|35| Toxicidad.

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El momento que no quería que llegara, llegó, a Ryan ya le dieron el alta y lo van a trasladar a la prisión, donde tendrá que esperar un juicio para que la fiscalía y la defensa demuestren sus pruebas y dictar sentencia o dejarlo en libertad. A pesar de todo está tranquilo, más aún después de haber visto a los niños y pasar un rato con ellos, quienes fueron llevados a casa por Audri, lo que menos quiero es que ellos sean testigos de como se llevan a su papá a la cárcel.

Lo ayudo a ponerse el abrigo, porque a fuera está lloviendo y luego los oficiales le ponen las esposas.

—Todo va a estar bien, mi amor -lo tomo de las mejillas y le doy un beso en los labios-. Ahí voy a estar -asiente y los oficiales lo sacan de la habitación yo los sigo hasta que suben al ascensor y me toca esperar a que alguno de los dos esté disponible, cosa que en cuanto pasa subo y me dirijo a recepción.

Cuando las puertas se abren veo a Ryan hablando con Luna, su abogada, me acerco y logro escuchar lo que ella dice.

-Mantente alejado de los problemas, esto no va a ser por mucho tiempo -Ryan sólo asiente. Luna se aparta y se acerca Max.

-Aquí voy a estar esperando por ti -Max abraza a su hijo fuertemente hasta que los policías lo apartan y suben a Ryan al vehículo.

-Papá, cuida a Ava y a los niños, por favor -Max asiente. Yo me paro a su lado y le digo adiós con la mano.

Es la primera vez que paso por algo así, la vez anterior no me había involucrado en nada por como habían terminado las cosas entre nosotros y no digo que no me haya dolido el saber que estaba en prisión, pero en ese momento tenía mucho rencor contra él, ahora es diferente.

-Voy a necesitar de la ayuda de ambos para encontrar las pruebas necesarias para demostrar su inocencia -nos dice Luna a Max y a mí y por su puesto que estoy dispuesta a ayudar en todo lo que sea posible.


Llego a casa, es de noche, Audri sale a mi encuentro, entro a la casa y todo se siente vacío o quizás sólo sea yo la que se sienta así. De repente empiezo a llorar y mi amiga me abraza.

-Se lo llevaron -digo entre sollozos-. Ahora está en prisión otra vez -recuesta mi cabeza en su hombro y me acaricia el cabello.

-¿Le dijiste que estás embarazada? -asiento.

-Está feliz, pero desgraciadamente todo esto empaña nuestra felicidad -me limpio las lágrimas-. ¿Qué tal estuvo todo acá con los niños?

-Bien, sólo preguntaron por ti y por Ryan un par de veces, los distraje muy bien -asiento.

-Gracias por todo, no sé que hubiera hecho sin ti -suspiro.

-Yo ya me voy, tú ve a descansar -asiento porque estoy muy cansada-. Nos vemos mañana -me da un beso en el cabello y se va.

Subo las escaleras y me dirijo a la habitación de mis hijos, ambos están durmiendo, así que me acerco y les doy un beso a cada uno. Ryan tiene que volver pronto a nuestro lado, lo necesitamos. Los cubro bien y me voy a mi habitación para intentar descansar, es lo mejor que puedo hacer ahora para ayudar mañana a Luna con la investigación, al menos después del trabajo, porque las deudas no esperan.



•••



Los niños desde que despertaron preguntaron por su papá y no tuve otra opción que decirles una mentira, que su papá iba a trabajar y no iba a poder llegar a casa en unos días, pero que pronto volvería. Las mentiras serán las únicas que los mantengan tranquilos mientras su papá vuelve, por lo tanto tendré que ir pensando en una nueva cada día.

—¿Están listo? —les preguntos y ambos se acercan a mí con sus mochilas colgadas de los hombros.

—Listos, mami.

La familia que necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora