『••[Embrujo de Pasión]••』🔞 AU ✧MLB✧

『••XXII••』

— Alya, ven a ver como cae una cabeza — una mujer de aparecía y vos vulgar le ofertó a la nueva clienta de las jóvenes brujas.

— Yo paso, no deseo ver tal morboso espectáculo — rechazó la joven madre apretando a sus hijos, al pequeño alumbrado hace pocas semanas lo apretó a su pecho y a la niña de tres años la acercó a al faldón.

— ¿Qué ha pasado? — comentó Kagami sin ocultar la sorpresa.

— ¿A quién están condenando? — Al mismo tiempo Marinette se unió al cotilleo, llena de incertidumbre y miedo de que aquel desdichado sea alguien de su clan.

— ¡Ey! — La castaña cambio la expresión de asco por una alegre en el momento que reconoció a la azabache de ojos azules — ¡Yo te conozco!

— H-Hola — tartamudeo la joven pasándose nerviosa un mechón de cabellos por detrás de la oreja al darse cuenta de que la mujer era conocida de su príncipe.

— Es a un músico, le han acusado de fallarle el respeto a un noble y la pena es perder la cabeza, no se ustedes, pero yo no me pierdo de esa diversión — la despreciable mujer giró sobre sus talones encaminándose lejos de esas aburridas santurronas.

— Que despreciable — Alya le sacó la lengua burlona y denotando asco a la mujer que disfrutaba de lo mórbido, como casi la mitad de los ciudadanos, haciendo de la condenada muerte un espectáculo digno de aplaudir y clamar—. En fin, dejemos a esa vieja loca hacer su vida. Cuéntame, Marinette, ¿No?, veo que te has casado, ¿Al fin tú y Adrien se dieron cuenta que el amor entre ustedes se les escapaba por la piel? ¿Por qué no me invitaron a su boda? ¿Y por qué Nino no me ha dicho nada?— entusiasmada y algo indignada se expresaba la castaña ignorante de la verdad.

— No — respondió Marinette con pesar—. No me he casado con el noble herrero— sintió el escozor en los ojos, el entusiasmo que Alya le mostraba al pensar en su unión le hacía querer llorar.

— Oh... Marinette — contempló a la muchacha, si prestaba atención, la desdicha rebosaba de sus poros —. Yo... Lo lamento... Pensé...

— No te preocupes — Marinette la interrumpió forzándose a sonreír —. Es normal ¿No?

— Sí — la joven madre asintió a aquella realidad que rodeaba a hombres y mujeres. Y por un momento se sintió dichosa de que sus padres hayan sido muy amigos de la familia de su esposo, y como era costumbre hayan querido unir familias arregladores el matrimonio desde antes que nacieran, pero ella era muy afortunada, pues desde pequeños la pareja fue muy unida y mediante crecían el amor brotó en sus corazones, pero al tener a la azabache frente a ella, tan infeliz, se preguntó si esa misma expresión vacía se marcaría en sus ojos si le hubiera tocado casarse con alguien que no sea su adorado Nino, sin sus canciones, sin las ocurrencias y dándole la libertad que a ella le gustaba, sin someterla a un simple adorno como le sucedía a muchas mujeres, como lo era Marinette.

— ¿Sabe cómo está él? — la voz de la azabache la despertó de la profunda reflexión que martillaba en su cabeza.

— ¿Adrien?

— Sí — afirmó con timidez y nerviosismo de que alguien más la escuchase preguntando por otro hombre—. No he tenido la oportunidad de saber de él— Kagami escuchaba, pero por alguna razón no le inspiraba desconfianza, aún.

— No he sabido de él... Creo que tampoco se ha encontrado con mi esposo — confesó apesadumbrada al sentirse inútil frente a la angustia de la chicha.

— Está bien — sonrió triste la joven de orbes azules—. Solo espero que se encuentre bi...en — la radiante imagen del susodicho se plantaba a unos metros de donde se encontraba ella. Bien podía ser un espejismo a causa de las descomunales ganas de tenerlo cerca o una muy oportuna coincidencia—. Adrien — susurró incrédula.