『••[Embrujo de Pasión]••』🔞 AU ✧MLB✧

『••[XXXIII]••』

—Acompaña al doctor al cuarto de la princesa — ordenó el rey que caminaba presuroso impartiendo indicaciones a los súbditos.

—¡Sí majestad! — la sirvienta hizo una reverencia antes de darse la vuelta y marcharse con el anciano por los pasillos del palacio.

El semblante severo del rey indicaba que algo realmente grave estaba sucediendo en el palacio, específicamente con su familia.

La joven empleada tocó dos veces la puerta de madera esperando el permiso para entrar.

—Princesa, el doctor que pidió su padre el rey, ha venido a verla— sin embargo, detrás de la puerta no se escuchaba nada —. ¿Princesa? — volvió a llamarla.

—Permítame— el anciano se acercó hasta la puerta. La joven empleada dio unos pasos a un lado dándole el espacio que requería el hombre—. Princesa, soy el doctor Chan— dio dos golpes a la madera y otra vez se encontraron con el silencio—. Si usted no me deja entrar, le aseguro que su padre les pedirá a sus guardias que tumben la puerta y me hará revisarla enfrente de él, mientras que, si me deja pasar ahora, le prometo privacidad.

No esperaron mucho para que la puerta de la recamara real se abriera y el rostro demacrado de la princesa Chloe asome de la rendija.

—Pase, pero solo usted — advirtió mirando a la empleada que hizo una reverencia antes de retirarse.

El anciano ingresó a la ostentosa habitación, admiró el lujo en cada rincón mientras cruzaba la estancia hasta la cama de la ilustre jovencita.

— Princesa — el hombre de ojos rasgados hizo una leve reverencia pues sus huesos y articulaciones demandaban poco esfuerzo, además de que todo el aliento lo había dejado en las casi infinitas escaleras en la entrada del palacio.

—Ya debe saber para que lo ha enviado mi padre — la rubia se acostó en medio de la enorme cama mirando hacia el techo prescindiendo de sus modales.

—Así es, su padre quiere saber si aún conserva su pureza.

—Esto es ridículo, totalmente ridículo — refunfuñó golpeando la cama con los puños —. Me siento ofendida.

—El rey tiene algún motivo para pensar que ha compartido el lecho con alguien? — el alquimista dejó en el piso la pequeña bolsa con sus instrumentos dentro —. Se lo ve realmente convencido.

—Una de las damas de compañía de mi padre se ha metido a mi alcoba a rebuscar sin permiso entre mis cosas y le ha dicho que escondí una sábana blanca manchada de sangre en mi armario — una pequeña lagrima escurrió del ojo de Chloé al recordar con rabia ese momento en que André Bourgeois la abofeteó por culpa de esa mujer habladora.

—¿Y su majestad por qué escondía la sabana?

—¿No es obvio? — Chloe se levantó ágil para encarar al viejo doctor del palacio —. Si una de las sirvientas la encontraba me acusarían de haber sido desflorada.

—¿Acaso es lo contrario? — Fu rascó la pequeña barba gris deduciendo a la verdad cuando la rubia prefirió guardar silencio—. Entonces creo que no es necesario que la examine, usted sola lo ha confesado.

—Por favor— Chloé tomó con fuerza la mano de quien hacia el papel de médico —. Doctor Chan, no le cuente a mi padre.

—¿Me está pidiendo que le mienta al rey? Mi cabeza está en juego princesa.

—Solo no se lo cuente aún... Sé que no voy a poder ocultar más tiempo esto, mi barriga va a empezar a crecer, pero pronto aceptaré la petición de mano del príncipe Ali y...