Ava y luego ambos sacamos a los niños, cargo a Kim y tomo a Ava de la mano, quien toma la mano de Ryan. Los cuatro entramos y desde que pongo un pie dentro, los aplausos no se hacen esperar, todos aplauden, se acercan y me dan una palmada en la espalda. Malcom se acerca y extiende su mano hacia a mí, suelto con delicadeza la mano de Ava, para estrechar la de Malcom.
-Me alegra mucho que estés bien y que estés de vuelta, ya nos hacías falta -sonrio.
-Gracias, gracias a todos por preocuparse por mí durante todo este tiempo.
-Te extrañabamos.
-Bienvenido Ryan, que gusto tenerte nuevo.
-Que bueno que estás bien.
Sólo sonrio conmovido antes las palabras de todos y me conmuevo aún más cuando veo a mi papá, quien dijo que no podría venir porque tenía un trabajo que hacer, me mintió, ya estaba acá. Se acerca a mí
-Hijo, quiero aprovechar este momento, para decirte que... estoy muy orgulloso de ti y sé que tu madre también lo estaría -su voz empieza a quebrarse un poco y sus ojos al igual que los míos se llenan de lágrimas-. Ambos siempre quisimos esto para ti, siempre quisimos que fueras este hombre que eres ahora y... -Ava toma a Kim de mis brazos y me acerco a mi papá para abrazarlo fuerte-. Gracias hijo, gracias por permitirme ver este cambio en ti, gracias por dejarme verte siendo un gran padre para los niños y el hombre que Ava merece.
-No tienes nada que agradecerme -ambos estamos llorando-, en cambio yo a ti sí y a mamá también, porque a pesar de todo, siempre me dieron su amor, siempre me apoyaron y no me dejaron solo, gracias -nos fundimos en un fuerte abrazo y escuchamos aplausos de todos los presentes, quienes al igual que nosotros también han derramado algunas lágrimas.
Luego de tanta emoción, pasamos a nuestros lugares para almorzar, en mi mesa están mi familia y también la de Malcom, durante la comida nos la pasamos entre pláticas, luego de eso, escuchamos algunos avances de los muchachos y me siento muy feliz por ellos, porque a pesar de lo difícil que es, lo están logrando y sé que lo seguirán haciendo. Al igual que mi padre de mí, sus familias también están orgullosas de ellos y me alegra mucho que estén acá, apoyándolos, a veces uno sólo necesita que su familia esté ahí, dándole las fuerzas que a veces uno no tiene.
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La familia que necesito
Romansa«La familia es suficiente razón para ser fuerte» Saga Bebés y Amores #1