Al principio le fue difícil el agarrarle maña a las pastillas.
En la mañana debe tomar una pastilla de sertralina, que es el ansiolítico y lo ayuda a mantenerse despierto y activo durante el día. Mientras que en la noche debe ingerir una mitad de pastilla de olanzapina de 5 miligramos, la cual es el antidepresivo que le ayuda a tener apetito y a dormir; le da mucha somnolencia. Al menos se supone que los medicamentos deben funcionar, pero ya lleva poco más de un mes y no ha visto una mejoría en su actitud, más que el inmenso hambre que se carga y lo agotado y dormilón que se vuelve por el antidepresivo durante las noches, pero la doctora dijo que eso sería normal, que indudablemente el cambio significativo comenzará a partir del primer año. No es como que de la noche a la mañana vaya a ser la persona más alegre y sociable. Sí, las pastillas le ayudarán, pero no son mágicas.
Eso Tamaki lo entiende, así que no tira la toalla. Hasta el momento se da cuenta de lo mal que dormía antes de la olanzapina, lo que es bueno del medicamento pues ahora en las mañanas despierta con algo más de energías y, obviamente, más ánimo; la doctora le comentó que, posteriormente, él ya podrá dormir y así sin ayuda de los medicamentos, lo que a Amajiki realmente le emociona, pues quiere hacer las cosas por sí mismo y no por ayuda de fármacos.
Para su terapia también es necesario el hacer ejercicio, cosa que ya está cubierta por completo gracias a su trabajo de héroe. Necesita una buena condición física para ser Suneater.
Ya vestido, el azabache se encuentra en la cocina preparando algo de desayunar. Son las seis de la mañana, así que falta una hora para su trabajo, pero desde que comenzó con el tratamiento, ha aumentado su rutina de entrenamiento y ahora se levanta antes de la cinco para salir a correr por la cuadra durante una hora. Todo con la intensión de tener un mejor cuerpo y resistencia, sin mencionar que luego de su labor en la agencia de Fat Gum hace un par de ejercicio de peso para mantener el músculo. Por supuesto que no quiere estar como un mastodonte, grande y monstruoso, prefiere su figura esbelta y menuda; no llama tanto la atención y es más fácil conseguir ropa.
Sí, Amajiki realmente se está esforzando. Aunque Nejire continua preocupada por saber que él toma los fármacos y es comprensible. Pero el muchacho sabe lo que hace.
...
Kirishima revisa que lleve encima su celular y cartera antes de salir de su cuarto para, posteriormente, bajar en el ascensor hasta la sala común, por dónde avanza algo distraído, pasándose las manos por el cabello lacio y no arreglado que casi le roza los hombros.
A la para que camina hacia la salida, sus ojos miran los sofás esparcidos frente al televisor, viendo una cabellera rubia detrás de uno junto con una esponjosa mata de pelo rosa. Al asomarse, vislumbra a Mina casi sobre Katsuki; la chica rosada sostiene el rostro del muchacho con una mano, por la barbilla, mientras que la otra sostiene algo que Kirishima no logra identificar. La cara de Ashido está jocosamente cerca de la de Bakugō, y el pelirrojo se inquieta por la poca distancia y por el hecho de que el rubio no hace nada para alejarla.
—¿Qué haces, Mina?— pregunta el de dientes afilados, haciéndose notar, mas la chica no se gira a mirarle.
—Conseguí un delineador nuevo de gel— explica ella, sumamente concentrada mientras delinea los parpados del chico explosivo—. Pensé que a Bakugō le gustaría probarlo. Ya ves que se pinta cuando usa su traje de héroe.
—Le dije que podía usarlo por mi cuenta, pero se negó a darmelo— gruñe Katsuki, procurando no moverse mucho o sería contraproducente—. No soy tan imbécil como para picarme un ojo.
—Eso lo sé. Pero siempre he querido maquillar a un amigo. Aunque sea un poco— sonríe ella, concluyendo con su "obra de arte"—. ¡Ya está! A ver, abre los ojos.
Katsuki parpadea un par de veces antes de levantar sus pestañas y clavar sus íris rojizos en la muchacha y luego en Eijirō, dejando en él más tiempo de lo necesario.
El pelirrojo siempre ha pensado que Katsuki es muy hermoso; tiene unas pestañas claras y curvas, su piel es de tono marfil y combina a la perfección con sus cabellos cenizos y sus ojos afilados del color de los rubíes. Tiene unas facciones angulosas que son de buen ver y masculinas a la vez.
—¡Santo Cielo!— exclama la muchacha, captando la atención de Bakugō en ella; pronto le toma de los costados de su cara y le mira emocionada—. Nunca me di cuenta que realmente eres muy atractivo. El delineador realza tus ojos, aunque te hace ver un poco pálido, quizás con algo de colorete...
—Tranquilizate— le exige él, quitándose a Mina de encima con una mueca de molestia—. No me voy a maquillar por completo. Si uso esta tontería es porque la necesito para mi traje, no porque quiera. ¿Entiendes?
—Que aguafiestas eres, Bakugō.
—Mira como me importa.
—Y, ¿entonces?— pregunta Kirishima—. ¿Te comprarás uno igual?
—Sería funcional. Dice Ashido que es resistente al agua y no se corre. Pero aún no me gasto por completo el delineador a lápiz que tengo. Tampoco es algo que me urja.
—Sí... Bueno. Creo que de cualquier forma te ves bien— sus ojos se clavan en el reloj analógico que cuelga de la pared—. Debo irme. Nos vemos luego.
Ashido observa al pelirrojo salir por la puerta principal y, al volver a mirar a Katsuki, descubre que éste se está restregando los párpados, buscando quitarse el delineador con un estúpido sonrojo en el rostro, según él mismo.
¿Acaso Eijirō no se da cuenta del poder que tienen sus palabras?
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Sentimientos por la Luna
FanficEl Sol estaba enamorado de la Luna, pero ella no sabía que brillaba por él.