Capítulo 19

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Pray For MeG-Eazy

Evito a toda costa el pasillo de los congelados, dando un rodeo absurdo para llegar a la zona de los dulces. Me relamo los labios y fijo la vista en todo el chocolate que hay colocado en las estanterías, dirigiéndome hacia él como si mi vida dependiese de ello. Cojo tabletas de diferentes tipos; con caramelo, una de galleta Oreo y Chips Ahoy! y otra con almendras.

Tengo que ser rápido comprando, quiero dejar el apartamento recogido antes de ir a trabajar por la tarde. Me paso las manos varias veces por la cara, soltando el carro de la compra de vez en cuando, sintiendo el cansancio cerrarme los ojos. La noche de ayer no fue como había creído. Resultó que Gwen sí quería invitarme a su piso para tomar algo y volvió a curarme las heridas. Así que mi pensamiento ególatra de tenerla de rodillas no se cumplió. Viéndolo desde la distancia, me alegro de que eso no ocurriera. No quisiera tener que complicar las cosas entre nosotros.

Me subo la capucha de la sudadera y bajo un poco la cabeza cuando empiezo a atraer las miradas de la gente. La mayoría de las personas sólo miran un par de segundos, pero las viejas chismosas que se conforman con ser el florero de su marido y que comprar en grupo murmuran, mirándome descaradamente de forma escandalizada.

Suelto el aire por la nariz, apretando la mandíbula, y miro a la cabecilla, que está situada entre todas ellas con sus carros y cestas de la compra, poniéndole los pelos de punta. Ella parece asustarse, llevándose una mano al pecho de forma exagerada, y no es hasta que sonrío, guiñándole un ojo, cuando se encarga de dar media vuelta con sus amigas chismosas. Vuelvo a poner mi cara de hastío.

Acaban de joder mi momento de felicidad con el chocolate. Puta vida.

Me acerco a los estantes de los bombones y echo un par de cajas. Me lo merezco por tener que lucir esta cara de mierda.

Mi móvil vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón. Una llamada entrante de Doug. Descuelgo.

—¿Qué?

—Hola a ti también —dice con humor—. ¿Vienes a tomar algo esta tarde con los chicos y Kels?

Salgo del pasillo de los dulces para ir a por la fruta y la verdura.

—Trabajo esta tarde y todas las tardes hasta el viernes y lo sabes —suspiro mientras busco con la mirada los dátiles que me gustan.

—Y ¿después de trabajar puedes? —Insiste.

—He trasnochado, te aseguro que no quiero volver a hacerlo cuando mañana tengo que levantarme temprano.

—Yo también trabajo y no me importa.

—Pero yo me preocupo por dormir las horas de sueños necesarios para mi salud, bastardo —bromeo, utilizando mi tono seco habitual—. Puedo antes de ir a trabajar, pero necesito que me deis tiempo para limpiar mi apartamento.

—De acuerdo. Vamos a ir al bar de Carl.

—Genial. Después nos vemos —digo dispuesto a colgar, pero su voz me detiene.

—¡Espera! —Exclama—. Quería decirte que... —suspira—. Siento cómo me he comportado contigo. No es asunto mío lo que ocurra entre Fiona y tú y tampoco lo es de Kels. Si hubiera algo, no se lo diría lo juro.

—Pero es que no hay nad... —Empiezo a protestar.

—¡Lo sé, lo sé! Ahora es más que evidente... Sólo quería disculparme —dice con tono de culpabilidad.

Después de colgar la llamada, compruebo si hay mensajes en la bandeja de entrada.

—¿Terrence?

𝐅𝐢𝐨𝐧𝐚 © [F #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora