|39| Gran hombre.

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-Será hasta mañana -dice Luna y dejo caer mis hombros-. Todavía hay que hacer un papeleo, pero mañana temprano estará libre.

-Yo quería que volviera hoy, no entiendo porqué debe estar ahí más tiempo -bufo.

-Tranquila -Max pone sus manos en mis hombros-, ya esperamos más tiempo, es sólo cuestión de horas para que esté en casa.

Max tiene razón, hemos esperado mucho tiempo para esto, un poco más no nos matará. Luna se va en su auto y Max me lleva a mi casa, donde soy recibida por Audri y los niños, quienes luego de darme muchos besos y abrazos, siguen viendo su película.

-¿Qué pasó? -me pregunta Audri mientras nos vamos a sentar a los taburetes de la cocina.

-Lo declararon inocente -sonríe.

-¿Entonces por qué tienes esa cara?

-Es que lo van a liberar hasta mañana y sé que es cuestión de horas para que esté en casa, pero igual, no me siento bien sabiendo que él aún está ahí.

-Tranquila -tomó mi mano sobre la isla-. Él estará bien y pronto lo tendrás aquí.

-Eso espero, porque me dolió mucho ver lo golpeado que estaba -cerré los ojos un momento.

-¿Vas a cenar?

-Sí, no tengo hambre, pero debo hacerlo -asintió-. Primero voy a cambiarme.

-Está bien, yo voy a servirte -subo las escaleras y voy a mi habitación, entre mis cajones busco un pijama, un short y una suéter holgado.

Cuando ya estoy cambiada me pongo mis pantuflas, pero cuando me siento en la cama me recuesto un rato y cierro los ojos, tengo tantas ganas de dormir, pero no lo haré, ya que debo cenar por mi bebé y claro, por mis dos niños hermosos, que también necesitan una madre sana y fuerte para protegerlos.

Salgo de la habitación, mientras bajo las escaleras escucho murmullos, al llegar abajo en la cocina veo a Bryan y me sorprendo.

-¡Hey! ¿Qué milagro tú por acá? -no me contesta y está serio. Veo a Audri y está igual que él-. ¿Qué pasó?

-Max me envió para avisarte que... -ve a Audri y luego a mí.

-¿Qué le pasó a Ryan? -pregunto con un nudo en la garganta, porque todo esto sé que es porque algo malo le pasó.

-Está en el hospital... -no puedo más y empiezo a llorar-. Le dieron una golpiza y Max está allá.

-No -me siento en el último escalón-. ¿Por qué lo odian tanto? Él sólo ha tratado de hacer las cosas bien.

-Tranquila -Audri se sienta a mi lado y acaricia mi cabello.

-Necesito verlo.

-Yo puedo llevarte -dice Ryan y asiento.

-Yo me quedaré con los niños -mi amiga me ayuda a ponerme de pie.

-Tengo que cambiarme.



Luego de que Audri me llevará a cambiarme, Bryan y yo salimos rumbo al hospital. Bryan se encarga de preguntar dónde está y este mismo me guía hasta la sala de espera donde está Max, quien al verme se levanta y me abraza, está llorando y eso no es buena señal.

-Max, dime que está bien -suplico entre sollozos y me abraza más fuerte-. Por favor -me separa de él y me ve, con las lágrimas aún corriendo por su rostro.

-Lo están operando...

-¿Qué? ¿Pero qué pasó?

-El doctor dijo que tiene un traumatismo craneoencefálico, pero lo están operando porque tiene una laceración en el hígado, lo apuñalaron.

Me siento en la silla más cercana y me cubro el rostro con ambas manos. No entiendo, él sólo quería hacer las cosas bien, sólo quería recuperarnos, a nosotros, su familia, no le hizo daño a nadie. No puedo parar de llorar y de pedirle a Dios que salga bien de esa cirugía, no es justo que esté pasando por todo esto cuando él había cambiado, cuando él sólo quería ser mejor.

•••


-La cirugía salió bien, ahora sólo es cuestión de esperar su recuperación, está muy lastimado -dice el doctor-. No entiendo cómo los guardias pudieron permitir que lo golpearan así.

-Ellos aseguran que para cuando se dieron cuenta ya estaba así, pero yo no les creo nada -Max está furioso-. Esos infelices permitieron esto y no se va a quedar así.

-Por ahora sólo hay que pedirle a Dios que se recupere pronto -me acerco a Max y me abraza.

-Así es -suspira.

-Cualquier cosa yo les aviso.

-Gracias por todo doctor este asiente y se retira.

-¿Qué dijo el doctor? -pregunta Bryan que había ido por café para él y Max y un té para mí, el mismo que me da y me siento a tomar mientras Max le cuenta lo que dijo el doctor.

Luego de tomarme el té y de saber que Ryan salió bien de la operación, me siento más tranquila, tan tranquila que mis parpados pesan hasta que me quedo dormida.


•••



Por la mañana desperté adolorida, pero todo el dolor debido a la incomodidad en la que dormí, se fue cuando el doctor me dijo que podía pasar a ver a Ryan porque ya estaba despierto, por supuesto que no dudé en hacerlo. Rápidamente me llevó a la habitación en la que estaba.

-Hola, mi amor -digo y él sonríe un poco. Me acerco y tomo su mano.

No soporto verlo tan golpeado como está, pero menos habría soportado verlo muerto, así que le doy gracias a Dios porque a pesar de todo está vivo.

-Tuve miedo de perderte -se me escapan algunas lágrimas y algunos sollozos también.

-Yo también -habla bajito, supongo que le debe doler.

-Pero sé que vas a estar bien y que pronto estaremos en casa -paso mi mano por su cabello.

-Sí -dice. No puede mover su cuello pues tiene un collarín, pero me ve de reojo y sonríe-. Eres preciosa y la razón por la que soporto todo -sus ojos se llenan de lágrima-. No me iré sin ser el hombre que siempre has merecido a tu lado. No lo haré sin ser el padre que mis hijos merecen. No sin antes ser el hijo que mis padres siempre quisieron ver.

Lo abrazo con delicadeza y ambos lloramos, está bien y logrará demostrarle a todos los que no creyeron en él que sí cambió, que lo hizo para bien y que no volverá a ser el mismo de antes y que cada día será mejor que el anterior. Lo sé porque él mismo me lo demostró, me demostró el gran hombre en el que se convirtió y más aún, me demostró lo mucho que nos ama, a nosotros, su familia.

La familia que necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora