|31| Miedo.

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-Mierda, mierda, mierda -camino sin parar por toda mi habitación, Audri está sentada en mi cama y sólo me ve con fastidio.

-¿Te puedes relajar? -me pregunta con cansancio.

-No. Déjame tengo derecho a estar así -sigo caminando, estoy muerta de nervio.

-Todo esto pudiste evitarlo -se encoge de hombros-. Ahora relájate, intenta mantener la calma de una puta vez, a mí también me estás poniendo nerviosa.

-La única que tiene derecho a ponerse nerviosa, soy yo -ve su reloj y luego a mí, sé lo que eso significa, así que corro al baño, pero ella es más rápida y se logra encerrar en este-. Maldición, abre la puta puerta, Audri. Yo soy la interesada -la puerta se abre.

-Felicidades, tendrás otro hijo -me da la prueba de embarazo, la veo, es positiva.

Suelto la maldita cosa y echo mi cabeza hacia atrás. No estoy lista... bueno, no quiero otro hijo, no quiero.

-El lado bueno es que...

-¡No hay lado bueno en esto! -grito al borde de las lágrimas.

-Pero, ¿por qué te pones así si estás bien con Ryan?

-Temo que si le digo que estoy embarazada se asuste y se arruine todo -no paro de llorar-. No quiero que se dé cuenta. No quiero arruinar todo esto -tocan la puerta, recojo la prueba y la escondo-. Pasa -digo limpiándome las lágrimas.

-¿Nos vamos ya? -pregunta Ryan.

-Sí, vámonos -asiento y los tres salimos de la habitación.

En la sala están los niños, Ryan carga a Kim y yo llevo al pequeño Ryan de la mano. Subimos a la camioneta de Ryan y este conduce hacia el parque, en dónde los encargados de la guardería han decidido hacer una cena familiar, ahí nos encontraríamos con Max y otras familias. Esta es una reunión importante para ellos, pues quieren que todos los niños convivan entre sí y por supuesto con sus familias.

Durante todo el camino Ryan y los niños conversan, no sé de qué, no le presto atención, estoy perdida en los pensamientos de mi nuevo embarazo, incluso se me hace difícil pensarlo así, aún sigo sin creérmelo. No sé qué haré ahora, me siento como hace unos años atrás, cuando le confesé a Ryan que estaba embarazada, me sentía igual de nerviosa que ese día, la única diferencia es que esta vez Ryan no es un alcohólico ni un drogadicto, me apoya con los gastos de los niños, los niños lo aman y yo cada día lo amo más.

-Amor -veo a Ryan-. ¿Qué pasa? -sus ojos están fijos en los míos.

-No pasa nada, estaba pensando -me encojo de hombros y veo a mí al rededor. Los niños y Audri ya se bajaron del auto-. Oh, ya llegamos. Vamos con los niños.

Ryan baja rápido y me abre la puerta, tomados de la mano vamos hacia el parque saludamos a quienes nos dan la bienvenida y a algunos conocidos, luego de eso nos vamos a nuestra mesa, en dónde están Max y Bryan, que no tenía ni idea de que vendría, seguramente Audri lo invitó. Ambos han estado saliendo y prácticamente son novios no oficiales.

-Ava, ¿tienes algo? -me pregunta Ryan una vez más.

-No. En serio estoy bien -me esfuerzo en sonreír. Le doy un beso en la mejilla y luego limpio la marca del labial de esta-. Iré a ayudar a las demás mamá a repartir la comida -me pongo de pie y voy dónde están todas-. ¿En qué les puedo ayudar?

-Ponle el puré de papa a los platos, Ava -hago lo que me dicen y así me distraigo un poco.


Luego de comer los niños participan en diferentes actividades y se divierten en estas, yo sólo intento no pensar en lo que está sucediendo. En la mesa todos conversan animados y yo sólo me dedico a sonreír y asentir, un gran error de mi parte porque Ryan no deja de verme e intentar descifrar qué es lo que me pasa. Cuando dan las ocho nos despedimos de todos.

-Ava, hoy te noté muy distraída, triste. ¿Pasa algo entre tú y Ryan? -veo a Max y luego bajo la mirada-. Ava, si pasa algo dímelo. ¿Acaso él no sé está portando bien contigo?

-No es nada y mucho menos es algún problema con Ryan. Con él todo está bien, es sólo que no me siento bien, estoy cansada, es sólo eso.

-Está bien. Pero recuerda que si pasa algo cuentas conmigo -sonrío. Max durante estos años y siempre ha sido como un padre para mí.

-Lo sé -le doy un abrazo-. Gracias por todo, Max -beso su mejilla. Nos despedimos, él se va en su auto a su casa y Ryan y yo nos vamos con los niños a casa, pues Audri se va con Bryan.

-Estoy muy cansado -dice el pequeño Ryan lanzándose al sillón.

-Entonces vamos a la cama -Ryan ya lleva a Kim dormida recostada en su hombro, pero aún así carga al pequeño Ryan y se lleva a ambos a su habitación.

Mientras él los cambia y yo me voy a mi habitación, me cepillo los dientes, me pongo la pijama y me meto entre las sábanas, al estar ahí, sentada con la espalda pegada al respaldo de la cama, veo mi vientre aún plano y lo acaricio.

-No sé cómo lo haré, pero vas a estar con nosotros y todo estará bien -mi voz se corta al terminar de decir eso, siento un nudo en la garganta y empiezo a llorar.

Quiero al bebé que está dentro de mí, es mío y por supuesto que lo quiero aunque me cueste asimilar el hecho de que ya está acá, aunque tenga miedo lo quiero y lo voy a cuidar.

-Ava -Ryan viene caminando hacia mí serio y preocupado a la vez-. Mi amor, ¿qué tienes? -se sienta a mi lado y limpia mis lágrimas-. No me sigas diciendo que no pasa nada. Por favor.

-Es que no sé qué tengo, sólo me siento muy sensible -lo abrazo y lloro en su hombro.

-Tranquila mi amor -me acaricia el cabello.

-Es como uno de esos días en los que todas las lágrimas que has guardado durante mucho tiempo deciden salir, así, de la nada y por cualquier cosa. Soy como una nube que que durante mucho tiempo estuvo recolectando agua y luego no aguantó más.

Sonríe.

-Entiendo lo que me quieres decir, pero tranquila, mi pequeña nube, yo estoy aquí para consolarte y darte mucho amor -besa mi mejilla, mi nariz, mi frente y luego mis labios.

Nadie puede culparme por tener miedo de decirle que estoy embarazada, tuve una mala experiencia antes y no quiero volver a pasar por lo mismo, aunque ha cambiado tengo miedo que reaccione mal. Y sé que no voy a poder ocultarselo por mucho tiempo, pero quiero disfrutarlo mientras se da cuenta. Quiero vivir cada momento a su lado, disfrutar de su amor, de él, quiero hacerlo en caso de que pueda perderlo.

La familia que necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora