—¿Ya desayunaste?— pregunta Eijirō, regresando a la cocina junto con Katsuki, donde la niña les mira sujetando el vuelo de su falda con nerviosismo—. Puedo prepararte algo si gustas.
—Sí. No sé preocupe, Kirishima-san.
—Dime solo Kirishima, Eri, ¿te parece? Suena raro que me trates tan formal.
—Está bien.
Los ojos vivaces se clavan en los severos del mayor, como buscando ayuda. Katsuki entonces rueda los ojos, dirigiéndose a la alacena de dónde extrae numerosas cajas de dulces pertenecientes a Kirishima. El menor retoma su labor de culminar el desayuno mientras que el rubio saca un par de chocolates de una caja, envueltos en plástico con dibujos de Pokémon, dandolos a la pequeña.
—Racionalos— le dice Bakugō, viendo que la niña parece alegre con el envoltorio colorido—. Comer muchos dulces te dará dolor de estómago, así que son todos los que te dejaré. ¿Entendido?
—Gracias, Ground Zero-san.
—Con Bakugō es suficiente.
...
Eijirō le ha preguntado a la menor qué es lo que le gustaría hacer para matar el tiempo, a lo que ella ha respondido que por lo general gusta de dibujar. Así que ahora los tres están en la sala, sentados alrededor de la mesa baja de madera, con hojas y herramientas de arte dispersas en ésta. Cada uno comienza a dibujar cualquier cosa en las hojas blancas, usando los lápices, crayolas y plumones.
Cuando culminan, Kirishima muestra su abstracta representación de un caballero sobre un caballo con lo que se pensaría que es un bate de béisbol cuando en realidad es una espada.
—Parece que tiene retraso mental— bromea Bakugō, con una sonrisa petulante.
—No soy bueno con el arte.
—Me doy cuenta. Al menos como héroe eres mejor.
—¿Y tú qué has hecho?
El rubio entoces da vuelta a su hoja y muestra un dibujo mejor hecho de él haciendo explotar una cosa verde y esponjosa. El teñido mira la imagen con el ceño fruncido antes de soltar una risita y elevar sus ojos hacia los de su pareja.
—¿Eres tú con Midoriya?
Y la sonrisa malévola de Katsuki es suficiente para que el menor comprenda que ha dado al blanco.
—No tienes remedio.
—Tú sabías a lo que te atenías cuando empezaste a salir conmigo.
Kirishima niega con la cabeza, viendo que el contrario parece darle algunos toques extras a su obra maestra, y se gira hacia la pequeña.
—¿Qué has hecho, Eri?
—Uhm...
La menor parece ser tímida con respecto a mostrar su arte, pero lo hace de todas formas. Es sorprendente que la peliblanca pueda dibujar mejor que los dos muchachos, pero no dicen nada con respecto a eso, sino por la imagen.
—Suelo dibujar lo que veo— musita ella, con las mejillas rosas de pena.
Se aprecia a Kirishima, con su estrambótico peinado y sonrisa amigable, abrazando a un gruñón Bakugō, con su característico ceño fruncido en constante molestia; como un perrito contento tratando de llevarse con un gato fanfarrón. Hasta hay corazoncitos alrededor de ellos.
![](https://img.wattpad.com/cover/152294327-288-k179135.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sentimientos por la Luna
Fiksi PenggemarEl Sol estaba enamorado de la Luna, pero ella no sabía que brillaba por él.