Epílogo

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Ava

Si mi yo de hace unos años pudiera ver este momento, me diría: "te lo dije", porque ella siempre soñó con esto, con una boda y una familia hermosa al lado de Ryan, con el tiempo perdimos las esperanzas, pero luego de todo lo que sucedió, esas esperanzas se convirtieron en realidad. Y ahí estaba, dando el sí en la iglesia, frente a nuestros amigos y familia, convirtiendo el sueño de esa Ava adolescente que ya amaba con locura a Ryan, en una realidad. Ryan ya no era mi novio, ni mi prometido, oficialmente era mi esposo y yo su esposa, oficialmente había jurado estar juntos el resto de nuestras vidas y aún si un juramento, tenía la certeza de que así sería, porque no veía una vida si no era a su lado, ya no lo podía hacer.

—Te amo como no tienes una idea —me dice Ryan luego de nuestro primer beso de casados.

—No me subestimes, por supuesto que lo sé, porque de esa misma forma te amo yo —rodeo su cuello con mis brazos y lo beso de nuevo.

Todos aplauden, todos están tan felices como nosotros de que esto ya es una realidad, somos marido y mujer, ahora soy la señora Wood y estoy feliz por eso. Caminamos tomados de las manos hacia la salida, en el camino nos arrojan pétalos de rosa y arroz, ambos nos vemos y la felicidad inunda nuestros rostros que tienen una sonrisa imborrable en ellos. Ya estando a fuera, todos se acercan a felicitarnos, cuando ya lo han hecho, Max se acerca a nosotros con el pequeño Maximiliam en brazos, nuestro tercer hijo de ocho meses.

—Los felicito, de verdad, no tienen idea de lo feliz que me hace verlos juntos, esto es lo mejor. Gracias a ambos por darme tantas alegrías —ve al pequeño Max—. Sin duda alguna el mejor regalo, son mis nietos y ahora la cereza del pastel es su boda. Sólo deseo que sean felices el resto de sus vidas.

—Gracias papá, de verdad —Ryan y él se funden en un abrazo, con Maxi en medio de ambos que no pierde oportunidad para darles besos. Y es que mi hijo es una belleza, los tres lo son.

—Gracias a ti por apoyarnos tanto Max —ahora quien lo abraza soy yo y es que Max para mí, es como un padre, que siempre ha estado ahí para apoyarme en las buenas y en las malas.

—Bueno, ahora todos vamos a la fiesta —dice Audri emocionada y nos dirigimos a nuestra casa en donde todo está listo para esperarnos a nosotros y los invitados.



—Y con ustedes, el señor y la señora Wood —anuncian cuando estamos llegando al patio de nuestra casa, donde ya están todos— en su primer baile como marido y mujer.

Ambos sonreímos al escuchar eso y mucho más cuando suena una canción que recientemente Ryan escuchó en la radio y desde momento me la dedicó, realmente la letra aplica mucho a nuestra historia y qué mejor que fuera nuestro primer baile.

Me encontraba solo, con el mundo en contra
Con todos juzgando cada uno de mis pasos
Esperando un error más
Mientras yo juraba amarte y no lastimarte
Ellos apostaban que sería igual

Mientras bailamos, Ryan canta en mi oído suavemente la letra la canción, mientras yo sólo recuesto mi cabeza en su pecho y cierro los ojos.

Daría todo lo que tengo por ti
Mi corazón te pertenece desde que te conocí
Cuando pienso en hogar sólo pienso en ti
En tus brazos, en tus besos, sólo en ti
Tu nombre en mi mente siempre está
Entregaría mi alma por tener tus labios hasta el fin

Cuando la canción termina, aún seguimos moviéndonos al compás de una tonada que nada más suena en nuestras mentes, hasta el momento en el que los aplausos nos hacen reaccionar y nos separamos. Suena otro tipo de música y muchos pasan a la pista de baile, nosotros nos acercamos a nuestros hijos, que se encuentran en nuestra mesa, donde también están Max, Audri y Bryan.

La familia que necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora