|34| Juntos.

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Luego de que le pusieron un sedante a Ryan para que descansara, Max y yo lo dejamos solos para ir a hablar a fuera, él me explicó lo que pasó, la menos lo que Ryan le contó a él. Unos tipos lo habían golpeado y dejado tirado en un callejón, con respecto a lo que dijo el doctor, lo único que dijo era que tenía un lección en las costillas y que por eso le habían vendado el torso, que pondrían una faja o algo así para que se pudiera recuperar, el resto de golpes se curarían rápido.

-Según los policías que vinieron tienen pruebas contra él, la placa de la camioneta en la que huyeron los ladrones coincide con la de Ryan -Max se pasa una mano por la cara-. Esos malnacidos estaban armados y no sólo le robaron a ese hombre, también lo golpearon -puedo notar que sus ojos se cristalizan-. Si no encontramos pruebas que demuestren lo contrario va a pasar muchos años en prisión.

-Pero ellos cómo explican los golpes de Ryan, es escupido que fuera cómplice del robo y lo hubieran golpeado.

-Un desacuerdo entre ladrones -se encoge de hombros-. A todo le encuentran una explicación con tal de meter a mi hijo a la cárcel.

-¿Y qué vamos a hacer ahora? -suspira.

-Luna viene en camino, tocará esperar que ella nos diga qué hacer, por el momento sólo queda esperar que le den el alta y lo trasladen a la prisión -se pone de pie-. ¿Te puedes quedar con él? -asiento-. Necesito ir a la casa y tomarme unas medicinas -ve su reloj-. Cualquier novedad me avisas.

-Claro -me da un beso en la frente y se va.

Mi celular empieza a sonar, es una llamada de Audri.

-¿Qué pasó? -que pregunta de inmediato.

-Está herido, pero lo peor de todo es que lo están culpando de haber sido cómplice de un robo.

-¿Qué? ¿Y es cierto?

-No. Él dice que lo asaltaron y lo golpearon y lo que tienen de pruebas es el número de placa de la camioneta en la huyeron los delincuentes. Al parecer luego de golpearlo y dejarlo tirado en un callejón se llevaron su camioneta para hacer el robo.

-Ryan si que tiene mala suerte.

Mala suerte.

Ahora que lo pienso, fue mucho trabajo de parte de esos tipos para sólo cometer un asalto.

-Mierda, esto pareciera una venganza, quieren culpar a Ryan de haber hecho eso.

-¿Tú crees?

-Sí. Ryan dijo que el tipo con el que había hecho el robo que lo mandó a la cárcel lo había llamado. Él estaba preocupado porque lo buscara, dijo que quería mantenerse alejado de todo eso.

-Si lo pones así, definitivamente suena como una venganza.

Suspiro. ¿Cómo no había pensando antes en eso?

-Ryan está destrozado -se me parte el corazón al recordarlo llorar como un niño-, teme pasar muchos años en prisión y estar lejos de nosotros.

-No es para menos -hay un momento de silencio entre nosotras-. Ava, ¿vas a decirle que estás embarazada?

-Ya te dije que no y ahora menos.

-Pero...

-Dependiendo de cómo reaccione le dolerá mucho no estar presente.

-Aún tienes miedo de decirle, ¿no es así? -asiento aunque no puede verme-. Creo que es hora de que pierdas ese miedo, tú y Ryan ya no son los mismos adolescentes de hace años, ambos han pasado por circunstancia que les han cambiado la vida, ambos han madurado y se aman quizás más que nunca, porque ya no son sólo los dos, ambos son una familia, una familia que está a punto de crecer.

Estoy llorando, porque es cierto, ambos hemos cambiado para bien, hemos madurado, al menos Ryan ahora tiene un trabajo, es un padre amoroso que siempre está pendiente de sus hijos. Él está sufriendo porque no quiere estar lejos de nosotros, no es sólo el asunto de ir a la cárcel, somos nosotros, su familia.

-Tienes toda la razón -me limpio las lágrimas-, debo decirle, quizás el saber que será papá otra vez lo ayudé a enfrentarse a este problema, será una razón más para luchar.

-Exacto. Aparte él es su padre y tiene derecho a saberlo.

-Hablamos después, iré a ver si ya despertó.

Termino la llamada y me encamino a la habitación, a fuera hay un policía que me pregunta quién soy yo, luego de decirle me deja pasar. Al entrar veo que Ryan está dormido o al menos eso pienso, porque al escuchar mis pasos me vuelve a ver, se ve adormilado, pero está consciente y voy a decirle, me acerco, tomo su mano y beso su frente. No puedo seguir teniendo miedo, él me ha demostrado que ha cambiado, debo confiar en él.

-Hola mi amor -me siento a su lado y aprieta mi mano.

-Hola -cierra los ojos un momento.

-Tengo una muy buena noticia que darte -vuelve a abrir los ojos y me ve. Adoro el azul de su mirada.

-¿Cuál?

-Tendremos... -las palabras no salen de mis labios.

-¿Qué? ¿Qué tendremos?

Me quedó callada, sólo recordando sus reacciones con mis otros embarazos, cuando le dije que dije que estaba embarazada por primera vez se emocionó, pero la segunda no terminó bien.

Cierro los ojos un momento.

-¿Tendremos un bebé? -los abro de golpe y lo veo, está serio.

-¿Cómo lo...?

-Lo sospeché -su seriedad poco a poco es reemplazada por una sonrisa.

-¿Desde cuándo lo sabes? -estoy sorprendida.

-Desde esa noche que fuimos al parque, te noté rara, luego encontré la caja de una prueba de embarazo.

-¿Por qué no me preguntaste?

-Quería que me lo dijeras.

-Yo quería hacerlo, pero...

-Tenías miedo de decirme -asiento-. He cambiado y créeme que estoy feliz de que vayamos a tener otro bebé, créeme que no será como con Ryan, que fue una emoción de un rato, te prometo que voy a estar ahí -sus ojos se llenan de lágrimas-. No sé cómo, pero ahí voy a estar.

-Claro que sí -me levanto y lo abrazo-. Y créeme que yo voy a estar a tu lado durante todo este proceso, juntos vamos a poder contra todo lo que venga-me abraza fuerte.

-Te amo. Tú eres el amor de mi vida -dice entre lágrimas y yo también empiezo a llorar.

-Y tú eres el mío, el primero y el último -nos quedamos abrazados un largo rato.

-¿Qué quieres que sea? -me pregunta de la nada-. Otro niño u otra niña -lo veo.

-No importa, será nuestro bebé y lo vamos a amar igual sea niño o niña, ¿no?

-Claro que sí -limpio los rastros de lágrimas de su rostro-. En cuanto esté libre haré una hermosa cuna para nuestro bebé. Todo lo que alguna vez no hice con Ryan y Ava, lo haré con este bebé.

-¿También cambiarás pañales? -es algo que nunca hizo.

-Es parte de la experiencia, así que supongo que sí -acaricia mi mejilla y sonrío.

-¿Qué pasa?

-No sé cuánto tiempo pueda estar metido ahí y quiero recordarte así, feliz, a mi lado. La primera vez sólo podía recordar el dolor en tus ojos después de lo que hice, ahora no quiero eso.

-Ahora me haces feliz -lo beso en los labios-. Y pronto volverás a casa para seguir haciéndolo.

-Así será. Sé que sí -lo abrazo y él a mí.

Está más tranquilo y eso me tranquiliza a mí, podremos salir de ésta, claro que sí.

La familia que necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora