Hace tres semanas que Ryan es mi novio oficial, mi padre no quedo muy contento con la noticia, no se porque pero me dijo que no le daba buena espina, pero a mi me gusta así que voy a seguir con él. Salimos de la casa de mi padre, me subí a mi moto y Ryan a su coche y nos fuimos a dar una vuelta por la playa, al llegar me baje de la moto y me quede embelesada con el paisaje, era realmente hermoso, el sol se combinaba con las nubes dándole un color naranja que... Wow!
Estaba observando el mar cuando veo por el rabillo del ojo a mi novio pararse junto a mi, se me acerca y me hablo al oído.
-Me gustaría llevarte a mi departamento.-dijo con voy seductora
-Jaja, Claro vamos.-dije, yo también tenia ganas
Nos subimos a nuestro medio de movilidad y emprendimos rumbo al edificio. Al cabo de unos minutos llegamos, entramos y Ryan cierra la puerta detrás suyo, nos besamos apasionadamente, me llevó hasta la cama y me bajo, después de unos minutos de total deseo ya estábamos totalmente sin ropa... Luego ya saben que pasó.
*
Estaba en mi casa comiendo, era sábado así que no tengo nada que hacer, eran las cinco de la tarde cuando escucho que llaman a la puerta, voy a abrir y me encuentro con una Kayla que parece haber salido de la película Resident Evil (El huésped maldito), literal, parecía un zombi, con todo el maquillaje corrido, parece que estuvo llorando. Me preocupo así que la llevo adentro.
-Cariño pero que te ocurre?.-dije lo mas tranquila posible, me preocupa verla así, nunca antes la he visto con estas pintas, y eso que la conozco muy bien. Yo la conozco hace seis años, fue mi mejor amiga desde entonces, es como un libro abierto para mi y yo para ella.
-Si, te lo...voy...a...contar.-dice ella sorbiendo sus mocos.
-Ok pero primero tienes que tranquilizarte y luego darte una ducha.
-Ok.-dice mas calmada
-Vale, ahora ve a darte una ducha, te dejo un par de ropa para que estés mas cómoda, vamos sigueme.-le digo haciendo un ademán para que me siga por las escaleras hasta mi habitación. Le doy a escoger la ropa, ella escoge una sudadera y un chándal, que seguro le va a quedar grande ya que ella es un poco mas chaparrita que yo, yo mido 1.75 de altura y ella mide 1.63.
Mientras ella se ducha yo preparo palomitas de maíz con baño de chocolate y chocolate caliente para hacer una noche de chicas, ella necesita mi apoyo mas que nunca, además no creo que no se le pase lo que sea que le pase con lo que le preparé, también tengo bombones de chocolate para las dos. Cuando esta todo listo subo todo a la habitación, ella todavía no sale de la ducha por lo que pongo una película en la tv, pongo uno que es de terror así ella ya no llora, pongo la película "El Exorcista". Esta noche sera larga. Un rato después Kayla sale del baño y se acuesta en la cama acomodándose para mirar la película.
Al cabo de que la película se este terminando lo que preparé para Kayla y para mi se estaba terminando, le pregunte a ella si quería un tasa de chocolate caliente a lo que me contesto con un "sí, gracias". Baje a la cocina a preparar una tasa de café negro para mi que lo tome ahí mismo y luego el chocolate para Kayla. Al estar listo subí a la habitación y me encontré a Kayla en un charco de lágrimas otra vez. Me acerque y la abrace.
-Cariño, tranquila, todo va a estar bien, estoy aquí contigo.-dije tratando de calmarla
-Si, gracias.-dice.
Después de un rato mas derramando lágrimas noto como su respiración se va volviendo mas tranquila por lo que deduzco que se esta quedando dormida. La arropo y la dejo descansar, me levanto y apago el televisor, llevo todo los cubiertos que usamos, los meto al lavavajillas y espero un rato para que estén listos, los guardo todos y vuelvo a la habitación en donde Kayla ya esta profunda y tranquilamente durmiendo, me acuesto a su lado sin hacer ruido e intento dormir, ya mañana hablaremos de lo que le ha ocurrido.
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Volver A Empezar
Teen FictionEmma Oxford con tan solo 9 años de edad presencio el asesinato de su hermano menor. Al pasar ocho años ella conoce a un chico, quien la engañaba para sacarle todo su dinero y ella al enterarse se fue de la ciudad. Gracias al engaño de ese hombre aho...